Opinión | Pisando área
Jesús Alba
Bienvenido a España, señor Almeyda
Todo el mundo ha hablado ya de Gabriel Suazo, el primer fichaje de la era Antonio Cordón. Han destacado su calidad futbolística, su intensidad en el campo y su capacidad de liderazgo y el propio jugador ha dicho en su primera entrevista a los medios del club que se va a “romper el lomo” por defender el escudo del Sevilla.
Queda, por tanto, poco que decir. Sólo verlo en el campo... Aunque un sevillano puede ser el que más lo conoce. Manuel Crespo fue su entrenador en el equipo sub 19 de Colo Colo justo antes de que diera el salto al primer equipo. Entonces Cordón andaba ya por Ecuador y conocía lo que había a nivel de selecciones en categoría sub 20. El técnico loreño, que estuvo dos años y medio en Chile primero como entrenador del equipo sub 19 de los albos, con el que ganó dos títulos, y después como director técnico de cantera, destaca sobre todo “lo familiar que es”.
“Se cuida mucho, no sale, es muy tranquilo fuera del campo, muy familiar...”, recuerda Crespo sobre el nuevo jugador del Sevilla, que tiene dos hijos pequeños.
“Conmigo estuvo unos dos meses sólo. Acababa de jugar el Mundial sub 20 junto a Cristian Gutiérrez e Iván Morales y Pablo Guede (entrenador con el que dio el salto al primer equipo) me los mandaba a mí, aunque él ya iba jugando con el primer equipo, sobre todo para cumplir el número de minutos obligatorio de participación de jugadores sub 20”, explica Crespo, que sólo tuvo la oportunidad de alinearlo un par de partidos en el torneo Apertura 2017, en el que Colo Colo fue campeón.
"Tenía un recurso que lo ha repetido en Francia; recorta con la izquierda y centra con la derecha”
Suazo tuvo una evolución desde el medio centro –“volante central” en Sudamérica– hacia el costado izquierdo. El Mundial sub 20 lo jugó de pivote, pero tras algún error en salida en el primer equipo Guede lo colocó en la banda. Con una defensa de tres, junto a Opazo formó una pareja de carrileros muy profunda. Opazo, mucho más intenso, un toro, y muy rápido; Suazo, mucho más técnico, con buen pie para salida de balón, para asociarse y para llegar al área contraria. “Pisa mucha área. Y luego vuelve. Defendiendo es muy intenso, hay que superarlo varias veces porque te gana otra vez la posición”, explica Crespo, a quien tanto Suazo como el resto de jugadores llamaban con cariño “Profe”.
Sin duda, la prueba de fuego ha sido la liga francesa. En Sudamérica hay muchos talentos, pero siempre queda la duda de su adaptación a la exigencia del fútbol europeo y a la vida en el Viejo Continente a todos los niveles. “Su paso por el Toulouse le ha servido mucho, sin duda. Y es un jugador que no tiene miedo a llegar. Tenía un recurso que se le he visto hacer también a menudo en Francia, que es el recorte con la izquierda y el centro con la derecha; maneja las dos piernas y ha dado bastantes asistencias así”, agrega.
¿Aspecto a mejorar? “Quizá debe tener cuidado al defender, muchas veces trastabilla al delantero por detrás, sin hacerle falta, y aquí los árbitros son muy rigurosos. Pero es un chico listo y rápidamente se hará al sitio y a las distancias”.
Su carácter, por lo que ha demostrado, sin duda ayudará. Este martes dará otro paso al ser presentado ante los medios de comunicación. Para Crespo supone una alegría.
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