Miguel Ricart rompe su silencio sobre el crimen de Alcàsser tras 30 años: "Soy un hombre libre y quiero hablar..."
El único condenado por el triple crimen ofrece una nueva versión que contradice la oficial: señala a los hermanos Anglés como ejecutores y afirma que fue coaccionado para participar
Ricart expresa ahora que fue una manada la que violó a las chicas de Alcàsser
Así sería Antonio Anglés casi 30 años después de desaparecer
Miguel Ricart, el único condenado por el triple crimen de Alcàsser ocurrido en noviembre de 1992, ha decidido romper su silencio después de más de tres décadas. En una reciente entrevista concedida al canal especializado en true crime El Rincón del Disidente, Ricart ha ofrecido una nueva versión de los hechos que contradice en varios puntos clave la versión oficial por la que fue condenado a 170 años de prisión en 1997. Según su nuevo testimonio, fue obligado a participar bajo amenaza de muerte y señala directamente a Antonio Anglés y su hermano Mauricio como los principales responsables y ejecutores materiales de los asesinatos de las tres adolescentes.
"Ahora soy un hombre libre y he tomado la decisión de hablar porque estoy muy cansado y, sobre todo, porque quiero que esto se aclare", ha declarado Ricart durante la conversación con el periodista Manu Giménez, también conocido por ser el autor del documental El Caso Macastre: los crímenes sin resolver de la Comunidad Valenciana'. Ricart explica que ha mantenido silencio durante estas tres décadas principalmente por miedo a posibles represalias contra su familia, pero ahora busca "liberar su conciencia" y pedir perdón tanto a los familiares de las víctimas como a la sociedad española en general por su participación en los hechos.
En esta nueva versión, Ricart sostiene que los acontecimientos del 13 de noviembre de 1992 comenzaron cuando se encontraba en casa de Neusa, madre de Antonio Anglés. Según relata, Antonio y su hermano Mauricio le pidieron que los acompañase para "hacer una cosa", que él interpretó como una simple entrega de drogas. En el grupo también se encontraba una cuarta persona a quien Ricart no conocía y a quien Antonio Anglés se refería como El Nano.
Los detalles de la nueva versión de Ricart
El relato de Ricart difiere sustancialmente de la versión oficial en varios aspectos clave. Según ha explicado en la entrevista, las tres adolescentes subieron voluntariamente al vehículo cerca de una gasolinera en Picassent, con la intención de que las llevaran a la discoteca Coolor. Sin embargo, Antonio Anglés pasó de largo del local y aceleró, ante lo cual las jóvenes se alarmaron. El conductor las tranquilizó falsamente prometiendo dar la vuelta, pero en realidad se dirigió hacia un destino que parecía tener planificado de antemano.
Uno de los puntos más controvertidos de esta nueva declaración es el lugar donde ocurrieron los hechos. Ricart niega categóricamente que los crímenes se cometieran en la caseta de La Romana, como establece la versión oficial, y afirma que todo ocurrió en un antiguo almacén de pólvora cerca de Catadau. Según su testimonio, mientras Antonio Anglés y "El Nano" bajaban a las chicas del coche, él y Mauricio permanecieron fuera. Posteriormente, Anglés los envió a comprar bocadillos al bar El Parador, un hecho que, según Ricart, fue corroborado por el testimonio de la propietaria del establecimiento.
Al regresar al lugar, Ricart afirma que presenciaron cómo Antonio Anglés y "El Nano" estaban agrediendo sexualmente a las jóvenes. Según esta nueva versión, Anglés los obligó tanto a él como a Mauricio a participar en la violación, amenazándolos con una pistola. Ricart sostiene que fue Antonio Anglés quien disparó y mató a dos de las adolescentes, mientras que Mauricio Anglés acabó con la vida de la tercera. También niega rotundamente la existencia de grabaciones del crimen, asegurando que no vio ninguna cámara en el lugar.
