Partido grande en el Camp Nou para abrir la sabatina y tarde con el meollo instalado en Nervión para un choque con aristas, esas aristas que suelen acompañar las visitas de Osasuna. Más tarde, un partido que ha ganado en interés gracias a la efectividad insuperable del Cádiz como visitante. Un cuatro de cuatro en sus viajes es para tener muy en cuenta a la tropa amarilla, por lo que su presencia en Can Cholo se auspicia interesantísima.

Pero centrémonos en lo que nos coge más cerca, en ese Sevilla-Osasuna que tanto preocupa a la fiel infantería blanca. Y es que las apreturas ante el Levante y la debacle frente al Éibar ha sumido en un mar de dudas a los iniciados en cuestiones sevillistas. Se tiene bien en cuenta que nada tiene que ver Europa con LaLiga, por lo que la exhibición de fútbol ante el Rennes y de casta el miércoles con los rusos del Krasnodar apenas inciden en lo que pasa en plan doméstico.

Bien sabe quien sabe algo de esto que remontar el 0-2 que remontó el Sevilla aun teniendo un hombre menos en cancha, rara vez se da en la competición española. Aquí el menos listo hace un reloj que, además, funciona, por lo que esa hazaña continental de los de Lopetegui no es una vara de medir fiable. Por lo tanto, ha de tener muy en cuenta el Sevilla en lo que perjudican distracciones como las del primer tiempo ante el Krasnodar, pues aquí se pagan caro esas desaplicaciones.

Y llega Osasuna muy herido por el chorreón de goles recibidos el otro día ante la banda del Cholo. Un póquer de goles encajados como anfitrión suele dejar huella, incluso en un equipo tan aguerrido como el Jagoba Arrasate. Pero no es fiable el bloque navarro, pues corre sin desmayo y suele vender cara la derrota. En fin, confiemos en que salte a escena el Sevilla de las noches europeas y no el que viene haciendo de local en la siempre complicada Liga española.