Nuevo reto a tiro para el Sevilla de Lopetegui. La visita a San Mamés implica un doble aliciente: que el equipo nervionense gane por primera vez en la Liga –ya lo hizo en la Europa League 15-16, por 1-2 y en la Copa del Rey 2019 por 1-3– y sellar la decimosexta clasificación europea en las últimas 17 temporadas. Para esto último le bastaría con no perder ante el Athletic Club, dado que es el ocupante de la octava plaza y está a doce puntos, los que quedan en juego antes de este partido.

Con un punto, el Sevilla de Lopetegui certificaría matemáticamente el objetivo inicial del club, la clasificación para Europa, un premio menor a tenor de la progresión del equipo nervionense y la realidad a falta de cuatro jornadas, que lo sitúa como el principal candidato de hacerse con su actual puesto, la cuarta plaza.

No será una empresa fácil. Ningún partido lo está siendo en este tramo final de la Liga. Aunque al equipo de Lopetegui lo avala ser el segundo mejor visitante del liguero tras el líder de la competición, el Real Madrid, y el grupo, aún exhausto, está fortalecido por el récord de once partidos consecutivos sin perder, sobre todo tras el triunfo ante el Eibar con un sufrimiento que tuvo el premio de distanciar al Villarreal a seis puntos.

Al Sevilla no se le ha dado bien el nuevo San Mamés, inaugurado en septiembre de 2013, salvo en esa cita de cuartos de final de la Europa League que terminó ganando en Basilea al Liverpool y la también la citada de la Copa. De hecho, en la Liga el último triunfo data del otoño de 2009, cuando el Sevilla ganó por un contundente 0-4.

Desde entonces concatena nueve derrotas consecutivas, pues ni un empate ha logrado arañar desde entonces. Pero con un punto lograría esa decimosexta clasificación europea desde la primera de este siglo, en la temporada 03-04. Desde entonces, sólo en la 11-12 no se clasificó, aunque en la 12-13 lo hizo por fair play financiero para terminar ganando la Europa League en la siguiente (Turín, 2014).