Entrenador del Sevilla FC

Pablo Machín: "No soy de estar preguntando; los que fichan son los clubes"

  • El técnico profundiza en su análisis de la planificación del Sevilla y en el dispar rendimiento de algunos jugadores, desde Franco Vázquez, Banega o Sarabia a Muriel o Roque Mesa

Pablo Machín, con el estadio Jesús Navas de fondo.

Pablo Machín, con el estadio Jesús Navas de fondo. / José Ángel García

–Por el feedback con la secretaría técnica, ¿es optimista con los posibles refuerzos de enero?

–Confío mucho en el trabajo de la secretaría técnica. Joaquín (Caparrós) ha sido entrenador y sabe perfectamente cómo pienso. Paco (Gallardo) y Carlos (Marchena) están muy en el entorno. Cuando me preguntan respondo, pero sé que soy entrenador y tengo que sacar el máximo rendimiento a la plantilla que me den y la labor de la secretaría técnica es intentar darme la mejor plantilla posible. No soy una persona que esté constantemente preguntando, entre otras cosas porque en el mundo del fútbol dos horas pueden ser una eternidad y pueden cambiar muchísimas cosas. Los que fichan son los clubes y el entrenador tiene una fecha de cacudidad anterior a los futbolistas.

–Ha hablado de rendimiento y de estados anímicos. Muriel o Roque Mesa, ¿pueden tener algo de bajo estado anímico?

–Habría que preguntar más a ellos. No tienen todo el protagonismo al que están acostumbrados o que ellos quieren, anímicamente no van a estar igual que la gente que está muy acertada, juega con asiduidad y hace goles. Pero esto forma parte del fútbol, quizás esa gente que juega menos ahora de aquí a dos meses sean unos futbolistas determinantes. Todos los que hasta ahora han tenido su oportunidad la van a tener que seguir teniendo.

–¿Se siente orgulloso de haber convertido a dos extraordinarios jugadores ofensivos como el Mudo y Sarabia en medios que pelean hasta el último balón?

–Los entrenadores internamente nos alegramos de pequeñas cosas a las que quizás la gente no les dé tanta importancia. El hecho de que el Mudo y Sarabia sean dos jugadores más comprometidos con la labor defensiva es mérito suyo, yo simplemente les dije el porqué de las cosas y lo que necesitábamos para poder unir a muchos jugadores ofensivos. Así somos un equipo equilibrado y ellos lo han entendido, pero exactamente igual que lo han entendido los delanteros. El compromiso de los jugadores es importante. Sí, es cierto, más que enorgullecerme me gusta que futbolistas de un eminente talante ofensivo y de mucha calidad entiendan que el fútbol se comprende de un 50 por ciento ataque y un 50 por ciento defensa y que en las dos partes están igualmente comprometidos.

"A Éver le va la marcha, con 1,70 es capaz de chocar con el que sea y nos ha hecho mejor equipo"

–Ambos llegan menos arriba...

–Pero cuando apareces desde una zona más retrasada también apareces por sorpresa y el fútbol es muchas veces sorpresa. Talento, pero también sorpresa. Sarabia ha hecho muchísimos goles aprovechándose de esa situación, de esa segunda línea digamos. El Mudo también ha hecho sus goles, pero sí es verdad que él está más cerca del centro del campo, ayudando en la creación a Banega. Creo que el Mudo está encantado de dar el último pase y no tanto de hacer goles, aunque todos lo quieran. Cuando el Mudo está en contacto con el balón es feliz y si es feliz rinde más. Sarabia llega por sorpresa al gol, Mudo ayuda en la creación. Todos salimos beneficiados.

–¿Cómo valora que Banega tenga que arriesgar jugando solo por delante de la defensa? ¿Valora introducir a otros futbolistas ahí para limitar los riesgos?

–Éver está acostumbrado a jugar el pase difícil, pero en la posición por delante de la defensa eso es demasiado arriesgado, pero es capaz de meter ese tipo de pases y acertar. Cuando lo adelantamos se libera mucho más, tiene mucho talento y los últimos pases de gol que ha dado ahí están. Ycualquiera que arriesgue hay veces que gana y otras, no. Se trata de arriesgar cuando eres ganador muchas veces y Éver lo es. La idea es que el Mudo sea el primer futbolista que le dé esos apoyos. Tú sientes las cosas, cuando hablas con un futbolista y le demandas que le puedes dar una responsabilidad mayor a la que suele estar habituado, ves si el jugador es encajador, absorbe eso y quiere o dice ‘uf, menudo marrón me estás metiendo’. Desde el primer momento me dio la sensación de que a Éver le va la marcha, que dijo ‘yo mido 1,70’ pero por oficio, por experiencia y por capacidad se ve capaz de chocar con el que sea, de ganar segundas jugadas, de pelear, de presionar. Ha sido el número uno del ránking de robar balones y eso no siempre tiene que ver sólo con la capacidad física, sino también con la inteligencia, con colocarse y con involucrarse. Éver nos ha hecho mejor equipo, es un grandísimo jugador.

–¿Falta marcar a balón parado? En el Girona era clave.

–Abrimos un partido muy complicado con el Espanyol en una acción así, en Krasnodar fue de córner... En el Sevilla no estamos tan obsesionados con esas acciones como en el Girona, porque tenemos capacidad en otros aspectos. Tenemos un magnífico lanzador, no tenemos tanta altura, pero en el balón parado no nos podemos quejar y en el defensivo, aunque no lo quería decir, tampoco. No somos altos y hay cosas complicadas, defender a equipos con más altura, y lo hemos sabido llevar bien.

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