Sevilla FC-Real Madrid | Informe del rival

El 'laissez faire' de Zizou

  • El fútbol de Benzema, sin Modric y con un centro del campo muy justo, focaliza la creatividad de un Real Madrid que se suele partir por el eje

Bale bromea con Militao en el centro de un rondo de calentamiento.

Bale bromea con Militao en el centro de un rondo de calentamiento. / JJ Guillén / EFE

Viendo cómo corre y cómo se solidariza el Sevilla, hasta desfondarse peligrosamente en los tramos finales de los partidos por la escasa renta que saca de su caudal ofensivo, no es extraño que Julen Lopetegui durara en el Real Madrid de las estrellas dos telediarios. Resulta difícil imaginar a futbolistas acomodados y fiados a su enorme talento técnico, como pasa con las estrellas merengues, correr a presionar en campo contrario como lo están haciendo Ocampos, Joan Jordán, Banega, De Jong, Óliver Torres... Reguilón... Ahí pudo estar seguramente el fracaso del guipuzcoano en Chamartín.

El regreso de Zidane vino con la mano izquierda del francés para seguir una máxima del liberalismo francés: laissez faire, laissez passer (dejen hacer, dejen pasar). El francés da varias directrices y deja que el talento fluya... claro que no siempre es así y la mejor prueba fue lo del martes en París.

Con todo, el Real Madrid de Zinedine Zidane sí presiona en el campo contrario y hostiga bastante a los futbolistas que tienen el balón. El problema es cuando el rival supera esa primera barrera, esa primera línea Maginot difícil de superar por el talento innato de los futbolistas que tiene a sus órdenes el elegante técnico francés. Ahí se suele partir por el eje el Real Madrid, que cobra peligro cuando los partidos van a una peligrosa ida y vuelta en la que la calidad técnica es más difícil de frenar en velocidad. Y el Madrid tiene futbolistas para aplicar su calidad en carrera como pocos, desde Hazard y Bale al recuperado James o Benzema, faro de este nuevo Madrid por su capacidad para generar fútbol con su clase y sus movimientos.

Sin balón

El Madrid de Zidane busca el hostigamiento de la salida del rival por posicionamiento adelantado de sus líneas, y no tanto por agresividad o barridos de futbolistas con cultura defensiva. Los mediocampistas marcan las posibles líneas de pase, con la ayuda de los laterales. Se fía el sistema defensivo a una buena pareja de centrales, la que conforman Sergio Ramos y Varane, aunque el camero más de una vez ha pecado de exceso de confianza en la distribución de marcas y alguna vez llega tarde, de ahí su criticada agresividad.

Sin el lesionado Modric y con James, un futbolista de talante ofensivo, en su lugar, el mediocampo cuenta con pocos efectivos para la resta, más Casemiro que Kroos. Superar la primera línea de presión los desnuda.

Con balón

En ataque estático, Benzema se erige como un faro que ilumina al resto de los participantes en la fase ofensiva. Aparece entre líneas, cae a los tres cuartos para tocar y ofrecerse, para señalar desmarques y tirar paredes. Por fuera, Lucas Vázquez y Bale ofrecen velocidad y desborde, Hazard traza diagonales y por dentro James se asocia muy bien. En ataque dinámico, se acentúa el peligro exterior con la suma de los laterales. Pero si se ataca su salida del balón, como hizo el PSG, sufre bastante.

Lo mejor

Es el equipo más pegador, más rematador del campeonato.

Lo peor

Deficiencias en el repliegue.

El protagonista

Eden Hazard Eden Hazard

Eden Hazard / Dani Rosell

Hazard, talento precoz que llegó tarde a la Liga. Nacido de una pareja de exfutbolistas, Eden Hazard (La Louvière, 07-01-1991) mamó el fútbol de su madre Carine, delantera que militó en la Primera División belga hasta su preñez. El primogénito es el que más talento heredó de los tres hermanos y su precocidad llamó la atención del Lille (194 partidos, 50 goles y 53 asistencias), siempre atento a lo que hay un poco al norte. En el equipo de Rudi García eclosionó y fue mejor jugador de la Ligue 1 en 2011 y 2012, año en que el Chelsea (352 partidos, 110 goles y 92 asistencias) lo fichó por 35 millones de euros. El sambenito de ser el sucesor de Messi o Cristiano Ronaldo lo ha acompañado siempre. Diestro que parece zurdo por su forma de conducir y disparar, también le zumba con la izquierda. Al Real Madrid ha llegado con 28 años tras ser Balón de Plata en Rusia 2018 y campeón de la Europa League 2019, por 100 millones de euros.

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