El destino de los cuerpos y la detención de Ricart
En cuanto al ocultamiento de los cadáveres, Ricart cuenta que los cuerpos fueron inicialmente envueltos en una moqueta que encontraron en un contenedor y enterrados en "un terreno de tierra blanda y poco transitado en Alborache, cerca del corral donde Antonio Anglés solía quedarse". Sin embargo, tras la explosión mediática del caso, Anglés decidió cambiar los cuerpos de ubicación. Según Ricart, el 6 de enero de 1993, Antonio y Mauricio Anglés se encargaron personalmente de trasladar los restos mortales.
Ricart fue detenido el 27 de enero de 1993 en la casa de la familia Anglés. En la entrevista, afirma que su confesión inicial ante la Guardia Civil fue obtenida bajo coacción: "Les conté lo que ellos querían escuchar nada más quizás por miedo a Antonio o a esas personas que yo no conocía". También menciona que en un momento expresó su intención de confesarlo todo, pero Anglés le golpeó y amenazó directamente.
Tras un largo proceso judicial, Ricart fue sentenciado a 170 años de prisión el 5 de septiembre de 1997 por el triple crimen de Alcàsser. Salió en libertad en 2013 tras la suspensión de la llamada Doctrina Parot por parte del Tribunal Europeo de Derechos Humanos. Por su parte, Antonio Anglés desapareció en marzo de 1993 y continúa en paradero desconocido, figurando actualmente en la web de Interpol como una de las personas más buscadas del mundo.
El impacto mediático del caso Alcàsser
El triple crimen de Alcàsser supuso un antes y un después en la cobertura mediática de sucesos en España. La desaparición de las tres adolescentes —Miriam, Toñi y Desirée— el 13 de noviembre de 1992 y el posterior hallazgo de sus cuerpos el 27 de enero de 1993 provocó una conmoción social sin precedentes en la sociedad española. Los medios de comunicación realizaron un seguimiento exhaustivo del caso, con programas especiales que batieron récords de audiencia.
La forma en que se trató el caso en los medios ha sido objeto de numerosos estudios y críticas por parte de expertos en comunicación y ética periodística. Muchos consideran que se cruzaron líneas rojas en cuanto al respeto a la intimidad de las víctimas y sus familias. Además, surgieron numerosas teorías alternativas sobre lo ocurrido, algunas de las cuales apuntaban a la existencia de una trama más amplia que la versión oficial.
En los años posteriores, el caso ha sido revisitado en diversos documentales y reportajes, como el controvertido documental de Netflix "El caso Alcàsser" (2019), que volvió a poner el foco en las inconsistencias de la investigación y las diferentes versiones sobre lo sucedido. La nueva declaración de Ricart, 33 años después de los hechos, añade un nuevo capítulo a este caso que marcó profundamente a la sociedad española.
¿Qué implicaciones legales tiene esta nueva versión?
Desde el punto de vista jurídico, las nuevas declaraciones de Miguel Ricart difícilmente tendrán consecuencias legales directas. El propio Ricart ya cumplió parte de su condena y fue liberado en 2013. Además, los delitos por los que fue condenado ya han prescrito, por lo que no podría ser juzgado nuevamente aunque confesara una mayor implicación.
En cuanto a Antonio Anglés, sigue siendo buscado por la justicia española e internacional. Si fuera capturado, podría ser juzgado independientemente del tiempo transcurrido, ya que para los prófugos de la justicia no corre el tiempo de prescripción. Respecto a Mauricio Anglés, mencionado por Ricart como uno de los ejecutores, nunca fue procesado por estos hechos y, en caso de que se quisieran investigar las acusaciones contra él, habría que determinar si los delitos han prescrito.
Los expertos en derecho penal señalan que, sin nuevas pruebas materiales, resultaría extremadamente difícil reabrir el caso basándose únicamente en las nuevas declaraciones de Ricart. Sin embargo, sus palabras podrían aportar nuevas líneas de investigación si las autoridades decidieran revisar algunos aspectos del caso, especialmente en lo referente al paradero de Antonio Anglés.
La desaparición
Miriam, Toñi y Dessiré, tres amigas de 14 y 15 años originales del pueblo de Alcàsser (Valencia) se dirigían, como muchas jóvenes de su edad, a una fiesta en la discoteca Coolors, del pueblo de al lado (Picassent), la noche del 13 de noviembre de 1992.
