La anestesia epidural es mundialmente conocida, sobre todo por su uso en los partos, ya que permite dar a luz sin dolor, pero siendo consciente en todo momento de lo que ocurre. El uso o no de la epidural en el momento del parto ha sido objeto de debate durante años, pero lo que pocos conocen es que la epidural la inventó un médico militar español: Fidel Pagés Huesca.

El abanico, la jeringuilla desechable, la fregona o la silla de ruedas son sólo algunos de los inventos españoles que seguramente no sabías que lo eran. Gregorio Marañón, Santiago Ramón y Cajal o Gonzalo Rodríguez Lafora son algunos de los médicos y científicos que compartieron generación con Pagés Huesca y que, posiblemente, acumularon más reconocimiento que él, siempre a la sombra por su personalidad humilde y discreta, que casi le costó ceder el prestigio internacional como inventor de la epidural. Tuvo que ser un colega argentino, Alberto Gutiérrez, el que alzara la voz ante el intento del médico italiano Achille Dogliotti de declararse como el padre de este tipo de anestesia y la pasividad de Pagés Huesca en la comunidad científica internacional. 

Valor tardío de la comunidad científica internacional

Porque la pasión de Fidel Pagés Huesca por la medicina le surgió desde joven y pronto quiso aportar su conocimiento en los lugares donde más le necesitaban, como la guerra del Rif, a principios del siglo XX. Fue allí donde Pagés empezó a darle forma a la epidural, cansado de ver sufrir a los soldados en el quirófano a causa de sus graves heridas.

Eliminar el dolor durante las intervenciones quirúrgicas se convirtió en una prioridad durante sus estudios y cuando volvió a España llenó las publicación de su Revista Española de Cirugía de artículos al respecto, sobre todo el famoso 'Anestesia metamérica', en el que se definía esta técnica y sus aplicaciones, que está a punto de cumplir 102 años de vida.

Pero se olvidó de proclamar sus avances a los cuatro vientos para que en la comunidad científica internacional tuvieran constancia de quién era ese joven médico que estaba revolucionando el sector y pasando a la historia, aunque él no fuera consciente de ello y ni siquiera se lo propusiera.

El médico italiano Achille Dogliotti intentó adjudicarse la condición de ser el padre de este tipo de anestesia, pero el argentino Alberto Gutiérrez destapó la anticipación de Pagés Huesca

La Primera Guerra Mundial, a la que llegó para inspeccionar los campos de prisioneros de bando austro-húngaro, se convertiría en su primer campo de pruebas de esta nueva técnica, que después aplicaría en algo menos de un centenar de ocasiones en el Hospital Militar de Urgencia de Madrid antes de fallecer en 1923 (a los 36 años).

Sea como fuere, el invento de Pagés Huesca ha servido desde entonces para eliminar el dolor en millones de operaciones y poner en valor la figura de este médico español.