El día que nació un delantero llamado Iborra

Lieja/2008, 2014 y ahora 2018. Ésos son los tres años en los que el Sevilla habrá visitado el Maurice Dufrasne, un vetusto estadio en el que los aficionados valones se siente muy orgullosos de su Standard, sobre todo del primero de ellos, de un equipo en el que militaban futbolistas de la talla de Axel Witsel, Dufour, Dante Bofim, Dalmat, Jovanovic, De Camargo o Mbokani. Aquel día cayó el equipo de Manolo Jiménez por 1-0, gol de Mbokani, pero en la memoria de los buenos aficionados sevillistas permanecerá más indeleble el segundo Standard-Sevilla de la Liga Europa.

Fue un 23 de octubre de 2014 y el partido no permanece en la retina por su buen fútbol, ni muchísimo menos, sino por un hecho que posteriormente tendría una trascendencia fundamental en el esquema de juego de su entrenador de entonces, de Unai Emery.

¿Y qué es lo que sucedió tan importante en aquel encuentro? Emery, ese día precisamente, tuvo la sublime idea de colocar a un medio centro defensivo como Iborra en la posición de delantero junto a Gameiro e incluso más adelantado muchas veces que el francés.

“El experimento Iborra”, se tituló la crónica en este diario al mismo tiempo que se relataba que había sido uno de los peores partidos del curso del cuadro de Emery. En el informe técnico el encabezamiento rezaba un lacónico “Kanoute sólo hay uno”. Las cosas del fútbol y de sus cambios con el transcurrir del tiempo.

La razón estribaba en que el Sevilla buscó demasiado los pelotazos hacia el gigante valenciano y éste, como se ilustra perfectamente con la foto, se dedicaba a intentar bajarlos sin mucho sentido. El juego fue horrible, pero todo acabó en un empate a cero.

Cómo sería la cosa que Emery recordaba muchas veces, tanto en privado como en público, la reprimenda que recibió de su padre, posteriormente fallecido, por su decisión cuando su hermano Igor se lo pasó en el móvil para que conversara con él inmediatamente después del partido. “¿Cómo se te ocurre poner a Iborra de mediapunta?”, relataba Unai que le dijo con una sonrisa después de que con el paso del tiempo Iborra tuviera un excelente aporte, tanto en goles como en juego, en su nueva posición de delantero.

En la misma sala de prensa del Maurice Dufrasne, Emery daba sus argumentos. “Nosotros estamos buscando aprovechar siempre las características de nuestros futbolistas y el acomodo de ellos en el terreno de juego. Iborra era delantero en sus orígenes y sus cualidades en el área son importantes, con llegada y capacidad para tener el balón”, razonaba el entonces entrenador sevillista, con tres títulos de la Liga Europa en su currículo. Incluso, Emery recordaba que un dirigente del Levante lo llamó personalmente. “Gran invento lo de Iborra”, le espetó.

Vicente Iborra, en conversación con Diario de Sevilla, también recuerda con cierto cariño desde Leicester aquel día. El valenciano defiende la decisión de su entrenador y tantos las críticas que éste recibió por su decisión como la importancia que tuvo para el equipo con el paso del tiempo. “Es verdad que hubo a quienes les pareció algo raro y que obtuvimos críticas, pero fue un punto de inflexión en lo que vendría a posteriori”.

Lógicamente, el ex futbolista sevillista había consensuado con su técnico esa posibilidad y era algo que ya se estaba gestando en los entrenamientos en el laboratorio de la carretera de Utrera. “Tanto Unai como yo sabíamos lo que podría ofrecer en una posición más adelantada. Unai tuvo lo que había que tener: conocimiento, valentía y algo más para hacerlo y lo hizo. Yo intenté corresponderlo, ya no sólo en ese partido sino en lo que vino después. Los números están ahí, y sólo hay que verlos para darse cuenta del mérito de Unai”, apunta un Iborra que coloca al técnico vasco en el primer lugar del mérito.

Desde ese día, alternando como medio centro y como delantero, Iborra anotó 8 goles en la temporada 14-15 y 9 en la 15-16 a las órdenes de Emery, muchos de ellos muy importantes para la trayectoria del Sevilla.