Álvaro Negredo ha recordado su paso por el Sevilla y las circunstancias de su llegada. "En Sevilla disfruté de mi mejor etapa deportiva", ha comentado en SFC Radio. El delantero madrileño, a sus 34 años, está en su etapa de madurez, en el Al-Nasr de Dubai, donde también sufre las consecuencias de la pandemia a menor escala. "Allí tenemos más libertad, con matices. "El país lo han abierto ya, solo no se puede salir por la noche y con la precaución de los guantes y las mascarillas. La situación aquí es un poco mejor que en España y tenemos un poco más de libertad", comenta, esperando que pueda reanudarse la competición, algo que tampoco está claro en el país árabe.

Echando la vista atrás, el zurdo ariete reconoce que su paso por el Sevilla lo marcó especialmente. Ganó su primer título, dio el salto a la selección española y aprendió muchísimo. "Tengo un cariño muy especial por la ciudad, el club y la afición y puedo decir que es la mejor etapa futbolística que he tenido". De hecho, está entre los grandes goleadores históricos del club de Nervión. Marcó nada menos que 85 goles en 180 partidos.

No lo tuvo fácil Negredo, que terminó siendo capitán del Sevilla antes de ser traspasado al Manchester City junto con Jesús Navas en 2013, el verano de la primera gran revolución de Monchi. Y se congratula de la elección que realizó aquel verano de 2009, cuando ya lo tenía casi hecho para otra cesión del Madrid al Zaragoza. "Venía de Almería, de dos buenas temporadas y di el salto a un club que aspiraba a otras cosas y se demostró pronto donde llegué. Aspirábamos a estar arriba, a jugar competiciones internacionales y ganar títulos. Sin ser mi mejor temporada al llegar gané la Copa del Rey y fue para mí impresionante a nivel futbolístico", asegura el que se convirtió en el fichaje más caro de la historia del Sevilla, 15 millones de euros.

En particular, recuerda cómo se atrevió a dar el salto a un equipo que entonces aspiraba a reverdecer sus laureles de la época de Juande Ramos, cosa que lograría con la Copa del Rey ganada en 2010 al Atlético de Madrid del inolvidable Reyes. Y ser titular en aquel Sevilla no era sencillo: "Cuando hablé con el presidente y mi representante sí que había respeto porque yo venía de jugar en Almería y tenía por delante a Kanouté, Luis Fabiano, Chevantón, Koné... Pero yo soy impulsivo y quien no arriesga, no gana. Aprendí de cracks a nivel mundial y esa es la mejor forma de mejorar, no tener miedo y fijarte del que tienes al lado para llegar a tu mejor nivel".