El líder, palabras mayores ya para el nuevo Sevilla de Almeyda
La visita del Barça es la primera gran prueba para refrendar las buenas sensaciones. en general, del proyecto del argentino; La afición del Sevilla siempre fue muy escrupulosa, independientemente del resultado, con cómo se afrontan estos duelos
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Para el sevillismo no son partidos cualesquiera. Incluso el resultado final, teniendo su importancia, no es un dato concluyente para una afición que suele examinar con lupa con qué actitud, con qué imagen, con qué planteamiento, con qué desarrollo competitivo... afronta el Sevilla encuentros ante rivales como el que viene este domingo, el Barcelona, o su alter ego, el Real Madrid.
Es uno de los apartados que el sevillista tiene en cuenta para valorar el trabajo de un entrenador y por el banquillo del Sánchez-Pizjuán han pasado técnicos de variado pelaje en lo que se refiere a sus preferencias a la hora de enfilar un partido de estas características.
Ahora, con el crédito de nuevo bien alto tras la tercera victoria consecutiva a domicilio en Vallecas y el aval de haber firmado ya, pese a tener pocos mimbres, el mejor arranque liguero desde Lopetegui, Matías Almeyda tiene uno de los exámenes de cabecera para terminar de meterse a la grada en el bolsillo.
La afición siempre valoró cómo el Sevilla plantea estas citas, qué imagen da y si al final logra competir o no
En este caso, el colchón de puntos que ha logrado este nuevo Sevilla es una ayuda para poder mirar a los ojos a todo un Barcelona que llega además estrenando un liderato alcanzado esta semana tras aprovechar el pinchazo de su eterno rival en el derbi madrileño en el estadio Riyath Air Metripolitano.
Gabriel Suazo, uno de los capitanes, ya avisaba ayer que la filosofía que reina en el vestuario es ser fiel a una idea. “Cada partido Matías lo plantea de manera diferente, pero nosotros vamos a ir con nuestro estilo”, avisaba el chileno.
Hasta ahora el Sevilla se ha encontrado más cómodo sin balón, presionando y atacando los espacios, de ahí que haya ganado fuera y no en casa, pero eso tampoco tiene mucho que ver. Habrá que ver a qué altura presiona y cómo de agresivo sea cuando recupere el balón. Y eso el sevillismo lo va a valorar porque siempre lo ha hecho. Para Almeyda será la primera gran prueba de fuego ante un grande y eso es algo que al final suma. Otro capítulo será cómo afronte los derbis, cuestión que tampoco pasa por alto una afición que tiene las cosas muy claras. En cualquier caso, aún queda para el primer duelo ante el Betis, a finales de noviembre en Nervión, en fecha aún por definir.
Hasta ahora, los dos compromisos más fuertes que ha librado el nuevo Sevilla de Almeyda han sido ante el Athletic y el Villarreal, con resultado de derrota ambos (3-2 y 1-2), aunque en ninguno de ellos, ni siquiera en San Mamés, dio el equipo sensación de estar superado por el rival, a excepción de la primera parte en Bilbao, donde se puso 2-0 perdiendo y logró empatar.
Antes del derbi, dentro justo de un mes, habrá otra cita de las que la afición vigila con escrúpulo cómo el equipo compite y qué imagen logra dejar, la visita al Atlético de Simeone el 1 de noviembre. Para diciembre, justo antes del parón navideño, quedará otra cita marcada en rojo en el calendario, la comparecencia en el Bernabéu.
Son partidos de mucho más que tres puntos en juego, partidos en los que la imagen tiene un papel igual o casi de mayor importancia que el marcador.
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