Junta general extraordinaria del Sevilla
Y nadie se baja del burro
Sevilla-Girona | Informe técnico
El infortunio de Isaac, ante la portería o en la rigurosísima mano del penalti. La desidia de Lukébakio con una rosquita en el mano a mano con Gazzaniga. La heterodoxia de Ejuke, que marcó un golazo en fuera de juego y luego mezcló buenas acciones con otras grotescas. La inconsistencia de una medular contrahecha, con Juanlu jugando de falso organizador para buscar su llegada en una posición clave... Y un debutante y lateral jugando de organizador y dirigiendo el balón parado, sacando hasta faltas perfiladas para diestros siendo zurdo. El remate, quizá, fuera ver a Marcao de capitán. Como para que no tiemble el sevillismo...
El Sevilla de García Pimienta no sólo no arranca, sino que ofrece reiteración en síntomas preocupantes. Sigue siendo absolutamente ineficaz ante el gol, pese a que genera ocasiones como para obtener más rédito y a que su centro del campo no se sabe bien a lo que juega. Y continúa mostrándose endeblísimo en cuanto lo zamarrean un poquito. Si a eso se une el infortunio, en el fuera de juego de Ejuke que anuló el 1-1 inmediato al 0-1, un golazo con enorme pase al espacio de Barco, o en el penalti de VAR por manos rigurosísimas de Isaac, pues apaga y vámonos.
Hay síntomas feos: que Marcao tenga que ser central en este equipo y con esta idea de juego pese a su pesadez sobre el campo. O que un debutante juvenil se erija en figura y referencia, como cuando llegó Maradona en 1992. O que el técnico se empecine en situar a Juanlu de 10 cuando por detrás tampoco hay ningún medio creativo, o al menos no se ha mostrado así todavía Lokonga y Agoumé está clarísimo que no lo es. O que Ejuke, Isaac o Lukébakio desperdicien ocasiones como si nada.
A Míchel le bastó la pausa de hidratación para saber cómo desmontar al Sevilla. Miguel González desdobló a Bryan Gil con Lukébakio fuera de sitio y José Ángel vendido, Marcao tardó en replegar y Valentín Barco simplemente se comió la jugada. 0-1 y descomposición, sobre todo en la segunda mitad, cuando Míchel dio una vuelta de tuerca en el descanso metiendo más tralla, Solís y Danjuma, y García Pimienta tardó en hacer correcciones. Marcao al espacio abierto es una moneda al aire: lo mismo se anticipa que va en falso y deja el hueco y luego tarda en recuperar la posición. Y encima Badé erró en su salida sobre Abel Ruiz, llegó la falta y el penalti rigurosísimo de Isaac. Deméritos e infortunio, peligroso cóctel.
Casi le sale bien la jugada a García Pimienta con el debutante Barco metiéndose hacia dentro para aprovechar su calidad y su visión de juego. Dio desborde, con pases profundos, dejadas al primer toque, cambios de orientación. Y Ejuke aprovechó su maná para intentarlo una y otra vez, sin terminar casi nada nunca. Una vez que lo hizo, partió en fuera de juego. La otra fuente de juego fue Lukébakio, pero su disparo de rosca fue su único recurso. Por el medio Isaac intentó combinar con Ejuke o Peque luego, sin mucho éxito.
Genera ocasiones... aunque las falla. Y la frescura del debutante Valentín Barco.
Languidez ante la portería contraria y en la propia, la carestía de liderazgo... y el infortunio.
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