Sevilla - Betis

La fiesta en Nervión fue de un solo color: el rojo

Los jugadores del Sevilla festejan el triunfo con su afición.

Los jugadores del Sevilla festejan el triunfo con su afición. / Antonio Pizarro

Desde primera hora de la mañana, la capital hispalense se despertaba con aroma a partido grande. Llegaba el segundo derbi de la temporada, en Liga (el 102 en Primera), pero con todo lo vivido en aquel capítulo de la Copa del Rey muy presente. Sin embargo, todo transcurrió con total normalidad. Predominó lo futbolístico y ahí el Sevilla fue mejor, de ahí que el rojo fuera el único color predominante ayer en la fiesta del fútbol sevillano.

En los aledaños del Ramón Sánchez-Pizjuán se veían, con el paso de las horas, cada vez más bufandas y camisetas blanquirrojas en unos aficionados que se iban acercando para hacer piña a la salida del autobús sevillista, desde su habitual hotel de concentración. Mientras salía el vehículo que transportaba a la expedición sevillista rumbo al estadio, el Betis ya había llegado al feudo de Nervión procedente, también, de su hotel de concentración, donde Manuel Pellegrini y sus jugadores recibieron el cariño de los muchísimos béticos que allí acudieron a darle su equipo el último aliento, sin obviar a los 612 béticos con entrada para el derbi que pusieron rumbo al feudo sevillista.

Los futbolistas del Sevilla celebran el triunfo en el Gol Norte. Los futbolistas del Sevilla celebran el triunfo en el Gol Norte.

Los futbolistas del Sevilla celebran el triunfo en el Gol Norte. / Antonio Pizarro

Poco a poco, el ambiente de los aledaños al Ramón Sánchez-Pizjuán se trasladaba a su interior. Ovación para Bono, Dmitrovic y Javi Díaz, los primeros en saltar al terreno de juego, y a continuación para el resto del equipo. Pitos a la salida de Bravo, Rui Silva y Joel acompañados de los habituales cánticos de la rivalidad sevillana cuando el resto de jugadores verdiblanco pisaban el campo en el habitual calentamiento previo al inicio del partido, y más concretamente contra Guardado y Borja Iglesias por lo vivido en el derbi copero.

A las cuatro en punto se retiraba el Sevilla hacia los vestuarios, con una gran ovación de su parroquia. Pitos cuando, poco después, lo hizo el Betis. Mientras la zona acotada para la afición bética seguía llenándose, en Gol Norte se desplegaba un tifo en el que se podía leer: "Ser o no ser, Sevilla es la cuestión". Siguieron los pitos por megafonía al anuncio de la alineación bética. Gran ovación con la del Sevilla, en un estadio con un gran ambiente de derbi. Con el tifo y el mosaico preparados, y con el himno de El Arrebato cantado por la afición sevillista, saltaron los dos equipos al campo, sin faltar los gritos de "Betis, Betis" en la parte verdiblanca. Todo listo, derbi en la hierba y en la grada tras el pitido inicial de Del Cerro Grande.

Lo sucedido en la Copa estuvo presente en el sevillismo en las figuras de Guardado y el Panda

Saltó el Sevilla dominando y llegó el subidón blanquirrojo en la acción en la que Del Cerro pitó penalti sobre En-Nesyri. Lanzó Rakitic engañando a Bravo y el sevillismo celebró el gol: "¡Vamos mi Sevilla, vamos campeón!". Y la tensión no bajó nunca. Ovación para el Papu cuando se fue lesionado y entró Munir. Antes, el Betis no tiraba el balón al suelo y Acuña realizó una durísima entrada sobre Fekir, escuchándose el "písalo, písalo…". Y es que el lateral argentino tenía enchufado al máximo a su equipo y a su afición. Y de nuevo con el gol de Munir estalló de júbilo el sevillismo, que disfrutaba de la superioridad de su equipo sobre el terreno de juego sobre un Betis desaparecido por completo. "Mete un gol, vamos Sevilla mete un gol…", gritaba la afición del cuadro de Nervión, que despidió con grandes aplausos con el final del primer tiempo.

En el segundo tiempo saltó el Betis con algo de empuje y acompañado de un "¡te quiero Betis!" por parte de sus aficionados, mientras que en el Gol Norte seguía la fiesta sevillista. Bartra puso el "¡uy!" en la parte bética con un disparo desde la frontal que se fuera y en el Sevilla Acuña era el director de orquesta de una parroquia loca entregada al argentino. Y Bono se unía a la fiesta con una gran parada a tiro de Tello.

Los jugadores del Betis agradecen a su afición el apoyo dado. Los jugadores del Betis agradecen a su afición el apoyo dado.

Los jugadores del Betis agradecen a su afición el apoyo dado. / Antonio Pizarro

Ruibal también quiso ser protagonista con un disparo que se fue alto por poco, pero ante cualquier atisbo de reacción bética el Sevilla replicaba al calor de los suyos. Calor como el que se llevó Jordán al ser cambiado: "¡Juan Jordán te quiero…!". Y de pronto… ¡Guardado, tírate, lololo…!”, en el tramo final del partido mientras el sevillismo disfrutaba con su equipo. En plena fiesta nervionense Álex Moreno tuvo una ocasión de oro para haber metido a su equipo el partido, pero se fue alto su disparo. A renglón seguido ovación a Acuña por parte de su hinchada al ser cambiado: "¡Acuña, Acuña…!".

Minutos finales del partido y la afición sevillista coreó el nombre de su entrenador: "¡Julen, Julen, Julen Lopetegui…!". Ya en el descuento, gol de Canales para ponerle algo de pique una fiesta que sólo tuvo un color, el rojo. Pitido final y desborde de alegría en Nervión, mientras los béticos pensaban ya en la cita copera. Así concluyó otro derbi sevillano, un choque que nunca será un partido más.

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