Antes de salir de casa habían estado con otra amiga, Esther, que había decidido quedarse en la cama esa noche por estar enferma. De camino al local, las tres chicas decidieron hacer autostop.
La separación entre ambos municipios no superaba los 2 kilómetros, era un trayecto que se hacía en 6 minutos en coche, y se trataba de una práctica muy habitual entre los adolescentes de la zona para ahorrarse en paseo.
El coche que paró, un Opel Corsa blanco, iba con cuatro ocupantes en su interior entre los que estaban Antonio Anglés, autor principal de los hechos, y Miguel Ricart, la única persona que ha cumplido condena por los mismos.
En el instante en el que las tres jóvenes se metieron en el coche no se vuelve a saber nada más de ellas hasta el 27 de enero de 1993, tres meses más tarde, cuando dos apicultores que paseaban por el campo hallaron los restos óseos correspondientes a una mano que sobresalían de la tierra y en cuya muñeca había un reloj.
Cuando la Guardia Civil se presentó en la zona junto a decenas de periodistas que habían seguido el caso muy de cerca, comprobaron que junto a estos restos estaban los de otros dos cuerpos, que pertenecerían a Miriam, Toñi y Dessiré, las niñas de Alcàsser.
Entre los cuerpos encontraron un volante médico hecho pedazos que, una vez restaurado, llevó a los investigadores al domicilio de los Anglés. El nombre que rezaba en dicho informe era el de Enrique Anglés, una persona completamente dependiente de la que se descartó la idea de que hubiera podido ejecutar el crimen.
Es por eso por lo que el foco se puso, inmediatamente, sobre su hermano, Antonio Anglés, un hombre con un amplio historial delictivo que ya había cumplido condena por secuestrar, torturar y maltratar a otra joven.
Durante la noche en que las tres menores desaparecieron tanto él, como Miguel Ricart, las violaron, torturaron y asesinaron para después enterrarlas cerca de la cabaña en la que habían tenido lugar los hechos, en el pueblo valenciano de Tous.
Espectáculo televisivo
Durante los meses en los que se produjo la investigación del crimen de las niñas de Alcàsser, desde su desaparición hasta su hallazgo, así como las repercusiones que esto tuvo para sus familias y la búsqueda de culpables, los medios de comunicación llevaron a cabo una cobertura pormenorizada del caso. Muchos periodistas, como Salvador Enguix, de la Vanguardia, afirman que esto supuso un antes y un después en la historia de la televisión ya que se montó un espectáculo alrededor del dolor y el sufrimiento de las familias con programas como el de Nieves Herrero, que montó un plató en el mismo pueblo, o el de Pepe Navarro en el que exponía toda clase de hipótesis sobre lo sucedido. Sostiene que “hubo un crimen y que hubo un caso Alcàsser mediático”.
Cuando el crimen de las niñas de Alcàsser tuvo lugar fueron muchas las mujeres jóvenes que quedaron afectadas por lo acontecido y sobre las que se puso el foco para que a ellas no les pasara lo mismo que a Toñi, Miriam y Dessiré. Este suceso marcó a toda una generación sumiéndolas en un relato del temor en el que se culpaba a las tres menores (se las revictimizaba) de haber hecho autostop en lugar de recriminar, única y exclusivamente, a los que causaron el crimen: Antonio Anglés y Miguel Ricart.
Dónde está Antonio Anglés
Treinta años después de la tragedia, la Policía Nacional y la Europol se disponen a poner en marcha una nueva campaña internacional para localizar a Antonio Anglés, prófugo del que se perdió la vista en un barco con rumbo a Liverpool ese mismo año. Puesto que no se ha encontrado su cuerpo, Anglés sigue oficialmente vivo. Por eso la Asociación Laxshmi para la Lucha Contra el Crimen y la Prevención presentó la semana pasada un informe ante el Juzgado con la imagen digital del que podría ser el aspecto actual de Anglés. En este escrito los criminólogos sugieren, además, que se reanalicen las muestras de ADN obtenidas el año del suceso con las técnicas más modernas que se posean, para que esto pueda arrojar pistas sobre su paradero.
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