Sevilla-Las Palmas | La crónica

Lukébakio calma a un verdadero flan (1-0)

  • El Sevilla consigue un triunfo trascendental ante Las Palmas en el día del retorno de Sergio Ramos, aunque el verdadero protagonista fue el belga

  • En un equipo demasiado nervioso, el debutante no sólo le pegó con el alma en su empalme, también tuvo dos más

  • Así le hemos contado el Sevilla-Las Palmas

Los futbolistas sevillistas celebran el gol del triunfo de Lukébakio.

Los futbolistas sevillistas celebran el gol del triunfo de Lukébakio. / Juan Carlos Muñoz

Respiro hondo de alivio para el Sevilla con un protagonista principal por la autoría del gol y por haber protagonizado las tres mejores acciones ofensivas de la tarde. Dodi Lukébakio tuvo un debut prometedor. No en vano, empalmó con la zurda el enésimo balón que había sacado prácticamente de dentro Álvaro Valles, pero no se quedó sólo en eso, también le puso un buen balón a En-Nesyri en la jugada en la que el balón no entra completamente por el pelo de una gamba y en su tercera acción estuvo a punto de repetir como bigoleador. Eso sí, la fulgurante aparición del belga no puede ocultar que el cuadro de José Luis Mendilibar se comportó como si fuera un verdadero flan.

Demasiado nervioso, sin duda y provocando el sufrimiento en los corazones de todos los suyos. Por ejemplo, cuando un mal despeje del también debutante Sergio Ramos se estrelló sobre el cuerpo de Fernando y la pelota quedó en poder de Las Palmas para que Dmitrovic tuviera que hacer un salvador paradón a la llegada de Javi Muñoz. Pero no se quedó ahí la cosa, en el minuto 96 un despeje horripilante de Badé por querer casi de cabeza a una acción a ras de césped también dejó el esférico en poder de Cardona y el susto fue mayúsculo por el mal centro del lateral izquierdo, aunque Kaba también pudo tocarlo hacia dentro.

Pero en esto del fútbol no sirve para nada lo que pudo ser y no fue, la única realidad es que el Sevilla, en el día en el que Sergio Ramos volvía a enfundarse su camiseta en un partido oficial, conseguía su primer triunfo del curso como local. Este dato no es baladí. En el curso anterior, los sevillistas no fueron capaces de sumar tres puntos de golpe delante de los suyos hasta el 8 de enero de 2023, cuando se impusieron por 2-1 al Getafe con el Mundial de Qatar ya finiquitado. Sí habían vencido por 3-0 al Copenhague en la Champions, pero en la Liga no fueron capaces de darles ni una sola alegría completa a los suyos hasta esa fecha cercana a los Reyes Magos.

Así que en ese sentido sí ha mejorado algo el equipo bajo la batuta de Mendilibar, aunque el técnico vasco tiene mucho trabajo ahora por delante para dar con la química justo en la combinación de sus elementos para que el centro del campo dé sensación de solidez al menos. El vasco repitió con la pareja Sow-Rakitic, la misma de la última cita previa al parón contra el Girona, y el resultado fue exactamente el mismo. El internacional por Suiza tiene más tendencia a irse hacia arriba y después no tiene físico para la ida y la vuelta. El suizo Rakitic sencillamente no ayuda jamás en esa faceta defensiva y el equilibrio se resquebraja. Ya se vio a los 38 segundos cuando la pasividad del capitán permitió la primera llegada clara de Jonathan Viera.

A todo ello se suma que tampoco el mediapunta, de nuevo Óliver Torres ayuda menos para que los rivales no lleguen en superioridad por esa zona central. Con Fernando, si se recupera físicamente de los problemas que ha atravesado, y con Soumaré, una vez considere el técnico que se ha aclimatado a la vida, la futbolística cabe suponer, en Sevilla, deberá hallar una combinación de piezas que sea mucho más acertada para que todo la maquinaria ofrezca una sensación de fiabilidad. De momento, con los elementos que viene utilizando hasta ahora no lo transmite, ni muchísimo menos.

El Sevilla, después del susto inicial de Jonathan Viera, sí trató de tener un arranque brioso. Valles comenzaba su recital en minuto 6 con una excelente parada a Rafa Mir, otra de las sorpresas en el once inicial, después repetía con otro balón que llegó a rozar con la cabeza el ariete cartagenero (8'). Y la trilogía de opciones para el delantero elegido esta vez por Mendilibar se completaba en un balón por delante perfecto de Pedrosa al que no llegó cuando parecía que era propicio para ello (24').

Ahí se comenzó a quedar sin gas el cuadro local y ya sí pasó algún apuro para recuperar la pelota que manoseaba Las Palmas en el más puro estilo de su entrenador, García Pimienta, que está criado en los pechos del Barcelona con su juego de toque. Eso sí, el Sevilla rozó el 1-0 cuando Ocampos la puso dentro de la portería, pero Óliver Torres estaba adelantado a la hora de dar el pase previo (45'). Después el propio Óliver tuvo la última, pero le dio el balón en malas condiciones a Rafa Mir (47'+) cuando estaba demasiado solo dentro del área canaria.

El problema, para el Sevilla, era la sensación de miedo generalizado que se transmitía y que incluso llegaba a afectar a los futbolistas más veteranos, sobre todo Jesús Navas, no en el caso de Sergio Ramos, y sí para un Rakitic que sencillamente no llegaba porque no le daba el físico para más. Fue una fase complicada y los visitantes llegaron a reclamar dos penaltis a través de Kirian y Kaba, pero Martínez Munuera estuvo muy convencido de que ambos habían fingido.

Se produce entonces el doble cambio que lo iba a cambiar todo cara al gol. Entraron Lukébakio y En-Nesyri por Suso y Rafa Mir, respectivamente, y el Sevilla tuvo un punto más de velocidad y de maldad para hacerle daño a los forasteros. Lo rozó el marroquí en una excelente acción del belga (68'), pero el balón no entró por no rebasó del todo la raya de gol. Y poco después, en el 71', el enésimo paradón de Valles, a un cabezazo de En-Nesyri le caía a Lukébakio para que éste empalmara con un disparo cruzado con su zurda.

El cuadro sevillista, por fin, estaba por delante y el juego se iba a enloquecer por parte y parte. Los blancos tuvieron algún acercamiento peligroso a través de Ocampos (76') y Lukébakio (84'), pero se salvaron del petardazo por el acierto de Dmitrovic (93') y el desacierto de Cardona después del horrible despeje de Badé (96'). Al final, el respiro de alivio era absoluto, el Sevilla de Mendilibar se estrenaba en este curso y sólo cabe esperar que el veterano técnico toque las teclas adecuadas para que los suyos mejoren desde el triunfo. Falta le hace, sin duda, aunque las buenas rachas muchas veces se inician en tardes así en las que sólo vale quedarse con el resultado final de todo.

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