Tras conocer los primeros datos sobre la muerte violenta del sacerdote Anfonso López Benito, de 80 años y canónigo emérito de la Catedral de Valencia, todo apunta a que la víctima murió asfixiada por la acción de un pañuelo.

El cuerpo de Alfonso fue hallado a medía mañana del martes, 23 de enero, aunque acabaron con su vida la noche del domingo al lunes. Lo encontraron desnudo y con marcas rojas alrededor del cuello. La puerta del piso no estaba forzada y lo que pudieron averiguar es que alguien había querido ocultar el crimen porque le había mandado un mensaje al portero del edificio desde el móvil de la víctima, haciéndose pasar por ella, para notificar que estaría unos días fuera de la ciudad. Para cuando el mensaje se envió Alfonso ya estaba muerto.

Las hipótesis

Solo bastaron unas horas para que el grupo de Homicidios detuviera al que era el principal sospechoso de la muerte del sacerdote. Se trata de un hombre de 40 años, presumiblemente en situación de vulnerabilidad, con el que López Benito mantenía, al menos, encuentros sexuales con frecuencia.

El sacerdote era conocido por atraer a jóvenes en riesgo de exclusión social a su casa. Presuntamente mantenía relaciones con ellos a cambio de dinero. Este hombre era una de sus víctimas, y solía acudir a la vivienda de la víctima con frecuencia, por eso no fue extraño para los investigadores no encontraran la puerta forzada ni nada fuera de su sitio.

Sí percibieron, sin embargo, que a Alfonso le faltaba la tarjeta de crédito. Los agentes han podido comprobar más tarde que su agresor extrajo dinero de su cuenta bancaria tras los hechos y pagó con dicha tarjeta en un bar.

A la espera del informe final de la autopsia, los investigadores sospechan que el homicida acabó con la vida del clérigo haciendo fuerza con un pañuelo que encontraron debajo del cuerpo de la víctima. Para confirmar este extremo habrá que esperar a la llegada de los resultados del estudio de los tejidos blandos que confirmen si la asfixia fue mecánica o no.

Dicho de otro modo, si la falta de oxígeno que le produjo la muerte obedeció a la presión directa en el cuello, en este caso con ese pañuelo, lo que explicaría la presencia de esa prenda en el lugar donde fue encontrado, abierto debajo del cuello.

Mientras llega ese dictamen médico, los agentes del Grupo de Homicidios de la Policía estuvieron en la tarde de ayer, jueves, registrando durante una hora y media el inmueble. Estaba previsto que, tras la detención y en las próximas horas se llevara a cabo la reconstrucción de los hechos en el piso del sacerdote con su presunto agresor. Tras eso pasará a disposición judicial.  

De momento, el acusado permanece detenido en uno de los calabozos del complejo policial de Zapadores, y aún no ha prestado declaración.