El Sevilla y el Atalanta hicieron oficial a primera hora de la tarde de ayer el traspaso de Luis Muriel al club de Bérgamo, una operación en la que el club nervionense salva práctica, y milagrosamente, casi la totalidad de la brutal inversion realizada hace ahora dos temporadas, cuando el fichaje del colombiano se convirtió –y sigue siéndolo– en el más caro de la historia del club.

El Sevilla percibirá prácticamente unos 20 millones de euros por una operación que puede considerarse altamente jugosa para sus intereses financieros. Es verdad que de esos 20 millones tendrá que pagar dos a la Sampdoria, su club de procedencia, en concepto de porcentaje de venta a un tercero firmado en su momento, pero teniendo en cuenta el coste de la operación que llevó a cabo la dirección deportiva que encabezaba Óscar Arias y el rendimiento ofrecido por el jugador, puede decirse que la entidad compensa el fichaje y el gran riesgo asumido teniendo en cuenta que se han cumplido ya dos años de amortización.

Con ello, el Sevilla puede decirse que aprende una lección importante en el aspecto financiero. Confió en su participación en la Liga de Campeones para apostar muy fuerte por un jugador por el que ahora el mercado le da una segunda oportunidad.

El Sevilla invirtió 22 millones de euros –jugosas comisiones aparte– por un futbolista que tampoco tuvo suerte en Nervión. En el Sánchez-Pizjuán permaneció una temporada y media, antes de que el pasado mes de enero fuese cedido a la Fiorentina. Muriel anotó 13 goles en un total de 62 partidos oficiales con el Sevilla, una cifra bastante pobre para las previsiones que había levantado su fichaje.

En Italia relanzó su carrera y gracias a sus goles volvió a coger el tren de la selección de Colombia, que había perdido en una primera vuelta muy pobre en el Sevilla a las órdenes de Pablo Machín, quien le dio al principio una confianza que acabaría perdiendo en beneficio de un enrachado Ben Yedder.

Sus primeros meses en el arranque de 2019 fueron muy prometedores. Muriel anotó 9 goles en pocos partidos, 6 de ellos en la Serie A, lo que hizo a la Fiorentina plantearse ejercer la opción de compra firmada en su contrato. Finalmente, la llegada de Montella al banquillo viola no fue buena ni para Muriel, que entró en una profunda sequía, ni para el equipo, que se salvó del descenso en la última jornada. Ello provocó que la Fiorentina se replanteara una revolución en la plantilla y descartara hacerse con el jugador en propiedad.

Pero la histórica clasificación del Atalanta para la Liga de Campeones ha sido un cable que el mercado le ha echado al Sevilla en una causa prácticamente perdida. En el equipo de Gian Piero Gasperini formará una pareja de ataque con su compatriota Duván Zapata, goleador de moda la pasada campaña en la Serie A.

Muriel, que siempre defendió que su idea era quedarse en Florencia, se despidió del club viola en un mensaje muy cariñoso, no haciendo lo mismo con el Sevilla, que sí le deseó suerte en su nueva andadura y le agradeció los servicios prestados. Eso sí, con su caso aprende una lección.