Benedicto XVI asegura que la tercera profecía de Fátima no ha acabado

El Papa dijo ayer en Fátima que "se equivocan" quienes piensan que el mensaje de la Virgen de Fátima "ha terminado", ya que aquí -aseguró- "permanece el proyecto de Dios para el hombre y aunque éste ha intentado desencadenar un ciclo de muertes y terror no lo ha conseguido".

Ante medio millón de personas, según fuentes de la Policía lusa, miles de ellas españolas, que abarrotaron la explanada del santuario de Fátima, Benedicto XVI ofició la misa solemne en el día en que la Iglesia conmemora la primera de las seis apariciones de la Virgen en 1917 a los tres niños pastores videntes Lucía, Jacinta y Francisco.

El Papa Ratzinger, que inició su primer periplo portugués el martes en Lisboa y lo finalizará mañana viernes en Oporto, durante el día de ayer, visitó las tumbas de los tres niños videntes y además se reunió con las asociaciones católicas comprometidas con la asistencia social y con los obispos portugueses.

Benedicto XVI afirmó que ha ido a Fátima porque allí converge la Iglesia peregrina querida por Cristo como instrumento de evangelización y para pedir a la Virgen por la humanidad "afligida de miserias y sufrimientos".

"He venido para disfrutar de la presencia de María y para poner bajo su protección a los sacerdotes", afirmó el Obispo de Roma, que ya el miércoles, al consagrar a los curas a María, les pidió "fidelidad y lealtad" a la vez que imploró a la Virgen "que no cedamos a nuestros egoísmos, a las lisonjas del mundo y a la sugestión del diablo".

Además manifestó que trae a Fátima un mensaje de esperanza, especialmente para aquellos que sufren o viven abandonados.

El Obispo de Roma regresó ayer a la explanada de Fátima recibido por el calor de los aplausos y de los vivas de los allí presentes, que ondeaban banderas de multitudes de países, entre ellas numerosas españolas.

Antes de su llegada comenzó la procesión con la Virgen de Fátima, a la que el Papa se incorporó, siguiéndola desde el papamovil.

La imagen de la Virgen fue colocada en el altar mayor, levantado delante de la fachada principal del santuario, y en el mismo también fue depositada la Rosa de Oro que ha donado el Papa a la Virgen. Tras llegar al santuario de Fátima, el Papa visitó la capilla de las apariciones, donde agradeció a la virgen María que salvara a su predecesor, Juan Pablo II, de un intento de asesinato en 1981 en la Plaza de San Pedro.

Benedicto XVI señaló que en este año se cumple el décimo aniversario de la beatificación de Jacinta y Francisco, dos de los tres niños videntes; el quinto de la muerte de Lucía, la otra niña vidente y que transmitió el llamado Secreto de Fátima; y el centenario del nacimiento de Jacinta.

La profecía de Fátima está dividida en tres partes y fue revelada por la Virgen a Lucía, Jacinta y Francisco en 1917 durante las apariciones del 13 de mayo, 13 de julio y 13 de octubre.

Lucía se encargó de redactarlos y decidió revelar sólo las dos primeras partes.

La primera vaticinaba la muerte prematura de Jacinta y Francisco (que eran hermanos y primos de Lucía) y la segunda se refería a la visión aterradora del infierno, al final de la Primera Guerra Mundial y al estallido de la Segunda y predecía la conversión de Rusia y el fin del comunismo.

La tercera fue desvelada en el año 2000 y, según el Vaticano, se refería al atentado que sufrió Juan Pablo II en 1981 y a la lucha del comunismo ateo contra la Iglesia.

Benedicto XVI dijo el pasado día 11, cuando iba hacia Portugal, que la "novedad" que se puede descubrir ahora, diez años después de su publicación, es que el mensaje es para todo el mundo, para todos los papas, tiene una validez eterna y se refiere los sufrimientos de la Iglesia en todos los tiempos.

"El mensaje llama a la conversión permanente, a la penitencia y a las virtudes teologales fe, esperanza y caridad", indicó el Papa.

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