Sevilla FC

La terapia de la desintoxicación

antonio pizarro Rafa Mir golpea el balón ante Diego Carlos, Fernando y Óscar, ayer.

antonio pizarro Rafa Mir golpea el balón ante Diego Carlos, Fernando y Óscar, ayer. / Antonio Pizarro

Relax frente a la crispación. La primera derrota de la temporada del Sevilla dejó de propina una imagen de nerviosismo interior que no cuadra con la situación real de un equipo que se ha ido al parón como el cuarto clasificado de la Liga, con un partido menos, el aplazado con el Barcelona, y a tres puntos de los tres colíderes, Real Madrid, Atlético de Madrid y Real Sociedad. Las declaraciones de los protagonistas desde que terminó el partido en Los Cármenes fueron encaminadas a la autocrítica.

También los gestos a la luz de la prensa como la recepción de Monchi al grupo de profesionales el martes, en el primer entrenamiento tras el regreso de Granada. E incluso las declaraciones ya en reposo y en frío de Diego Carlos hablando de los aspectos a mejorar por el colectivo e individualmente. Toca despejar la mente.

Para aliviar esa carga anímica que dejó la primera derrota, que ha tardado en llegar más tiempo que en los dos primeros años de Julen Lopetegui, éste ordenó que en la primera semana de parón sólo hubiera tres entrenamientos, lunes, martes y jueves. Desde ayer por la mañana están de descanso absoluto los profesionales del Sevilla, e incluso el técnico se permitió delegar en la última sesión, la de ayer, en Pablo Sanz.

El guipuzcoano se tomó un día más de asueto para estar con los suyos y desconectar totalmente. La idea, obviamente, es que todos los profesionales vuelvan al trabajo el lunes por la tarde, después de tres días y medio de relax, con el ánimo recuperado y el enfado por la derrota absolutamente curado.

Esta semana ha sido de entrenamientos livianos y distendidos por varios motivos. El primero, obviamente, responde a que una decena de internacionales está fuera de Sevilla, En-Nesyri se recupera al margen de su lesión muscular además y poco se podía hacer en la ciudad deportiva en pro de una reflexión colectiva, anunciada desde los propios protagonistas, o de correcciones tácticas grupales. "Nos dolió mucho la derrota", dijo Diego Carlos en la entrevista que concedió el miércoles a los medios del club, en la que también habló de la necesidad de hablar entre todos una vez que vuelvan los internacionales la semana entrante.

La segunda razón también tiene que ver con la necesidad de desconexión, de desintoxicación, de alejamiento de la actualidad deportiva, de todo lo relacionado con lo estrictamente profesional, y con la oportunidad del reencuentro con la intimidad familiar. Porque como recuerda Monchi muchas veces, los futbolistas también son personas.

Quizá por ello, el director general deportivo escenificó el martes esa charla con Lopetegui, al margen de los futbolistas, a los que recibió uno a uno repartiendo abrazos y gestos cariñosos. Su mensaje en Twitter tras el traspié granadino también tuvo ese sentido: "Exigencia: toda. Autocrítica: la máxima. Confianza: infinita y merecida. I trust in you (Creo en vosotros)". Asimismo, el club también emitió otro mensaje con fotos de Monchi abrazado a Rakitic y riendo con Óliver Torres que decía: "Equipo-Familia".

¿Tiene esto sentido después de la primera derrota de la temporada y estando el Sevilla, con un partido menos, a tres puntos del liderato de la Liga? Puede que no, pero desde el interior del vestuario se vivió de forma exacerbada esa derrota, que denotó nervios y crispación demasiado precoces para las alturas de la temporada y la realidad clasificatoria del equipo de Lopetegui, más allá del juego, que está en fase de revisión por la adaptación de media docena de fichajes.

Aunque indirectamente, a los futbolistas les llegan las críticas y el debate externo. Y también son conscientes de que esa imagen dada en Granada, con aspavientos, discusiones, enfrentamientos, protestas y hasta una expulsión –rigurosa seguramente– no se corresponde con la exigencia de un equipo de élite y acostumbrado al primer nivel competitivo. Cabe recordar que hace poco más de un año, el 24 de septiembre de 2020, este mismo equipo, sin los seis refuerzos de este verano, jugó y compitió con el Bayern Múnich en toda una final de la Supercopa de Europa. Y para contrarrestar esa presión interna el parón ha venido pintiparado.

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