La crisis sanitaria provocada por el coronavirus está haciendo que el panorama europeo empeore por momentos. A las medidas restrictivas e incluso confinamientos de parte del viejo continente, se une ahora Portugal. El país vecino ha decidido confinar desde hoy mismo al 70% de su población en un acto de "deber cívico".

La ola que asola de nuevo el territorio ha hecho que los máximos mandatarios lusos tomen esta medida para frenar un aumento de contagios descontrolado. Esta nueva restricción afecta a 121 comarcas, entre las que se encuentran las grandes ciudades de Oporto y Lisboa.

Confinamiento pero con matices

El confinamiento que ha establecido Portugal recuerda al del pasado mes de marzo pero, aún así, tiene matices. Las personas sólo podrán salir de sus domicilios para actividades esenciales como trabajar, estudiar, hacer compras o ayudar a personas dependientes. Ahora bien, no se especifica ningún tipo de sanción al respecto y  las escuelas, tiendas y restaurantes permanecerán abiertos (hasta las 22.00 horas, el comercio y media hora más la hostelería) e incluso se permitirán espectáculos culturales que cumplan con las normas sanitarias.

Portugal sigue en su proceso de averiguar la fórmula perfecta para combatir este aumento de contagios. El Gobierno sigue pendiente de la aprobación de un nuevo estado de emergencia, pero esto no será ni mucho menos como el anterior.

Desde que comenzara la pandemia, Portugal ha registrado 149.443 casos de Covid-19 y se han producido 2.635 fallecidos. Viendo los datos, se espera que la presión hospitalaria aumente, día a día y de forma exponencial. Sin ir más lejos, el país contaba en el día de ayer con 2.349 hospitalizados por coronavirus con 320 positivos en cuidados intensivos.

Europa se prepara para lo peor

Esta segunda ola del coronavirus está haciendo que todos los países de Europa empiecen a tomar medidas y diseñen estrategias ante el creciente aumento de contagios y hospitalizaciones.

Los confinamientos vuelven a hacer acto de presencia como una de las medidas más eficientes mientras se espera la aparición de la ansiada vacuna. El riesgo de saturación en los centros hospitalarios es lo que más preocupa a los gobernantes que piden a la población responsabilidad. Ahora bien, los dirigentes también son conscientes del "cansancio" acumulado y de los problemas económicos y sociales que va a traer la vuelta de este tipo de medidas.

Europa se rearma pero da la sensación de que lo vuelve a hacer tarde, mientras que en países como China ya impera una "normalidad" que se va asentando poco a poco.