Sevilla-Oviedo: La hora más oscura del siglo
La previa
El equipo de Almeyda, plagado de bajas, está obligado a lograr la cuarta victoria en casa del año 2025 frente al Oviedo para no caer de lleno a la lucha por el descenso
La venta del club, la Junta de Accionistas y la amenaza de cierre del estadio planean por la cita
Almeyda no recupera casi a nadie: convocatoria para el Oviedo con Juanlu y muchos canteranos
Está el Sevilla en la que es posiblemente la hora más oscura, parafraseando el título de la película de Joe Wright sobre el papel de Winston Churchill al inicio de la Segunda Guerra Mundial, cuando la lustrosa bota de la Wehrmacht se paseaba por Europa y acorralaba a Gran Bretaña. Sangre, sudor y lágrimas, que diría el primer ministro británico, es lo que van a necesitar el Sevilla y el sevillismo para atisbar la luz al final de un túnel eternizado. Y la razón de tal oscuridad viene por distintos flancos. Sobre el partido planearán los rumores de la inapelable venta del club, la Junta General de Accionistas del lunes y la amenaza de cierre del estadio tras la desproporcionada propuesta de Antiviolencia. Mejor no ir almorzado para que no se revuelva la barriga -la horita se las trae-. Porque el panorama es tétrico.
Más lo será si el equipo de Matías Almeyda, horadado por diez bajas entre lesionados y sancionados, no logra la que sería su cuarta victoria de todo el año 2025. ¡Tres veces, tres, salió contento el sevillismo de Nervión en este año que colea! Se dice pronto. ¿Acaso no es motivo sobrado para pensar que es el instante más oscuro del Sevilla en su muy brillante siglo XXI? Dos de esas ocasiones fue con Almeyda, contra el Barcelona y el Osasuna, ésta en su penúltima comparecencia en casa, con mucho sufrimiento y antes del palo del derbi. La otra fue con Joaquín Caparrós y en un partido clave para evitar el descenso la temporada pasada, frente a un rival directo como Las Palmas. Sólo recordar la agonía en aquel empate con el Leganés se reaviva el pánico... Y ahora llega un Real Oviedo que está intentando sobrevivir en su vuelta a la élite. Sin mirar la tabla siquiera, es un duelo entre rivales directísimos.
El equipo asturiano no ha ganado todavía con el entrenador que relevó a Veljko Paunovic en octubre y vuelve 25 años después al Ramón Sánchez-Pizjuán como penúltimo clasificado, con 10 puntos. La última vez que ganó fue en Mestalla, el 30 de septiembre, aún con Paunovic en el banquillo... Y busca desesperadamente un triunfo que lo acerque a la boya que marca el decimoséptimo puesto. Y el Sevilla no puede permitirse seguir viendo cómo se adelgaza el colchoncito que lo separa de la zona de descenso, dos puntos ya, que luego toca la visita al Bernabéu, casi nada.
La situación podría ser otra si en Mestalla no hubiese encajado ese gol malhadado en el minuto 93. Pero el fútbol se empeña en castigar los errores y las faltas de concentración. Y ahí está el Sevilla de Almeyda, cuya inicial aura de salvador se ha ido apagando a fuerza de tropiezos, algunos en lo más llano y otros esperados, como la dura derrota con un Betis que sólo tuvo que esperar taimado a que saltara la liebre de otro yerro impropio de un equipo de élite.
La plantilla actual, lo dice su propio presidente, está a la altura por caché de la del Osasuna y el Mallorca, cuyo triunfo sobre el Elche empeora la situación del Sevilla. Tanto se ha ido depauperando con el obligatorio ajuste económico tras años de deriva negativa. Por ello hasta resulta comprensible que tenga tantos errores... O quizá el error principal sea sólo ver los yerros como causa de los escasos 17 puntos en 15 partidos que atesoran los nervionenses.
Las bajas, diez entre los dos sancionados y los ocho lesionados, le dan más carácter de épica a la aventura de sumar el cuarto triunfo del año en Nervión. Este Sevilla abandonado a su suerte por la errática administración de sus dirigentes, deseosos de que llegue ya el inversor americano, y dejado a los pies de los caballos de los comités federativos y ministeriales, se tiene que asir a su fuerte: su heroicidad, su capacidad de resistencia, su gente... Eso que decían como en un soniquete vacuo de escudo, bandera y afición es la única realidad. Agárrense fuerte a ella.
El Oviedo también llega con bajas y sin su referencia, Cazorla
El Oviedo llega a Nervión sin su líder espiritual. El veterano Cazorla fue expulsado frente al Mallorca, al igual que Viñas. Luis Carrión, deja en Oviedo a Sibo, tras una semana renqueante, y vuelven Javi López y Brandon Domingues, aunque cuenta con las bajas por sanción de dos jugadores clave en el cuadro azul como son los dos mencionados. Además, se pierden la cita de Sevilla por problemas físicos los centrocampistas Ejaria e Ilic y el lateral derecho Nachi Vidal, baja de última hora tras lesionarse ayer. Debido a las bajas de Viñas y Cazorla, Lucas apunta a titular en el lateral derecho y el técnico del Oviedo podría apostar por primera vez por dos extremos de inicio, Hassan e Ilyas Chaira.
El optimismo de Luis Carrión pese a la racha de ocho sin ganar
Luis Carrión aseguró que sabe que “va a salir todo bien” y que con esa mentalidad van a Sevilla. “Hemos visto situaciones más complicadas en la que los equipos han salido de abajo de manera solvente. Aunque no estemos ganando, el equipo tiene que seguir haciendo lo que hacemos para conseguir esos resultados”, comentó el preparador oviedista. Los azules son el equipo menos goleador de las cinco grandes ligas europeas al marcar 7 tantos en 15 jornadas, pero Carrión, cuyo Oviedo solo ha marcado en uno de los siete encuentros que ha dirigido, afirmó que “este equipo tiene gol y se acabará viendo”. “El Sevilla es un equipo que me gusta, me gusta lo que hace su míster. En Valencia fue muy versátil tácticamente”, dijo.
También te puede interesar