Sevilla FC

El proyecto que se autoalimenta

  • La trayectoria del Sevilla, hasta la fecha dentro de los objetivos salvo en la Copa, camina al margen de la crítica general y las malas sensaciones del entorno

Lopetegui porta un balón seguido por sus jugadores en una sesión de trabajo.

Lopetegui porta un balón seguido por sus jugadores en una sesión de trabajo. / Juan Carlos Vázquez

El fútbol no es vistoso, el entrenador se gana cada vez más detractores, los resultados empiezan a estar cogidos con alfileres...

El bache del que trata de escapar el proyecto de Monchi y Lopetegui no sale de una cuando se mete en otra. Del debate de De Jong y Dabbur a la crisis de juego, del ostracismo de Rony Lopes –ahora que el brasileño jugó unos minutos en los que sumó– al injustificado de Munir.

El Sevilla, que decidirá su pase a octavos de final de la Europa League en su estadio tras el empate del jueves en Rumanía, está cumpliendo de momento sus objetivos si exceptuamos la eliminación en la Copa del Rey, algo que podía ocurrir con el formato a partido único en el campo del más débil implantado este año por Rubiales.

Con los mismos puntos que el Atlético de Madrid, que es cuarto, son más las sensaciones que otra cosa lo que echa para atrás a sus incondicionales. Y hay que valorar que los de Lopetegui sumen lo mismo que los de Simeone cuando llevan tres jornadas sin ganar en la Liga. Estar en la posición que está el Sevilla habiendo sumado sólo dos puntos de los últimos nueve posibles es una oportunidad que le da la competición, que es verdad que es a partir de ahora cuando va a exigir en serio a los sevillistas.

Es ciertísimo que el entrenador de Asteasu tiene que arreglar cosillas que no están funcionando. La defensa se ha quedado en cuadro; la apuesta que hizo de una plantilla sin laterales le está saliendo cara cuando es una de las señas de identidad de su modelo y la entrada de Suso en el esquema ha terminado de cargarse una de las cosas que mejor funcionaban, la conexión que formaban en la banda derecha Jesús Navas y Ocampos.

Es hasta cierto punto normal que haya dudas, pero el técnico se ha encontrado demasiadas veces con que esta solo (Monchi sí lo ha apoyado) para arengar al grupo. El ex seleccionador siempre ha puesto por las nubes en sus ruedas de prensa a la afición sevillista, recordando cuando ha podido que “llegarán momentos en los que los necesitemos y no tengo ninguna duda de que nos van a ayudar”, pero en privado –como muchos en el club– reconoce que esperaban más apoyo y no tantas dudas (en el último encuentro ante el Espanyol hubo pitos patentes con el 1-0 en protesta por el mal juego del equipo).

La plantilla y los miembros del cuerpo técnico son conscientes de que deben mejorar el juego ofensivo del equipo, lo que ha costado que se escapen puntos en el último mes de competición, pero también se aferran a la posición actual del proyecto, dentro de sus objetivos salvo lo ocurrido en la Copa, único momento en el que Monchi ha recriminado al equipo algo desde que se inició la temporada y echó a rodar el balón.

Sin duda los dos próximos encuentros ante el Getafe en la Liga mañana en el Coliseum Alfonso Pérez y frente al Cluj en Nervión el jueves en la Europa League van a cambiar el estado de las cosas para bien o para mal.

Los gestores piden que las evaluaciones se hagan al final del ejercicio, aunque es lógico y perfectamente entendible que la afición se deje llevar más por las sensaciones que por los números reales y los hechos objetivos. Es verdad que el Sevilla no gana desde el 25 de enero, un mes día arriba día abajo, pero también lo es que está a dos puntos del tercero (al que se enfrenta el domingo) e igualado con el Atlético en el cuarto puesto y dependiendo de un partido en casa para pasar a octavos en la Europa League.

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