El asunto de la renovación de Sarabia toma un giro negativo o, al menos, desconcertante. Si hace un par de semanas Joaquín Caparrós aseguraba en los medios oficiales que la sintonía con el jugador madrileño es total y que el club podría anunciar “muy pronto” la ampliación del contrato de posiblemente el jugador más determinante con 15 goles y 8 asistencias en la temporada, ayer el mismo director de fútbol lanzó un mensaje totalmente contradictorio.
“Mejorar pasa también por atar lo que tenemos. Pero son jugadores que están en el mercado y si por cuestiones económicas aceptan marcharse no podemos hacer nada. Si un jugador por poco dinero prefiere cambiar de equipo, igual no es el perfil de futbolista que necesita este equipo. Ni ficharemos ni renovaremos a cualquier precio. Hay un límite que no podemos superar. Hay que recordar que en verano había jugadores que nos pedían la Giralda y el Giraldillo, algo que no le podemos dar a nadie. Queremos reforzarnos, pero no a cualquier precio y no por rellenar. Nos estamos moviendo desde agosto para trabajar en el mercado invernal”, explicaba el técnico utrerano en unas declaraciones a Muchodeporte.
El Sevilla ha gestionado muy mal el asunto Sarabia desde el principio (con Óscar Arias también se perdió la oportunidad de atar su continuidad) y el jugador, con sólo 18 millones de cláusula, tiene la sartén por el mango. Los últimos rumores sobre su futuro apuntan a una posible vuelta al Real Madrid, un club en el que además su representante, Ginés Carvajal, se mueve con bastante soltura.
En el caso de Banega, con 20 millones de cláusula, ocurre tres cuartos de lo mismo.
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