Sevilla FC

Entre lo parable y lo imparable

  • La diferencia entre los porteros estribó en las dificultades en las que los atacantes rivales los pusieron. Beto ya sabe cómo se las suele gastar Cristiano Ronaldo con el Sevilla

Si hace un mes a algún sevillista le dijeran que su equipo se iba a presentar en el Santiago Bernabéu con un portero portugués fichado a última hora en el mercado de invierno porque Diego López se marchaba al Real Madrid para ser titular, el interlocutor hubiera sido tachado de loco. Pero si el fútbol tiene un ingrediente que casi nunca se pierde es precisamente el de la locura.   

Beto, desde su llegada, ha dotado a la portería sevillista de seguridad, algo que Diego López, su predecesor, nunca hizo. Además, pese a haber salido goleado del partido de ayer, esa sensación de seguridad no se ha perdido, puesto que nada pudo hacer en los goles del Real Madrid. En el primero metió una buena mano pero su despeje, con mala suerte, favoreció a Benzema. En el segundo, no existe  ningún portero en el mundo que pudiera parar el tremendo disparo de Cristiano Ronaldo. Y en los otros dos, su defensa lo dejó completamente vendido.

Ahí se hallaba la principal diferencia de las actuaciones de Diego López y de Beto. Ambos detuvieron todos los disparos que podían ser parados. Los imparables, hasta el intrascendente tanto de Manu del Moral, sólo se produjeron en una portería. Y lógicamente, acabaron en gol.

Pese a todo, dice mucho de un portero que encaja cuatro goles que su figura no salga dañada de un encuentro que suele dejar demasiados cadáveres a su paso. Dice mucho del portugués el grito que pegó a sus compañeros a cinco minutos de la conclusión del encuentro: "¡Vamos, vamos, hasta el final!". De cara a la galería o de verdad, lo cierto es que nunca se desconectó de un partido en el que paró y despejó todo lo que se podía parar y despejar.

Mientras, Diego López vive mucho más cómodo. Ser el portero del Real Madrid tiene la ventaja de que las intervenciones que se tendrán que hacer a lo largo de un partido no serán muy numerosas, pero exige estar bien y, en muchas ocasiones, ejercer de milagrero. Anoche el Sevilla pareció no querer hacer sangre a su ex compañero a tenor de la candidez con la que atacó su portería en todos los disparos de los que dispuso y por su empecinamiento en no sacar los córners a pie cambiado para provocar el fallo o, por lo menos, el nerviosismo del gallego.

Siendo el portero del Real Madrid, los fallos a la hora de jugar con los pies se notan mucho menos. Tampoco se necesita una gran capacidad de liderazgo cuando se cuenta con Sergio Ramos en el centro de la zaga. Y tampoco se nota el miedo a salir por alto en los balones colgados porque la defensa del Real Madrid rara vez permite remates francos en esas jugadas. Otra cosa muy distinta es cuando remata Cristiano Ronaldo en su propia portería. Lo que sí es necesario es no llamar la atención y encajar bien en ese vestuario, cosa que Diego López sí ha hecho a la perfección. Hay piezas en los puzles que no encajan, como Diego López en el Sevilla. O que lo hacen a la perfección, como Beto.

Comentar

0 Comentarios

    Más comentarios