Sevilla FC-Huesca | Contracrónica

Sarabia sacó el abriguito a tiempo

  • El Sevilla se mantiene en la zona alta, a dos puntos del líder, en una desangelada noche de frío repentino

  • La fe de Ben Yedder, clave que abrió a un serio y bien pertrechado Huesca

Sarabia aprieta el puño ante Jesús Navas para celebrar uno de sus dos goles.

Sarabia aprieta el puño ante Jesús Navas para celebrar uno de sus dos goles. / Antonio Pizarro

El Sevilla cerraba la jornada sabiendo lo que habían hecho los demás, un privilegio que a veces es un arma de doble filo. Habían ganado los tres de arriba. Habían empatado o perdido otros rivales directo. Y visitaba el Ramón Sánchez-Pizjuán por primera vez en su historia, para un partido de Primera División, la Sociedad Deportiva Huesca, colista de la Liga. Todo parecía demasiado encauzado para que el Sevilla de Pablo Machín retomara el camino positivo, tras el traspié del Camp Nou y la exhibición ante el débil Akhisar. Pero un frío pirenaico llegó con el Huesca y se presagiaba lo peor hasta que Sarabia sacó el abrigo.

Al abrigo de los goles de Sarabia, el Sevilla logró tres puntos importantísimos que lo consolidan en la zona de Champions. Tercero, a dos puntos del líder, el Barcelona, uno menos que el sorprendente Alavés e igualado con el Atlético, al que supera por el goal average general. Porque este Sevilla tiene mucho gol y aunque tenga una noche desangelada, a la que contribuyó también ese frío impacto del VAR, la calidad termina aflorando.

El Huesca aguantó más de una hora indemne. Con el videoarbitraje como certero aliado, pues los dos goles del Sevilla de la primera parte parecieron en fuera de juego a la vista natural de las repeticiones, el equipo de Francisco estaba acariciando un éxito basado en el trabajo, en la disciplina, en la capacidad para exprimir sus escasos recursos con un cambio de sistema que igualó las fuerzas en lo colectivo. El 3-4-3 del técnico almeriense, casi siempre convertido en un 5-4-1, era el peor espejo para el 3-5-2 del Sevilla de Machín. Si encima Andre Silva no tenía su día...

De los Pirineos se trajo el frío el Huesca el mismo día que las temperaturas bajaron de golpe 10 grados y las piernas de los sevillistas, en su vorágine goleadora, parecían ateridas ante el repentino descenso térmico. Sin continuidad en las combinaciones, con escasez de permutas en los movimientos de ataque, con Ruben Semedo encimando a Andre Silva hasta sacarlo literalmente del partido, el Sevilla estaba amenazando con desperdiciar la ocasión de asentarse arriba.

Pero el cansancio del rival y la fe de Ben Yedder descubrieron la clave que abrió al Huesca, acomodado a la frialdad de la noche, térmica y ambiental, a la intemperie de relente en Nervión. Un despeje corto de Semedo y el ratonero Ben Yedder que se coló hasta la cocina. Allí esperaba, calentito, Sarabia con su abrigo. Luego, ensayo de una similar jugada a la que anuló el VAR en la primera parte. De nuevo Ben Yedder, otra vez el Mudo y Sarabia para terminar de encender la estufa con su calidad. Así, el Sevilla siguió arropándose en la zona alta, mirando la humedad de los bajos desde arriba.

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