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Joan Jordán, un viejo anhelo

Joan Jordán es derribado defendiendo la pelota en el Granada-Sevilla.

Joan Jordán es derribado defendiendo la pelota en el Granada-Sevilla. / Pepe Torres / EFE

Joan Jordán parece haber caído de pie en el Sevilla. A los que no conocían sus cualidades tan profundamente les habrá sorprendido su capacidad para cubrir terreno, aportando agresividad en la presión y los robos y, sobre todo, para participar con calidad en la distribución. Su posición algo más retrasada en el Eibar de José Luis Mendilibar pudo dar la imagen algo desvirtuada de que el mediocampista de Regencós era un pivote, un medio de cierre. Pero Joan Jordán es algo más que eso, si bien es cierto que su paso por Ipurúa ha sido como un curso acelerado de dos años para acrecentar su sacrificio y su predisposición, para mejorar su cultura defensiva.

Es excesivamente pronto para sacar conclusiones precipitadas, pero por lo visto en las dos primeras jornadas, con el fuego real de la competición, Joan Jordán viene a cubrir ese viejo anhelo de mediocampista todoterreno que lo mismo sirve para jugar de 6, que de 8 que de 10. De hecho, ha jugado ya en varias posiciones, aunque Julen Lopetegui lo está ubicando de 8.

En Granada, en cambio, terminó de 10, en la variante hacia el 4-4-2 con que se plantó el Sevilla para defender su renta cuando Gudelj sustituyó a Banega. El guipuzcoano lo colocó en la primera línea de presión junto a De Jong para que barriera por delante, impidiera la salida limpia del balón y contribuyese a la continuidad de las contras, como hizo en el 0-1, la jugada en la que le dio la ocasión al holandés de marcar para luego rematar la jugada él mismo.

No fue el primer gol de Joan Jordán en Primera División. A sus 25 años ya sabe lo que es marcar en la Liga. En el Eibar hizo 10 goles, tanto en juego como a balón parado, repartidos entre la pasada temporada (4) y la anterior (6). Y en el Espanyol, en la campaña 15-16, fue cuando tuvo su estreno goleador en la élite. En la cesión en el Valladolid (16-17) hizo tres tantos en Segunda División.

Joan Jordán conduce la pelota ante Montoro en el Granada-Sevilla. Joan Jordán conduce la pelota ante Montoro en el Granada-Sevilla.

Joan Jordán conduce la pelota ante Montoro en el Granada-Sevilla. / Pepe Torres / EFE

Hacía tiempo que el Sevilla venía buscando un centrocampista que aunase talento y sacrificio, un futbolista capaz de remangarse para la resta y también capaz de distribuir la pelota con precisión y rapidez, sin manosearla en exceso. En esto ha ido creciendo Joan Jordán en la élite, pues cuando era más joven sí destacaba por ser un futbolista de más conducción y distribución desde distintas posiciones, unas veces de forma más retrasada y otras más adelantada.

Una de las primeras veces que el Sevilla se topó con la calidad y la proyección del prometedor Joan Jordán fue en la temporada 11-12. Entonces, Diego Martínez dirigía al juvenil de División de Honor, que se clasificó brillantemente para la final de la Copa de Campeones. En el partido decisivo, en Lepe, el Sevilla venció al Espanyol por 1-0. En el mediocampo del rival estaba Joan Jordán. Y el Espanyol ficharía después a Jairo Morillas, autor del gol sevillista.

El ahora técnico del Granada, que la temporada siguiente pasaría al cuerpo técnico del primer equipo y en 2014 participaría en el título de la Liga Europa de Turín como tercer entrenador, se quedó gratamente impresionado con el partido de Joan Jordán y ya hubo buenos informes de él en el club sevillista, que lo intentó firmar para el filial en Segunda.

Desde entonces, Joan Jordán ha evolucionado como futbolista, sin perder su toque y su golpeo. El año pasado marcó un golazo de falta en Anoeta, también le marcó al Sevilla y suma bastante a balón parado. En el Espanyol aún se preguntan cómo lo dejaron escapar por un millón de euros hace dos temporadas. En estos dos años, ha demostrado capacidad para competir en la élite y ahí fue cuando Monchi vio el momento, por madurez y crecimiento, de ficharlo.

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