Así se vivó el Mundial del 82 en España

Se cumple el 40 aniversario de la celebración inaugural del mundial del 82 en Barcelona, el 13 de junio con el partido entre Argentina, vigente campeona y con el gran Diego Maradona, contra Bélgica. Han pasado ya cuarenta años de uno de los mundiales más locos y especiales que se recuerda de la historia. Hacemos un repaso por lo más importante que nos dejó este evento mundial en España.

Primer gran evento mundial en España

Traspasó la fronteras del fútbol, ya que la importancia de este evento era la realización de un proyecto de esta envergadura en un país como España, que en ese momento acaba de salir de una dictadura. Era el primer gran evento mundial que se celebrará en nuestras fronteras en la democracia. España se trataba de un país que estaba buscando un gobierno estable y formar un estado democrático pleno, y por primera vez gobernaba ese año un partido de diferente como era el PSOE de la mano de Felipe González. Además justo un año antes se venía del intento de golpe de estado de Tejero, el 23-F. Aún así, se consiguió realizar al año siguiente. Este mundial se sumó también al legendario concierto de los Rolling Stones ese año, cuando la capital era azotada por una tormenta muy potente y la banda salía entre la lluvia y los relámpagos para dar uno de los conciertos más míticos que se recuerdan.

Un contexto mundial complicado

La vigente campeona era Argentina, que ganó el mundial del 1978 que se celebraba en este país. La victoria en casa sirvió para reafirmar la dictadura militar en al que se vio envuelta Argentina en esos años y que la FIFA, pese a saber, no la suspendió, con contratos y sospechas fraudulentas y extrañas. Así en el 82 Argentina estaba envuelta en una guerra con Reino Unido por la ocupación de las Islas Malvinas que creó presión en el propio mundial y que acabó justo un día después de que jugase Argentina contra Bélgica, con la derrota de la propia Argentina.

Además esto se vivía con la tensión provocada por la Guerra Fría entre ambos bloques. En ese momento participaron cuatro países que hoy día no existen: Alemania Occidental, que no consiguió clasificarse al contrario que su homóloga, la Unión Soviética, Checoslovaquia y Yugoslavia.

Nuevas reglas introducidas en la competición

Ese año fue clave en la introducción de más sedes de lo que se había hecho hasta ese momento. Esto se hizo como medida para ahorrar en gasto de desplazamiento. Se jugaron en 14 ciudades con un total de 17 estadios de fútbol, más que ningún otro año. Además también se extendieron los participantes, de 16 a 24 selecciones participantes. Los nuevos introducidos fueron Kuwait, Argelia, Nueva Zelanda, Camerún y Honduras. Así ascendieron el número de partidos hasta los 52 frente a los 38 de las ediciones anteriores.

Esto se unió a la creación de un formato nuevo de juego que se quiso experimentar, pero que jamás se volvió a usar. Se trataba de repartir en la primera fase cuatro equipos en seis grupos. Los dos primeras se clasificaban para la siguiente ronda. De los 12 que pasaban a la segunda fase, se repartían en cuatro grupos de tres equipos cada uno. El ganador de cada uno pasaba a semifinales y de ahí los dos ganadores a la final, y los restantes a luchar por el tercer puesto.

Además fue el primer mundial en el que se recurrió a los penaltis en semifinales para pasar a la última ronda y le ocurrió a Alemania Federal, que eliminó a Francia. Por otro lado también se dio la que hasta ahora sigue siendo mayor goleada de la historia: Hungría le encajó 10 goles a El Salvador.

Un mundial cargado de incidentes y polémicas

También se registraron ciertos incidentes que han pasado a la historia del mundial de fútbol. El primero de ellos corresponde a un suceso en un partido. En concreto Francia contra Kuwait. Los franceses ganaban 3 a 1 cuando justo al meter el cuarto gol, el jeque Fahs Al-Ahmad, hermano del emir de Kuwait, que se encontraba en la grada, hizo señales a los jugadores diciéndoles que parasen de jugar, que el gol no era válido puesto que se escucho un silbato justo antes del gol, que provenía de las gradas, no del árbitro. Llegó a bajar al campo de fútbol cabreado, sin que seguridad hiciese anda, y habló con el árbitro convenciéndole de que lo anulase. Finalmente lo hizo, pero al día siguiente la FIFA, quedando públicamente en ridículo, decidió sancionar al árbitro y al jeque.

El segundo de los incidentes fue el protagonizado en el partido que enfrentaba a Alemania Federal y Austria. En la primera fase de grupos, el grupo 2 estaba formado por Chile, Austria, Argelia y Alemania Federal. Estos dos últimos se jugaban el segundo puesto. El día anterior a este partido, se jugó Argelia y Chile, ganando los primeros. En este último, si Alemania Federal ganaba a Austria por tres goles o más, los alemanes se clasificaban junto a los argelinos. En cambio si Austria ganaba o empataba el partido, serían los austriacos quien se clasificarían con Argelia. Por ello hicieron un pacto para que ambos pasaran y dejar fuera a Argelia. La única forma posible era que si Alemania ganaba con uno o dos goles, entonces Alemania y Austria se clasificarían juntas, dejando fuera a Argelia. Hubo muchas quejas contra la FIFA pero no se pudo hacer nada al respecto.

A partir de este momento se estableció que todos los partidos de una misma fase y grupo deben jugarse a la misma hora para que así nadie sepa el resultado y actuar en base a él.

En cuanto al juego de España, fue una gran decepción junto con Argentina, la campeona cuatro años atrás. España pasó segunda a las segunda fase, peor por los pelos y empatada con Yugoslavia, perdió contra Irlanda del Norte. En la segunda fase le tocaron rivales duros como Inglaterra y Alemania Federal, y acabó eliminado aquí.

El mundial definido en una sola palabra: Naranjito

Pero la imagen más icónica se trata de la mascota del mundial. La FIFA trajo la suya que se llamaba Sport Billy que simbolizaba el juego limpio, cosa que no sucedió en muchos partidos de ese mundial. Las propuestas por parte de los organizadores fueron varias, y casi se estuvo a punto de escoger a un balón con cabeza de toro llamado Toribalón o a un niño torero futbolistas llamado Brindis, pero finalmente se escogió a Naranjito.

Los creadores fueron los sevillanos María Dolores Salto y José María Martín Pacheco, una década antes a comienzos de los setenta. Se trataba de una naranja vestida con la camiseta de la selección y un balón bajo sus brazos. Simbolizaba a esta fruta tan popular en nuestro país. Al comienzo fue criticada por su simplez y niñez pero poco a poco fue ganándose el corazón de todos los españoles. Se llegó a hacer una serie sobre ella incluso en Televisión Española llamada Fútbol en acción.