La moda de las fiestas en casa: se disparan las multas y quejas vecinales
Efectos de la crisis del coronavirus
Tras el confinamiento, crecen las quejas debido a las reuniones con música en viviendas particulares
El confinamiento debido a la crisis sanitaria del coronavirus ha sido muy duro. Nunca, al menos en el siglo XXI, habíamos sufrido una situación similar de encierro y miedo por nuestras propias vidas y las de nuestros seres queridos.
Por ese motivo, la desescalada comenzó con muchas ganas, sobre todo entre los más jóvenes, el colectivo que más ha sufrido el distanciamiento social.
Discotecas en casa
Uno de los focos de concentración han sido las discotecas o espacios de ocio nocturno que están tardado en abrir sus puertas de manera preventiva. De hecho, en Madrid, no será hasta como mínimo 6 de julio cuando abran sus puertas. En Andalucía, por su parte, aunque el Ministerio de Sanidad ya lo permitía en la fase 3, con restricción de aforo, retrasaron su apertura sin plazo determinado.
Los hosteleros de la noche puede que estén resignados a la situación, pero la gente y el colectivo más joven parece que no. Las regiones -que ya son las competentes en materia sanitaria- se están encontrando con numerosas denuncias de fiestas celebradas en casas particulares, tantas que sorprenden por su número en comparación ya no solo con el confinamiento, que es algo lógico, sino en relación al mismo periodo del pasado año.
Ejemplo de ello es la capital madrileña donde más repercusión está teniendo esta nueva tendencia. Según los datos publicados del Área de Seguridad y Emergencias del Ayuntamiento de Madrid, el fin de semana del 22 y 23 de mayo, cuando todavía no se había pasado a la fase 1 en las cual se permitían reuniones de hasta 10 personas en espacios cerrados o al aire libre, las autoridades policiales identificaron hasta 264 "ruidos positivos" por fiestas que terminaron en denuncia. Si comparamos igual periodo de 2019, donde hubo 20 denuncias, supone un incremento del 1.220%.
Más roces
Las autoridades recuerdan que, dependiendo de la graduación del ruido, la cuantía de las sanciones oscila entre los 600 y los 12.001 euros. Puede quedar en falta leve en las situaciones en las que no haya música y/o cuando no se interponga denuncia oficial. En ese caso, señalan, quedaría como una advertencia.
Ciudades como Barcelona o Valencia también ha aumentado el número de quejas por ruido de manera cuantitativa, no únicamente por "fiestas particulares" sino también por roces vecinales. Como ejemplo, explican desde la ciudad condal, el 16 de marzo hubo 900 llamadas al día, de las que unas 600 estaban relacionadas con reformas u obras.
Con respecto a los valencianos, por su parte, de marzo a junio, han interpuesto más de 4.050 sanciones por ruidos. Mayo se ha saldado con 1.413 multas, seguido del mes de abril (1.103). Estas cifras recogen todas las infracciones de la ordenanza de ruido, por lo que, sin los datos disgregados, no es posible saber por el momento el número de fiestas privadas que haya podido haber, aunque en base al número de multas todo apunta a que han aumentado en relación al mismo periodo del pasado año.
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