Sevilla-Las Palmas | Contracrónica

Sergio Ramos bendice a Lukébakio en el recuerdo de Biri Biri

Sergio Ramos busca a Rakitic para celebrar el gol de Lukébakio ante En-Nesyri y Pedrosa.

Sergio Ramos busca a Rakitic para celebrar el gol de Lukébakio ante En-Nesyri y Pedrosa. / Juan Carlos Muñoz

Las palmadas resonaban fuerte en el vestuario del Sevilla. Sergio Ramos, que había atendido a las cámaras de la televisión que retransmitió el partido y se entretuvo por ello en el césped, fue el último en llegar y fue saludando uno a uno a todos sus compañeros. "Bien, Luke". Al primero que se encuentra al ingresar en el otrora sancta sanctorum de los futbolistas es al gran artífice del primer triunfo del Sevilla de Mendilibar 2023-24. "Muy bien, gente, muy bien. Tres puntitos de puta madre, joder. ¡Muy bien, gente!", dice tras abrazarse a José María del Nido Carrasco y José Castro, y saludar a Acuña, de paisano por su lesión, y a Kike Salas antes de darse un gran abrazo con Jesús Navas. El reestreno en Nervión de Sergio Ramos 18 años después fue salvado por un zagalón belga de 25 años.

Dodi Lukébakio (Bruselas, 24-09-1997) tenía 8 años cuando Sergio Ramos (Camas, 30-03-1986), con 19 primaveras, dejó el Ramón Sánchez-Pizjuán para convertirse en un mito del Santiago Bernabéu y de la selección española, en la que figura, de largo, como el futbolista con más internacionalidades de toda la historia: 180 partidos. 18 años después, el central de Camas ejerció de maestro de ceremonia en la presentación oficial de Lukébakio, que le quitó las telarañas a los ángulos de la portería que estaba tapiando con la argamasa de sus guantes y sus reflejos otro zagalón sevillano, Álvaro Valles (La Rinconada, 27-07-1997), un portero que hasta 2018 militó en la cantera del Betis y que lució de verde en el reencuentro de Las Palmas con Nervión seis años después de la última aparición canaria en el coliseo sevillista.

Sergio Ramos dio una de cal y otra de arena en el regreso de la redención y la mayoría de edad del perdón del sevillismo. Aparte de jugar al límite en lo disciplinario -Las Palmas reclamó un penalti a Sory Kaba, al que le soltó alguna mano temeraria-, salvó un balón de gol entre los palos en la segunda parte y dio el susto final de la atardecida con el mal despeje que dio en Fernando antes de que Javi Muñoz se plantara solo ante Dmitrovic. El serbio emuló al sevillano de La Rinconada: vaya paradón con su prodigiosa manopla en el minuto 93 ante los 40.578 espectadores que testificaron en la vuelta de Sergio Ramos.

Habría sido un feo final para una historia feliz. Emocionante, demasiado para algunos corazones sevillistas, pero feliz... excepto para los muchos sevillistas, una gran minoría, que aún no tragan con la rueda de molino del perdón al camero, al que siguen considerando un traidor. Pero esto se quedó en los comentarios privados.

A la hora del partido, ni un silbido cuando su nombre sonó por la megafonía en el anuncio de la alineación. Ni un pitido durante el calentamiento. Ni un mal gesto. En Gol Norte, los mismos que rechazaron su fichaje tiraron por la calle de en medio del homenaje a Biri Biri como mensaje de bienvenida al mal llamado hijo pródigo de Camas. Con un lema que puede tener varias lecturas. “Historia, valores y tradición”, se leía en una preciosa caligrafía con la que los Biris homenajeaban al inspirador de su afamado apelativo. El pasado 1 de septiembre, dos días antes del fichaje de Sergio Ramos, se cumplieron 50 años del debut de Biri Biri con el equipo nervionense, entonces en Segunda División. Tenía 25 años...

Lukébakio, de ascendencia congoleña y piel negra como Biri Biri, redondeó el homenaje al carismático delantero gambiano al que Los Rocieros le dedicaron un verso de sus sevillanas a aquel Sevilla que llenaba un estadio en obras en los primeros años 70: "Biri Biri en el Sevilla sigue marcando más goles, y sigue siendo Momodo el mejor de los mejores"... Vaya golazo de Dodi Lukébakio en el recuerdo de Alhaji Momodo Njie el día del regreso de Sergio Ramos...

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