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A menos de un mes de la celebración del Día Internacional de la Mujer, el próximo 8 de marzo, la Comisión 8M ha lanzado su convocatoria confirmando que en 2022 el feminismo vuelve a las calles de Madrid tras la polémica edición de 2020 y la cancelación de las celebraciones en 2021. Sin embargo, no será la única marcha que se celebra en las calles de la capital, ya que el Movimiento Feminista de Madrid ha decidido convocar su propia marcha, escenificando la división actual del feminismo.
Dos años han pasado de la última manifestación multitudinaria del 8M, en un marzo de 2020 en el que la amenaza del Covid-19 ya sobrevolaba la cita y que se notó en la asistencia a la convocatoria: 120.000 asistentes fuer la cifra que facilitó la Delegación de Gobierno de Madrid, frente a las más de 300.000 contabilizadas en 2018 y 2019.
Aún así, asistió gran parte del Ejecutivo, incluyendo a la entonces vicepresidenta primera, Carmen Calvo, las ministras Isabel Celaá, Carolina Darias, Nadia Calviño y Arancha González Laya, así como el ministro del Interior, Fernando Grande-Marlaska. La mujer del jefe del Ejecutivo, Begoña Gómez, sujetaba también la pancarta socialista, acompañada de dirigentes y diputadas del partido.
La ministra de Igualdad, Irene Montero, también estuvo presente en la marcha portando la pancarta de Podemos y ayudada por su equipo del Ministerio, como la delegada del Gobierno contra la Violencia de Género, Victoria Rosell, la directora general de Diversidad Sexual y Derechos LGTBI, Boti Rodrigo, o la entonces directora del Instituto de las Mujeres, Beatriz Gimeno, además de otras dirigentes y diputadas moradas.
Representantes de PP y Ciudadanos también participaron en esta edición. Las primeras, sin pancarta propia; mientras que las segundas fueron expulsadas y ayudadas por la Policía a abandonar la marcha tras sufrir amenazas e insultos.
Cuatro días después del 8M, Irene Montero anunciaba a través de las redes sociales que era positivo en coronavirus, y unos diez días después hacían lo mismo las socialistas Calvo y Darias. Los partidos de la oposición, por su parte, reclamaron en el Parlamento explicaciones a los responsables del Gobierno sobre la celebración de estas manifestaciones y sobre si el Ejecutivo había ocultado información sobre la crisis sanitaria.
Al mismo tiempo, diferentes estudios se iban haciendo públicos determinando que la celebración del Día de la Mujer en los diferentes puntos de España fue un gran foco de contagio.
La Comisión 8M denunció un año más tarde que esta situación vivida en 2020 fue la causante de que la Delegación de Gobierno de Madrid decidiera cancelar cualquier marcha en la capital por razones de salud pública. De hecho, en el resto de España sí se permitieron diferentes movilizaciones.
La decisión de celebrar o no el 8M en 2021 estuvo en el aire hasta el último día. Tras la negativa de la Delegación de Gobierno la asociaciones feministas recurrieron la decisión y el 7 de marzo el Tribunal Superior de Justicia e Madrid (TSJM) decidiía finalmente mantener la prohibición.
"Las mujeres de la Comisión 8M nos hemos adaptado, como no podía ser de otra manera al contexto de pandemia. Hemos acatado restricciones, hemos sido propositivas, hemos dado alternativas y nos hemos organizado en concentraciones que cumplen con todas las garantías sanitarias establecidas en los propios informes de la Delegación de Gobierno", denunciaron entonces las convocantes.
Finalmente, se mantuvieron algunas reuniones reducidas en los barrios, por parte de la Comisión 8M, mientras que el Movimiento Feminista de Madrid protagonizó un acto 'en movimiento' en la Plaza de Callao. Trece mujeres se fueron turnando a la hora de sujetar una pancarta contra la abolición de la prostitución, mientras el resto, con pequeños carteles 'paseaban' por la plaza.
En esta edición se escenificó por primera en un 8M la división del movimiento feminista cuyas diferencias --algunas históricas-- se ha hecho más palpable desde la llegada del Gobierno de coalición.
De igual forma que la exvicepresidenta del Gobierno, Carmen Calvo, y la ministra de Igualdad exteriorizaron diferencias en algunos puntos, el movimiento feminista se ha posicionado abiertamente en los diferentes debates: principalmente la abolición de la prostitución y la Ley trans.
Las conocidas como 'feministas clásicas', lideradas por el Movimiento Feminista de Madrid, critican la ley Trans de Irene Montero y, en concreto la medida que permite la autodeterminación de género, porque consideran que pone en peligro las políticas públicas a favor de la igualdad" y "socavan los derechos" de las mujeres que se han reclamado a lo largo de la historia.
Tampoco ha gustado a este sector que la ministra de Igualdad no haya sido contundente en sus medidas relacionadas con la prostitución, a pesar de que Montero se ha declarado abolicionista de la misma.
Es este último tema el que centra la marcha del 8M convocada en Madrid por Movimiento Feminista de Madrid. 'El Feminismo es abolicionista' es el lema elegido para su convocatoria. Su intención es comenzar a las 19.00 horas recorriendo la Gran Vía hasta la Plaza de España. "No te equivoques de pancarta", avisan estas convocantes en sus llamadas a participar.
También han hecho publicaciones en respuesta a la convocatoria de la Comisión 8M. "No puede ser feminista una manifestación auspiciada por miembros del gobierno que se dicen abolicionistas y, estando en el poder, no impulsan leyes contra la explotación sexual de las mujeres", han declarado a través de su cuenta de Twitter.
Se refieren a la convocatoria de la Comisión 8M, entidad que ha organizado las ediciones del 8M desde 2018, y que este año realiza su manifestación bajo el lema de 'Derechos para todas, todos los días'. Su convocatoria también es a las 19.00 horas, aunque su recorrido será desde la Plaza de Atocha hasta la Plaza de Colón.
Las convocantes destacan "la importancia de la movilización en un momento en el que los efectos de la crisis sanitaria han agravado la situación que viven las mujeres" que, según han destacado, "a menudo se encargan de las labores de cuidados y de muchos de los oficios esenciales imprescindibles para el sostenimiento de la vida".
La Comisión 8M, por otra parte, ha confirmado a Europa Press que este año está descartada la convocatoria de una huelga general, como sí se hizo en ediciones anteriores. Sí se ha hecho una convocatoria de huelga estudiantil para el 8 de marzo por parte del Sindicato de Estudiantes.
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