Nueva decepción sevillista a pesar de la mejoría en el juego en una temporada complicada para los nervionenses. El equipo de Jorge Sampaoli no fue capaz de plasmar en el marcador esa sensación de dominio y acabó eliminado de la Copa del Rey en un clavo menos al que agarrarse en este curso.

Rafa Mir | No transmite rabia ni al fallar un gol ni al perder un balón

Rafa Mir, cabizbajo tras el primer gol del Osasuna.

Sampaoli volvió a situarlo en el costado izquierdo para que el recién llegado Ocampos fuera quien ejerciera de falso nueve. Y Rafa Mir volvió a dejar una de sus tradicionales actuaciones en las que corre, eso no se le puede negar, pero transmite una indolencia increíble tanto cuando pierde un balón, lo que sucede muchas veces, como cuando falla un gol como el que tuvo justo antes de que Chimy Ávila convirtiera el suyo en el siguiente ataque. Ni sufre ni padece, o al menos eso transmite.

Badé | En la foto de los goles y es el mejor de la defensa

El defensa francés Loïc Badé, ante Kike García.

Se ha asentado como el defensa con más jerarquía en este Sevilla, lo que ya es mucho decir a la vista de las debilidades que siempre muestra el equipo en los conceptos al protegerse. Badé sabe jugar al fútbol, no se pone nervioso y despeja también la mayoría de los balones por arriba, pero estuvo en la foto de los dos goles por dejarle un metro de más a los delanteros.

En-Nesyri | Si le llegan balones, es el más eficaz en el remate

En-Nesyri remate el gol del empate del Sevilla.

Salió desde el banquillo para demostrar que tal vez sea el único delantero capaz de meter la pelotita dentro junto a Ocampos cuando éste tenga más gasolina en su depósito. El marroquí pide a gritos que sea aprovechada su pelea y que, sobre todo, le pongan balones en condiciones de ser rematados. Suso se la dio por delante una vez y la pelota acabó dentro de la red de Sergio Herrera.

Lamela | Le quita el peligro al 90% de las acciones arriba

Lamela pelea con Juan Cruz por un balón.

No está presente en casi ninguna ocasión de gol por la sencilla razón de que tiene el defecto de que le quita todo el peligro a acciones que pueden hacerle mucho daño a los equipos rivales. En la primera mitad desaprovechó dos o tres opciones claras para que el Sevilla hubiera acariciado el gol y en la segunda perdió muchos balones en el costado derecho con riesgo para los suyos.