Entre un horario infame y una carencia puntual en las instalaciones
El Sevilla-Barça se jugará a las 16:15 este domingo, día en que se esperan temperaturas máximas de 34 grados; Los aficionados de Fondo en un estadio descubierto en esa zona serán los que más lo sufran
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Como siempre el que lo va a pagar va a ser el aficionado. El horario infame con que LaLiga ha premiado un partido como el que van a disputar Sevilla y Barcelona este domingo, junto con la asusencia de unas instalaciones acordes, ilustra a la perfección cómo el fútbol actual cada vez camina más alejado de los aficionados.
El Sevilla va a jugar sus dos próximos partidos en el Ramón Sánchez-Pizjuán en una franja horaria que, al menos, se puede catalogar como de discutible conciliación con la climatología de una ciudad sureña. Las temperaturas han subido en este otoño aún estival y para el domingo se esperan máximas de 34 grados, una marca térmica más que compatible con que se dé en el horario fijado por LaLiga, las 16:15. Es bastante probable que por el nivel de humedad del césped en el terreno de juego se rebasen incluso esos registros y también ocurra lo mismo en las gradas en las que el sol da de plano en su ciclo de más altura en el día.
LaLiga también ha fijado el Sevilla-Mallorca en la siguiente jornada tras el parón, a las 14:00 horas
Los que lo sufrirán, aparte de los jugadores con lo que eso debe condicionar el juego en una competición de élite, van a ser los aficionados, en particular los abonados de la grada de Fondo, que tendrán en ese horario el sol de frente hasta el último toro, utilizando la terminología taurina.
Pero no queda ahí la cosa. Aunque habrá dos semanas por medio, ya que tras el choque ante el Barcelona mediará el parón liguero por los partidos de las selecciones, el siguiente duelo de los de Almeyda en la Liga, en la novena jornada, también será en el Sánchez-Pizjuán, ante el Mallorca, y el horario escogido por el ente que preside Javier Tebas es el de las 14:00 horas. Será el próximo 18 de octubre, aunque es de esperar que para entonces las temperaturas en Sevilla sean algo más suaves.
Falta absoluta de tacto en LaLiga
Es evidente la falta de tacto de los responsables de LaLiga a la hora de repartir las franjas horarias. También es cierto que, para hacerlos compatibles con los horarios de los mercados internacionales, es bastante habitual que Barcelona, Real Madrid y Atlético de Madrid sean equipos habituales en el horario de las cuatro y cuarto de la tarde (de hecho, el Sevilla visita el Metropolitano en ese segmento de programación), pero no está de más cuidar un poquito más estos detalles porque en el mapa de LaLiga hay ciudades más castigadas por el clima, en este caso de altas temperaturas, que otras.
127 millones del fondo CVC
Pero, no obstante, en el análisis hay otra vertiente. Sin dejar de tener en cuenta lo anterior y el poco tacto de LaLiga, también es cierto que ésta es la que paga y se ve con derecho a gestionar el tema de los horarios a su absoluto antojo. Cuenta además con el argumento del crédito participativo que ha suscrito con casi todos los clubes asociados (sólo dos no lo han firmado) consistente en el abono de 127 millones de euros provenientes del fondo CVC en su 85% obligado para emplearlos en instalaciones. Mientras otros clubes, sin contar a los todopoderosos Barça y Madrid, han reformado y reforman sus estadios (el del Levante tiene ya una visera y los de Betis, Rayo, Celta, Mallorca... están en obras), la ruta del Sevilla en este asunto se encuentra aún en la espera de la autorización de las autoridades de los permisos correspondientes, habiéndose retrasado ya un año el inicio de las obras de reforma de un edificio ya muy antiguo en el que, en cambio, el club hizo un gasto para adecuarlo a las peticiones de la UEFA para albergar una final de la Europa League (en torno a unos 12 millones de euros). También se ha acometido un gasto importante de este dinero para la construcción de instalaciones en la ciudad deportiva, que, entre otras cosas, ha permitido realizar la pretemporada sin salir de Sevilla.
En cuanto al tema de la visera, el club encargó hace unos años algún estudio para su colocación que suponía un gasto de entre 18 y 20 millones (tirando por lo bajo), pero decidió aparcarlo para realizar un proyecto de reforma integral del estadio con la construcción de un tercer anillo y la bajada algunos metros (y ganar filas de asientos) de la cota del terreno de juego.
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