Julen Lopetegui ha cambiado en las últimas semanas de competición más de esquema de juego que en los casi cuatro meses que lleva al frente de la nave sevillista. El entrenador guipuzcoano le ha dado en los últimos partidos una vuelta de tuerca en lo táctico a lo que hasta entonces había sido un patrón casi inamovible, el 1-4-3-3 en el que tanto confió en el inicio de campaña y que tan buenos resultados le dio.

Ese juego de dobles interiores y de extremos por dentro en asociación con los centrocampistas avanzados y que le dejaba los pasillos exteriores a los laterales ha aparecido con nuevos matices para dotar de más herramientas tácticas a su equipo, que incluso con la baja de Fernando ante el Atlético de Madrid abandonó momentáneamente su defensa de cuatro para jugar con tres centrales y dos carrileros, utilizando a Gudelj como un zaguero más.

Es verdad que este cambio, corregido sobre la marcha en el transcurso del partido, fue más un recurso ante la ausencia del brasileño, pero también es cierto que si ante el Dudelange en Noruega el ex seleccionador experimentó con el 1-4-4-2 que en realidad era un 1-4-2-4 con los extremos metiéndose por dentro, ante el Betis en el derbi fue cuando Lopetegui de verdad dio un giro sustancial a su estilo de juego no tanto por el esquema utilizado sino por los roles que tenían encomendados sus futbolistas aunque fueran los mismos, prácticamente, que jugaron en el Nou Camp.

El 1-4-1-4-1 con el que se presentó el Sevilla en Heliópolis era un equipo que daba mucho más campo al rival, que metió a los extremos más a las bandas (sobre todo más perceptible en la izquierda, donde Nolito u Óliver Torres han tenido más querencia a crear superioridades por dentro) y que daba mucho más poder de actuación –y metros– a un delantero como De Jong, quien cuajó una excelente primera mitad manteniendo a la defensa alejada de esa línea de cuatro en la que estaban Ocampos, Banega, Óliver Torres y Nolito.

Otro de los reajustes tácticos llevados a cabo por Lopetegui en las últimas semanas –aunque se ha tratado más de un movimiento hombre por hombre– ha sido sacar a Jesús Navas del lateral derecho al ver cómo el equipo ha sufrido defensivamente por la incapacidad del palaciego en algunas facetas del juego, como la defensa del juego aéreo.

Si ante el Atlético el Sevilla recibió dos goles (uno de ellos anulado) con remates en los que hombres altos superaban a Navas, el Betis también atacó esa zona haciendo dos contra uno (Álex Moreno y Canales más Tello luego) contra el ex mundialista y repitiendo la jugada en la otra banda con Joaquín con Reguilón. El gol del Betis, de hecho, llegó así, con centro desde la zona de Jesús Navas y con el madrileño superado en el salto en el juego aéreo.

Tanto ante el Atlético como en el derbi, Lopetegui tiró del recurso de colocar a Koundé como lateral derecho, en el caso del duelo de Nervión para volver a defensa de cuatro y frente a los de Rubi para taponar lo que era una vía de agua muy evidente.