Expectante escepticismo tras la controvertida planificación

Cordón le da a Almeyda una plantilla con varios descartes y su rara petición de Alexis Sánchez, pero reforzada con cinco fichajes para el sistema defensivo y un puesto clave como es el medio de cierre

Iheanacho deja un remanente para fichar, con matices

Batista Mendy muestra su potente físico al esprintar en su primer entrenamiento como sevillista. / Juan Carlos Vázquez

Antonio Cordón remató una planificación incompleta en varios sentidos. La alegría que manifestó en el nocturno balance que hizo de la misma, estaba más motivada por el logro económico que por el deportivo. El hecho de que el Sevilla tantease a futbolistas hasta el día del cierre, y ahí está el hiriente caso de Amrabat, demuestra que el gestor pacense buscaba algo más que darle a Almeyda. Pero, además de enjugar 80 millones de euros para coste de la plantilla, que no es poco, reforzó todo el sistema defensivo y la duda queda en el gol.

No es mala cosa empezar la casa por los cimientos y no por el tejado. Con Vlachodimos, Gabriel Suazo, Azpilicueta, Fábio Cardoso y Batista Mendy cubre una serie de carencias que eran las que más estaban acusando los aficionados sevillistas en las primeras jornadas: la defensa. Que cinco de los siete fichajes sirvan para solidificar la estructura del equipo, con un puesto clave cubierto como es el del medio de cierre, tranquiliza de alguna forma a una afición que había entrado en pánico después de las dos primeras jornadas ante las facilidades defensivas mostradas ante Athletic y Getafe.

La planificación ha estado más condicionada por lo económico que nunca, hasta el punto de que desde dentro del club reconocen que la imposibilidad de fichar a Amrabat no responde sino a la crudeza del límite salarial igual que sucedió con Bryan Gil y su marcha al Girona mediante pago de traspaso, algo imposible para este Sevilla, que valoró el ofrecimiento sólo si rescindía su contrato con el Tottenham, extremo que no sucedió.

No ha gastado ni un euro en concepto de traspaso, según anunció Cordón. El acuerdo con el Oporto para el pase de Cardoso en su último año de contrato no tuvo coste, pero sí la rescisión de contrato de Iheanacho a última hora. Eso sí, le ha resultado imposible, por mucho que lo intentó, liberar las fichas de otros dos descartes: Álvaro Fernández y Joan Jordán.

Las dudas que había en la defensa quedan paliadas a priori y ahora se traspasa la inquietud a la falta de gol. Ahí debe agradecer Cordón, como hizo en su presentación, que Víctor Orta le fichase a Alfon, uno de los pocos futbolistas del ataque que parece tener olfato goleador. Ahora la suerte suprema, ya con Lukébakio en Lisboa tras ser el máximo goleador de la pasada temporada, dependerá de la “fuerza del grupo”, ese concepto que reiteró una y otra vez el gestor pacense, más que en otra cosa. A no ser que Akor Adams tenga más regularidad, no sufra más problemas físicos y empiece a cantar goles, tal y como deseó el director deportivo sevillista convencido de que será su temporada. Porque ni Cordón confía en que Alexis, que en diciembre cumplirá 37 años, sea algo más que “un complemento ofensivo”.

El fichaje del veterano punta chileno es fruto de las acuciantes necesidades de este Sevilla y no debe ser casualidad que su agencia de representación sea la de un viejo conocido de Cordón como Fernando Felicevich. Ni que sea la misma agencia que la de Gabriel Suazo, pero lo cierto es que fue una petición de Almeyda, que quería experiencia para su novel vestuario. De pronto, el sevillismo, tan expectante como escéptico, ha girado el foco de su incertidumbre. Ahora es el gol lo que preocupa. La pelota y el césped dirán.

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