Resultado del Liverpool-Sevilla

Varios registros y competitividad ante el campeón de Europa (1-2)

  • El Sevilla se impone al Liverpool con uno menos, por la roja a Gnagnon en la segunda parte, gracias a una gran acción entre Koundé, Munir y Pozo

  • Nolito adelantó al Sevilla con un gran gol, premiando una buena primera mitad de los de Lopetegui, pero Origi empató al filo del descanso tras un rechace en un córner

Fernando pugna por un balón con Oxlade-Chamberlain en el Fenway Park de Boston.

Fernando pugna por un balón con Oxlade-Chamberlain en el Fenway Park de Boston. / C. J. Gunther / EFE

El Sevilla se impuso al Liverpool (1-2) en un partido con bastantes apuntes positivos y alguno negativo, como cierto desorden lógico con los cambios y, sobre todo, la expulsión de Gnagnon, por una alevosa patada a Larouci, que abandonó el campo lesionado, tras una falta no pitada sobre Munir. Nolito, con un gol de rosca sobre la marcha desde la izquierda a centro rechazado de Jesús Navas, adelantó a los de Julen Lopetegui. Igualó Origi tras un rechace en un córner y, ya en el minuto 90 y con uno menos por la expulsión del jugador galo en el 75', Pozo dio el triunfo al rematar con clase un pase de Munir, al que Koundé envió un excelente balón en largo.

El vigente campeón de Europa, si bien no alineó a varias de sus estrellas, salió con una presión fuerte ante un Sevilla reconocible, que formó de inicio con Sergio Rico; Jesús Navas, Diego Carlos, Carriço, Reguilón; Fernando, Joan Jordán, Banega; Lucas Ocampos, Nolito y De Jong. En ese inicio dubitativo, Origi dispuso de la primera ocasión, un disparo escorado y forzado por Reguilón que Sergio Rico despejó a córner.

Al Sevilla le costó sacudirse esa presión, pero la reacción a base de verticalidad, con combinaciones rápidas tanto en corto como en largo, empezó a tener fruto en forma de ocasiones. De Jong dispuso de dos buenas, un mano a mano con el meta Lonergan tras un gran pase interior de Nolito y un cabezazo fuera de cabeza a un centro de Lucas Ocampos.

En el minuto 37, el mejor posicionamiento en el campo del Sevilla, con presión coordinada y salida ordenada y vertical, llegó el gol de Nolito, que premió la mejor imagen de los de Lopetegui ante el equipo de Jürgen Klopp.

Carriço despeja el balón ante Origi. Carriço despeja el balón ante Origi.

Carriço despeja el balón ante Origi. / C. J. Gunther / EFE

Al filo del descanso, el Liverpool reaccionó tras verse sorprendido por el juego del Sevilla y logró forzar un córner, en un rápido ataque por la derecha, con Reguilón adelantado. A la salida del mismo, Origi marcó tras un rechace, después de Carriço perdiera el forcejeo en un salto. La coordinación del repliegue tras pérdidas en posiciones adelantadas es una de las asignaturas a mejorar.

Otro once en la segunda parte

En la segunda parte, con los dos equipos prácticamente nuevos, el juego fue más discontinuo por parte de ambos rivales. Lopetegui formó otro once con Vaclik; Corchia, Koundé, Kjaer, Escudero; Joan Jordán (posteriormente sustituido por Gnagnon), Franco Vázquez, Óliver Torres; Lucas Ocampos, Munir y Dabbur, aunque la delantera volvería a moverse y a permutar posiciones, con la entrada de Ben Yedder, en sus primeros minutos esta pretemporada, y Pozo.

El Sevilla, pese a estar con uno menos desde la expulsión de Gnagnon, demostró competitividad, ante un Liverpool que no contaba con sus principales figuras y que alineó a jugadores con dorsales altos, ya que estaban ausentes futbolistas principales como Alisson, Robertson, Shaqiri, Mané, Salah y Firmino. De hecho, aun en inferioridad, terminó atacando con fe el área de los reds.

En este periodo el partido se abrió algo más y tuvo una línea más irregular. Dabbur se mostró como una opción para la banda izquierda, donde exhibió empuje y agresividad en la presión, y también algunas dosis de calidad, como un excelente balón al espacio a Munir, cuyo zurdazo repelió como pudo Mignolet (57').

En el minuto 90, y después de no sufrir apenas en ese periodo en inferioridad, un excelente balón en largo al espacio de Koundé que ganó Munir lo aprovechó el atacante madrileño para ponérsela en el área a Pozo, que evitó al meta Mignolet y marcó a puerta vacía.

Presión, verticalidad y el balón parado

La presión coordinada, más ordenada en la primera parte con una formación más reconocible y menos experimental, y la verticalidad en los ataques, con juego en corto y en largo y rápidas combinaciones tanto por dentro como por fuera, fueron las mejores señas de identidad del Sevilla.

También a balón parado, con creciente protagonismo de Joan Jordán, dio señales positivas el equipo de Lopetegui, que probó a Gnagnon de medio centro, aunque el defensor galo sólo pudo mostrar algunas pinceladas positivas en los 25 minutos que estuvo en el campo, hasta su expulsión en el 75.

La reacción del Sevilla en la primera mitad llegó gracias al triángulo que formaron desde la izquierda Banega, Nolito y Reguilón, que aprovechaba el pasillo que le dejaba el sanluqueño. En ese periodo, De Jong adoleció de falta de puntería y de cierto estatismo cuando el equipo de Lopetegui dinamizó el ataque, también ayudado por la omnipresencia de Joan Jordán para robar balones adelantados y soltarla rápido, escoltado unos metros atrás por Fernando.

Finalización de jugadas; dudas en la salida

Salvo esos minutos iniciales de acoso red, el Sevilla demostró que estaba mejor plantado y más evolucionado en su pretemporada que un Liverpool demasiado joven y discontinuo. Sorprendió la rapidez de que quiere dotar Lopetegui al juego combinativo de ataque, en el que se mezclan un mayor poderío físico en el centro del campo, gracias a Jordán y a Fernando y también a Lucas Ocampos desde la derecha, y la calidad que siguen atesorando Nolito y Banega para distribuir el balón con precisión.

Además, el Sevilla demostró que no le tiene miedo a finalizar pronto las jugadas, con disparos exteriores y desde varias posiciones. Así lo intentaron Ocampos y Jesús Navas desde la derecha.

También hubo algunas dudas en la salida cuando el Liverpool, sobre todo en la segunda mitad, presionó a los defensores sevillistas. En el minuto 69, Brewster gozó de la mejor ocasión red al aprovechar un robo tras un intento fallido de Escudero, que optó por combinar en vez de despejar. Vaclik respondió bien.

Aun con muchos cambios, sobre todo en el carrusel de permutas que hubo en el segundo periodo (Gnagnon, Franco Vázquez y Óliver Torres formaron un extraño mediocampo), el equipo de Lopetegui mostró una adecuada exposición de la idea que el técnico quiere inculcar, aunque sólo fuera una prueba más de pretemporada. Y Jürgen Klopp sigue sin saber lo que es ganar al Sevilla.

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