INCENDIO
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El cólera llega a la República Dominicana pese a los severos controles en la frontera

El martes se conoció el primer caso de esta enfermedad fuera de Haití, donde ya han muerto más de mil personas · El presidente convoca una reunión de emergencia con su Gobierno para analizar la situación

La gente pasa indiferente junto al cuerpo desnudo de una enferma junto al Hospital General de Puerto Príncipe.
Agencias / Dajabón · Puerto Príncipe

18 de noviembre 2010 - 05:01

Las medidas de seguridad en la frontera no han podido evitar que el cólera llegara a la República Dominicana. El martes se detectó el primer caso de esta enfermedad, un obrero haitiano que acaba de regresar de su país, donde los fallecidos por la epidemia ya superan las mil personas, informó el ministro de Salud Pública dominicano, Bautista Rojas.

El enfermo es Wilmont Lowel, de 32 años, un haitiano que se encuentra ingresado en un centro médico de la localidad de Higuey, situada al este del país, es decir, en la zona más alejada de la frontera con Haití, informó el responsable dominicano durante una rueda de prensa.

Según Rojas, el afectado trabaja como obrero de la construcción en Higüey, viajó a Haití de vacaciones el 29 de octubre y regresó a la República Dominicana el 12 de noviembre.

Desde el sábado pasado, cuando presentó los síntomas de la enfermedad, se encuentra internado en un hospital, aislado en una habitación especializada y su situación es "estable", detalló el ministro, acompañado por responsables de la Organización Panamericana de la Salud (OPS) y del Colegio médico dominicano.

El Gobierno dominicano puso en marcha severos controles para contener el avance de esta enfermedad, altamente contagiosa, y limitó al máximo la entrada de haitianos y los intercambios comerciales con el país vecino.

La República Dominicana y Haití comparten la isla de La Española, separados por una frontera de 376 kilómetros muy permeable.

Desde finales de octubre, el Gobierno dominicano restringió la entrada de haitianos y redobló la presencia militar en su frontera. Las fuerzas del orden realizaron numerosos allanamientos y detuvieron a unos 170 haitianos que pretendían llegar hasta la capital.

Además, activó un plan de información y prevención de la enfermedad en todo el país.

Este martes, Rojas resaltó la eficacia de esta campaña y subrayó que el hecho de que se haya podido registrar este primer caso es muestra de ello.

"Desde el día 22 de octubre hemos recibido informaciones de cientos de casos de diarrea. En este grupo hemos tenido doce sospechosos. Once han sido negativos y el martes aislamos la bacteria en este paciente haitiano", explicó el ministro.

"El cólera es una enfermedad vinculada a la pobreza, al saneamiento básico y la higiene personal. Creo que nosotros tenemos las condiciones de evitar que esto se propague", agregó Rojas.

Esta situación ha provocado que el presidente de la República Dominicana, Leonel Fernández, convocara ayer a un grupo de ministros y altos cargos del Gobierno para evaluar la situación del cólera en el país tras la aparición del primer caso de la enfermedad desde que se desató una epidemia en el vecino Haití.

El director de Información, Publicidad y Prensa de la Presidencia Dominicana, Rafael Núñez, dijo a Efe que a la cita han sido convocados varios representantes del Gobierno y del sector de la salud para evaluar las circunstancias en que se encuentra el país ante el avance de la epidemia.

Según el último balance oficial facilitado el martes, las muertes por cólera en Haití ascendieron a 1.043 en el marco de una creciente ira contra los cascos azules de la ONU acusados por algunos de ser los responsables del brote.

En este sentido, el presidente de Haití, René Préval, solicitó calma a la población. "Propiciar el desorden y la inestabilidad jamás aportó ninguna solución a un país que vive momentos difíciles" declaró el presidente en un mensaje grabado.

"Los disparos, los lanzamientos de botellas, las barricadas de neumáticos en llamas no eliminarán el cólera. Por el contrario, evitarán que los pacientes reciban atención médica, remedios o lo que sea necesario", indicó Préval.

Y es que a pesar de la masiva ayuda internacional que colapsó el aeropuerto de Puerto Príncipe apenas horas después del terremoto que asoló Haití el pasado 12 de enero, la miseria extrema sigue presente en las abarrotadas calles de la capital haitiana.

La reconstrucción de la ciudad, la más afectada por el seísmo, sigue careciendo de lo básico. Mercados callejeros abarrotan las avenidas circundadas por edificios todavía derruidos, entre cuyos escombros los ciudadanos han aprendido a vivir y a cobijarse.

Según los miembros de la ONG española Bomberos Unidos Sin Fronteras (BUSF) prácticamente nada ha cambiado en el aspecto de Puerto Príncipe desde que el temblor de tierra de apenas unos minutos acabó con la vida de cientos de miles de sus habitantes.

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