Los enfermeros españoles han visto ampliada en los últimos tiempos la lista de medicamentos que pueden prescribir. La última modificación, publicada hace unos días en el BOE, incluye paracetamol e ibuprofeno para tratar la fiebre. Una medida aplaudida por los sindicatos de enfermeros pero criticada por sus equivalentes médicos.
La administración de medicamentos requiere de conocimientos, habilidades y responsabilidad, pero en algunos casos esta tarea se delega en personal no médico, como auxiliares de enfermería, cuidadores o familiares, que no cuentan con la formación adecuada.
Los errores en la administración de medicamentos por personal no médico pueden provocar daños graves (reacciones adversas, interacciones, intoxicaciones...) e incluso la muerte de los pacientes, además de generar costes adicionales y pérdida de confianza en el sistema de salud.
¿Por qué se producen estos errores?
Pueden deberse a varios factores, por ejemplo:
- La falta de formación específica sobre los medicamentos y sus efectos, contraindicaciones, interacciones, vías de administración, dosis...
- La falta de supervisión y apoyo por parte del personal médico responsable.
- La falta de protocolos claros y actualizados sobre la administración de medicamentos.
- La falta de identificación adecuada de los pacientes y los medicamentos.
- La falta de registro y seguimiento de las incidencias relacionadas con la administración de medicamentos.
- La presión asistencial y la sobrecarga de trabajo, que pueden generar estrés y distracciones.
- La falta de comunicación efectiva entre el personal sanitario y los pacientes o sus familiares.
Los errores más frecuentes
Algunos de los errores más frecuentes en la administración son:
- Medicamento equivocado.
- Dosis incorrecta.
- Vía inadecuada.
- Horario erróneo.
- Omisión del tratamiento.
Recomendaciones
Para prevenir los errores en la administración de medicamentos por personal no médico, se recomienda:
- Establecer criterios claros sobre qué tipo de medicamentos pueden ser administrados por personal no médico y bajo qué condiciones.
- Impartir formación continua y específica al personal no médico sobre los medicamentos que debe administrar y cómo hacerlo correctamente.
- Supervisar y apoyar al personal no médico en la realización de sus tareas relacionadas con la administración de medicamentos.
- Seguir protocolos estandarizados y actualizados sobre la administración de medicamentos, que incluyan la verificación previa de la identidad del paciente, el nombre y la dosis del medicamento, la vía y el momento de administración, etc.
- Identificar claramente los medicamentos y los pacientes mediante etiquetas, pulseras o sistemas electrónicos.
- Registrar y notificar todas las incidencias relacionadas con la administración de medicamentos, tanto las que hayan causado daño como las que se hayan detectado a tiempo y se hayan evitado.
- Fomentar la comunicación efectiva entre el personal sanitario y los pacientes o sus familiares, informando sobre los medicamentos que se van a administrar, sus beneficios y riesgos, y resolviendo las dudas que puedan surgir.
- Promover una cultura de seguridad del paciente que reconozca la importancia de prevenir los errores en la administración de medicamentos y que facilite el aprendizaje y la mejora continua.
Los errores en la administración de medicamentos por personal no médico son, en definitiva, un problema grave que afecta a la calidad y seguridad de la atención sanitaria.
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