Sevilla FC | Resumen de la Liga

El año más difícil del Sevilla, cuarto y con el foco en Lopetegui

Lopetegui, bajo el aguacero, en uno de los numerosos partidos con lluvia en el Sánchez-Pizjuán.

Lopetegui, bajo el aguacero, en uno de los numerosos partidos con lluvia en el Sánchez-Pizjuán. / Antonio Pizarro

Acaba de concluir la Liga más compleja y difícil que han vivido tanto Julen Lopetegui como Monchi según sus propias palabras. Tal es la complejidad de la temporada que terminó con el Sevilla disfrutando de otra clasificación para la Liga de Campeones que José Castro, de nuevo, tuvo que salir a defender la continuidad del entrenador entre el continuo runrún de la prensa y de la afición sobre la idoneidad de que cumpla su contrato. Ésa es la tremenda paradoja del Sevilla actual, que ha logrado el hito histórico de la tercera clasificación para la Champions por la vía liguera entre un continuo debate que ha producido un desgaste externo, con la duda extendida de que esa erosión también haya corroído las relaciones internas.

Los resultadistas destacarán que con el guipuzcoano el Sevilla ha logrado ser el equipo menos goleado de la recién terminada Liga, y no sólo porque Bono, en un año espectacular pese a su ausencia en la Copa de África, lograse el Trofeo Zamora. Los 30 goles encajados superan por muy poco los 34 de la primera temporada y los 33 de la segunda. Eso sí, la cortapisa es el resultado corto, que se puede observar mirando los goles a favor en los tres años, casi calcados también: 53 esta Liga y la anterior, la del récord de los 77 puntos, y 54 en su primera, en la que también terminó cuarto con 70, como ésta. El sello, por tanto, está más que definido y será difícil que, como piden los críticos con el juego, éste mejore en busca de un mayor divertimento, o de un desarrollo de partido menos previsible.

En su intervención en Canal Sur, Castro rechazó que vaya a haber una reunión entre las partes para consensuar la continuidad y limar los problemas que ha habido en una temporada horadada por las lesiones continuas, los positivos en Covid y también la Copa de África, que causó la baja del portero titular y del máximo goleador de la anterior campaña. "Ya lo hemos dicho muchas veces. Lopetegui tiene dos temporadas más con nosotros, y no hay ninguna reunión hoy con él porque se ha ido de vacaciones. Ya la tendremos seguro para planificar. No podemos pensar en otra cosa que su continuidad", arguyó el utrerano, que también fue preguntado si no será el propio Lopetegui quien forzará su salida si le llega alguna oferta interesante, ante el continuo cuestionamiento de su gestión: "Cuando Lopetegui me dio la mano en la anterior renovación no miró ni el dinero, me dijo que aquí estaba siendo respetado y que estaba muy bien con nosotros. Me sorprendería que se fuese pagando la cláusula de rescisión". Y el de Asteasu también ha declarado, hasta el hartazgo que ha mostrado en sus dos últimas comparecencias, que está encantado en el Sevilla...

Todos los caminos conducen hacia la continuidad. Pero la incertidumbre sigue tan viva como el debate, que no acalla ni el hecho de que fuera coreado su nombre en el cierre ante el Athletic, igual que lo fue en el quizá mejor partido en casa esta Liga, el derbi con el Betis.

Tras el récord de puntos (77), la presente Liga tuvo récord de menos derrotas (4), pero también récord de empates (16) por muchos factores, entre los que los más obvios fueron las bajas de larga duración de futbolistas clave: Jesús Navas, En-Nesyri, Fernando, Suso... y también Lamela, que irrumpió como otro faro que podría iluminar el juego ofensivo del Sevilla, el gran flagelo con el que los críticos atacan el ideario de Lopetegui, que también podrá esgrimir que ha habido fallos en la planificación, ante la realidad de una plantilla envejecida, con una edad media elevada y puestos clave sin repuestos de garantía. 

Pero no es el único ariete de los que lo cuestionan. También lo es su cansino discurso ante la prensa, el excesivo hermetismo en torno a bajas, positivos y partes médicos y la sospecha de disensiones entre distintos departamentos del club. Tres años escuchando la misma cantinela de la complejidad del partido y el máximo respeto al rival, sea el Andratx o el Salzburgo, erosionan tanto como la sorpresa de ver que al cúmulo de bajas se iban sumando, incluso en los calentamientos de partidos, nuevas víctimas al parte médico en cada cita, en un goteo inexplicable.

Según Castro, la próxima reunión, que anunció el propio Monchi, será sólo para planificar. Pero hay mucha tela que cortar, porque detrás de la paradoja de la incertidumbre con el objetivo logrado está la realidad de la bajada de asistencia al estadio. Hubo muchos días con lluvias torrenciales, hasta siete, habrá influido el temor al Covid, pero algunos no han acudido por hastío con el juego. Sólo 31.305 espectadores en el cierre liguero, para un clásico de la Liga como el Sevilla-Athletic y con la opción de pelear por el tercer puesto, es una cifra significativa. Y quizá eso también tenga que hablarse en la reunión de marras.

Lopetegui mantuvo el listón competitivo pese a las bajas, salvo en Europa. Porque aquí la decepción fue indudable, tras caer eliminado en el grupo más flojo de la Champions a priori, todavía con Fernando, y ante un rival de escasa alcurnia en la Europa League, ya sin el medio centro. Quizá sea una excesiva exigencia, o quizá la lógica del crecimiento.

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