Real Zaragoza - Sevilla FC | La Previa

La Copa adquiere sabor

Dmitrovic, titular esta noche.

Dmitrovic, titular esta noche. / Juan Carlos Muñoz

Todo un clásico del fútbol español, un Zaragoza-Sevilla, eso sí, en momentos muy dispares para cada uno de los contendientes, aparece en este día de Reyes como uno de los duelos más atractivos de esta tercera ronda de la Copa desde que entraron en liza los equipos profesionales.

Tras eliminar, con fatiguitas, al Córdoba y al modesto Andratx balear, los de Julen Lopetegui tienen por delante una cita con mucho sabor que tampoco va a ser ni mucho menos un coser y cantar. Tendrá que emplear el guipuzcoano a lo más granado de su mermada plantilla, básicamente lo mejor de lo que tenga disponible, que no es mucho a estas alturas de la plaga de lesiones, de las obligaciones FIFA con la Copa de África y de la pandemia de Covid, que también se cobró víctimas en el vestuario sevillista, como en el de otros muchos equipos.

La previa La previa

La previa / Departamento Infografía

Afortunadamente, el brote parece que va remitiendo, pero las lesiones no dan tregua. El danés Thomas Delaney, del que se creía que había faltado a Cádiz por el virus, resulta que tiene una lesión que lo va a apartar al menos un mes y pico de los terrenos de juego, y Fernando salió del antiguo Ramón de Carranza con el tobillo maltrecho.

Lo que sí está claro es que Lopetegui va a alinear un once con trazas de partido importante –porque lo es– y con muy poquitas ausencias gratuitas, pues ya hay suficientes por causa mayor y porque la ilusión es máxima en todo lo que rodea ahora mismo a este equipo. La decepción por el adiós a la Champions en Salzburgo casi ni se recuerda con la excelente situación y las sensaciones en la Liga. Por tanto, aparcado por el momento el bonito reto de cerrar en la Europa League el círculo de disputar una final en su propio estadio, la Copa del Rey pasó de la indignación generalizada a una ilusión más en el momento en el que el Papu Gómez convirtió el último lanzamiento de la tanda de penaltis en el reducido campo de césped sintético de Andratx.

Volver a la Romareda recuerda momentos de muchas tardes de domingo de Carrusel. A debut de Manolo Cardo y Francisco, a cuatro goles de Pintinho, a la presentación de un gitanito de 16 años de Utrera que atendía por José Antonio Reyes... El Zaragoza, un equipo eminentemente copero, amargó por ejemplo en cuartos una ilusión sevillista cuando unas simples semifinales eran un éxito. Fue un gol fatídico de Poyet el que obligaría al sevillismo a esperar a la llegada de Caparrós para entrar en unas semifinales.

El equipo maño no pasa por sus mejores momentos y La Romareda se quedó anclada en la remodelación del Mundial 82 y quizá en los cuatro goles que David Villa le hizo una vez al Sevilla en la Liga. Los nervionenses llevan nada menos que nueve años sin pisar su terreno de juego y vaya si han pasado cosas en ambas entidades.

El equipo que ahora entrena José Ignacio Martínez, además, está en el momento más bajo de la temporada. Con tres derrotas consecutivas en la Liga, anda más cerca de la parte baja de la tabla que de la alta, por lo que tampoco puede permitirse el lujo de exigirse mucho en la Copa ante un equipo de Champions como es el Sevilla que no garantiza nada si el peaje va a ser además un serio problema clasificatorio de consecuencias imprevisibles. Por tanto, dicen en la ciudad de la Pilarica que JIM mezclará suplentes con algunos titulares, teniendo en cuenta también que tiene dos positivos por Covid-19.

El Sevilla está preparado para sufrir y sabe que, aunque intentará resolver la eliminatoria cuanto antes mejor, está abierta la posibilidad en este formato aún a partido único de tener que jugar una prórroga, experiencia que ya tuvo que pasar en Córdoba y en Andratx. Un gol de Ocampos casi a los 120 minutos y la fatídica tanda de penaltis permiten al Sevilla estar hoy aquí soñando con llegar lejos en la Copa igual que promete guerrear hasta el final en la punta de la Liga.

Es 6 de enero, un día mágico. El día en el que Reyes volvió al Sánchez-Pizjuán y el escenario en el que abrió los ojos para el fútbol el genio de Utrera.

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