Sevilla FC - Valencia | La previa

El veterano Sevilla frente al joven Valencia: Que suene 'Amarguras'

Jesús Navas, que empezará una nueva Liga próximo a cumplir los 38, entre Rakitic y Óliver Torres.

Jesús Navas, que empezará una nueva Liga próximo a cumplir los 38, entre Rakitic y Óliver Torres. / Juan Carlos Vázquez

A raíz de la pandemia, aquel oscuro periodo de la historia reciente, a alguien en el Sevilla se le ocurrió que no había mejor tributo para recordar a los sevillistas fallecidos que hacer sonar la marcha fúnebre Amarguras antes del primer partido. El Sevilla demostró ahí su imbricación con la sociedad a la que pertenece. Fue un acierto pleno que ha repetido desde entonces. En esta tórrida noche de la canícula agosteña, y antes incluso del día de la Asunción, los sones del maestro Manuel Font de Anta pondrán su paño de melancolía primaveral como luctuoso fondo del rito.

Al fin y al cabo, un partido de fútbol es un ritual. De reencuentros, de recuerdos, de emociones compartidas, sean frustrantes o exultantes. Y el sevillismo se apresta a revivir su rutinaria comunión, tras las cimas memorables de las eliminatorias gloriosas con el Manchester United y la Juventus, en este mismo escenario que estará tostado por la enésima ola de calor que asola la ciudad.

La urbe, vacía como un páramo durante las horas previas, concentrará la energía en Nervión este viernes 11 de agosto, es difícil recordar un partido de Liga tan temprano... si es que lo hubo. Y los sones del himno oficioso de la Semana Santa -en realidad un poema sinfónico- cobrarán un significado especialmente doméstico en el recuerdo de Domingo Pérez, el niño que creció bajo Gol Sur antes de que sus manos arreglaran las musculaturas de tantos y tantos ídolos de miles de niños anónimos.

La pizarra. La pizarra.

La pizarra. / D. S.

Luego comenzará a rodar el balón. Empezará, antes que nunca, un fútbol que cada vez se aleja más de esos rituales íntimos de los estadios para convertirse en un bien de consumo masivo a través de las televisiones. A ver cuántos valientes desafían los 36 grados que se prevén a las 22:00 en el coliseo de Nervión, interrumpiendo sus vacaciones –el que tenga la suerte de disfrutarlas– o el solaz del refugio hogareño. Ni el primer Trofeo Ciudad de Sevilla, que se disputó el 22 de agosto de 1972, fue tan temprano en el calendario de nuestro duro verano. Pero ya se sabe que el fútbol-industria -aprovechen los nostálgicos, que la camiseta no estará manchada aún con ningún sponsor- responde a otros intereses espurios que poco tienen que ver con la comunión entre los aficionados y sus equipos. Equipos a medio hacer en muchos casos, un mal del que no es ajeno el Sevilla por el tremendo desfase entre el inicio liguero y el cierre del mercado.

Pero Mendilibar no quiere excusas por el calor. Se queja más el hombre del absurdo de que haya tres jornadas por delante del cierre de transferencias y se ve obligado a tratar en los entrenamientos a todos por igual, los que forman la plantilla a día de hoy, los que pueden salir... los descartados, ese estigma que es herencia de anteriores planificaciones. Es el contexto con el que buscará la confirmación de su tremenda y salvadora epifanía de la temporada pasada, con un equipo similar reforzado por Gattoni, Pedrosa y Sow, al que no sería extraño verlo debutar hoy: ya hay un aliciente meramente futbolístico, ajeno a lo ritual. Aunque ver al primer fichaje sí es un rito estival.

Sow hace ejercicios ante Delaney, Tecatito, Ocampos y otros compañeros. Sow hace ejercicios ante Delaney, Tecatito, Ocampos y otros compañeros.

Sow hace ejercicios ante Delaney, Tecatito, Ocampos y otros compañeros. / Juan Carlos Vázquez

El Sevilla de Mendilibar fue creciendo durante la pretemporada hasta acabar atosigando al Atlético en su área en su último bolo veraniego. Y ésa es la idea que quiere repetir, casi una semana después, ante el joven Valencia de Rubén Baraja, un equipo muy acuciado por la economía que apenas ha podido incorporar como fichaje al mediocampista del Levante Pepelu, una andanada a su zaherido eterno rival.

El Pipo tiene a su mando la plantilla más joven de Primera, “un equipo atrevido” de medio campo adelante, dijo Mendilibar. “Son valientes, y al valiente le va a ir bien”, dijo, como en un recordatorio a los suyos de que el camino ya lo trazó en los tres meses finales de la pasada temporada, aquellos días memorables entre el 21 de marzo de su llegada y el 31 de mayo de su entronización en Budapest. ¿Jugará Bono, que aparece como candidato a relevar a Courtois? ¿Lo hará Rafa Mir, tentado por el Valencia? ¿Tecatito tendrá minutos? Qué más da. Mendilibar sabe que el fútbol es lo colectivo, el ritual, la comunión. Que suene Amarguras.

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