José Luis Mendilibar afronta una de las semanas más importantes de su carrera... y no se trata precisamente del Valladolid-Sevilla de mañana. El jueves próximo, 18 de mayo y séptimo aniversario de la Europa League que el Sevilla ganó al Liverpool en Basilea, su equipo se juega la opción de meterse en la séptima final del torneo del que es hexacampeón el club de Nervión. Pero enfrente estará nada menos que la Juventus de Turín, una de las escuadras más temibles y con más rancio abolengo de todo el Viejo Continente. El vizcaíno lleva la mano...

Aun con ese empate final, la sobreexcitación ha anidado en el vestuario y en la hinchada del Sevilla, que se ven más que capaces que nunca de reescribir su propia leyenda en el segundo torneo continental. Y justo después de lo que acontezca el jueves 18, el Sevilla recibirá al Betis en un derbi liguero en el que los nervionenses apenas ya tienen nada que decir clasificatoriamente, más allá de intentar hacerle la puñeta al eterno rival.

La calma frente a la sobreexcitación

Ahí debe hilar fino el técnico vizcaíno, que regresó de Turín con su rictus de calma ante esa excitación generalizada que ha provocado, de forma inesperada, su refrescante irrupción en un club que andaba a la deriva.

Lo mental cobra la mayor importancia ante lo que está por venir. Y Mendilibar debe saber jugar sus cartas, tirar de su veteranía y ser taimado: no enseñar el 2 de la vira para jugar este rentoy que se le presenta frente la Juve, primero, y el eterno rival después. Él afirmará hoy, cuando comparezca para hablar del partido de mañana en el José Zorrilla, que lo único que le preocupa es que sus futbolistas se abstraigan de todo el lío que se ha formado de nuevo y se centren en respetar este deporte llamado fútbol en el que hay muchos implicados, más allá de esa semifinal europea de la que estará pendiente media Europa, por lo que arrastra la Juve y por la propia leyenda del Sevilla.

La responsabilidad subsidiaria de la Liga

Porque en la Liga hay todavía muchísimo en juego y los rivales directos del Valladolid por la permanencia pondrán su mirada en lo que acontezca mañana a partir de las seis y media de la tarde.

El sevillismo lo tiene claro: que saque a los juveniles si hace falta hasta donde permita el reglamento. Pero es que hasta el Sevilla Atlético se juega este domingo la permanencia y ni siquiera podrá tirar de los jugadores del filial, además de que no puede caer en la trampa de la distensión total de su plantilla. Zaldívar es tierra interior de Vizcaya y el rentoy era un juego más propio de puertos, ya fueran fluviales o marítimos, de Sevilla a Sanlúcar o El Puerto, pasando por Chipiona.

Nervión, Zaldúa, la sinergia de un vizcaíno

Mendilibar quizá sea ajeno a este juego de naipes que arraigó en los soldados de los Tercios que hollaron el Viejo Continente en el Siglo de Oro. Pero algo de la sal del balneario de Zaldúa, en la cuenca del río Nervión, habrá traído pegado cuando ha encajado tan bien en la filosofía de un club que se ha entregado al viejo zorro vizcaíno hambriento como estaba de olvidadas ilusiones.

Enfrente estará otro viejo zorro de las peleas continentales, un Massimiliano Allegri que ya sabe lo que es jugar, y perder, en el Ramón Sánchez-Pizjuán. Y que sabe también que lo anímico, la guerra psicológica, es lo que pesa llegados a estas alturas de la partida. Ambos jugarán sus cartas, sus envíos y sus amagos. El rentoy está servido. A ver quién lleva el 2...