Sevilla FC

La falta de gol: idea, sistema y materia prima

  • El 4-3-3 con el que Lopetegui planea los partidos, aun con matices sobre la marcha, impide dar luz sobre si la falta de gol es por el fútbol control o por desacierto

Los futbolistas del Sevilla felicitan a Koundé, autor del gol en Riazor en un córner.

Los futbolistas del Sevilla felicitan a Koundé, autor del gol en Riazor en un córner. / Cabalar / EFE

Aun con las circunstancias tan específicas que tuvo el triunfo en la Copa del Rey, por la lluvia permanente, la clasificación ante el Bergantiños vino a corroborar el problema con el gol del Sevilla de Julen Lopetegui. El guipuzcoano reconoció en la previa que el gol era una faceta a mejorar, pero poco varió sobre la dinámica general el triunfo sobre un equipo de Tercera División. El Sevilla volvió a ganar por la mínima y la escasez, o racanería, ofensiva volvió a manifestarse. Ni siquiera ubicar en el once titular a delanteros con necesidad de reivindicarse –a estas alturas todos la tienen ya– ni la opción de hacerlo ante un rival tan inferior produjo un giro en la dinámica, que ya no se sabe si es un mal endémico o un modus operandi.

El vigésimo cuarto partido oficial volvió a poner en evidencia los problemas con el gol del Sevilla, cuyo máximo realizador es Munir, si bien ha anotado cinco de sus siete tantos en el débil grupo de la Europa League. En la Liga, en cambio, tiene un buen promedio, pues ha realizado dos goles, en sus dos últimas titularidades (Osasuna y Villarreal), a pesar de que el sistema lo está condenando a jugar en una banda. Algo similar le está pasando a Dabbur, que en Riazor desperdició dos claras ocasiones partiendo también de una banda, en su caso la izquierda.

El Sevilla continúa siendo el tercero de la Liga pese a la poca generosidad ofensiva del equipo. De las 10 victorias ligueras que ha logrado el conjunto de Lopetegui, ocho han sido por la mínima. Ha completado las 17 jornadas ligueras con tres derrotas y cuatro empates con un marcador corto (1-1).

El debate en el Sevilla de Monchi y Lopetegui, tras la positiva carta de presentación de un equipo que ha sufrido un giro sustancial en la planificación y lo ha hecho respondiendo con competitividad, está en el gol. Se acerca el mercado de invierno y comienzan a surgir las primeras voces que reclaman un apuesta en la delantera para reforzar el trabajo de Lopetegui, pero también surge la duda sobre si el problema de esta plantilla tan revolucionada está en la materia prima, en la idea de juego o en el sistema elegido por el técnico para llevarla a cabo.

No puede ser casualidad que el Sevilla haya ganado tantísimos partidos, dejando a un lado los de la Europa League, por la mínima; ni tampoco que no haya logrado ampliar el marcador a pesar de haber ido tantísimos partidos por delante. En Riazor es cierto que el césped invitaba a arriesgar lo mínimo, pero también que hubo excesivo fútbol control. Pese a que Dabbur y Joan Jordán, sobre todo, dispusieron de claras ocasiones en la segunda mitad, ante el Bergantiños volvieron a transcurrir muchos minutos sin que el Sevilla arriesgara la pelota.

Parece unirse esa idea del fútbol control a los inconvenientes que están teniendo los delanteros del Sevilla para hacerse al sistema del 4-3-3. Ni siquiera la debilidad del rival invitó a Lopetegui a realizar una variación de origen, matices durante el partido al margen, para dotar al ataque de un doble delantero con un 4-4-2 que beneficiaría al estilo de fútbol de Munir, Dabbur o Chicharito. Incluso De Jong, un jugador con muchos problemas para fabricarse por sí mismo el gol y para ponerse de remate, podría rendir más por sus aparentes cualidades para facilitar la llegada de otro punta más móvil.

El Sevilla lleva 21 goles a favor y 17 en contra en la Liga y tiene el balance más corto de los siete primeros. Y es el segundo de los seis primeros con menos goles a favor, tras el Atlético (18-10). Y a partir de enero llegarán las eliminatorias de enjundia. La competición apretará y la escasez goleadora es un problema a resolver por Monchi... y por Lopetegui.

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