El secreto del hostelero más longevo de España para seguir trabajando a los 96 años: "Me alimenta espiritualmente"
El propietario de Casa Amadeo aprendió el oficio de tabernero en plena posguerra cuando tan solo era un niño
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El descanso por jubilación es la ansiada meta de cualquier trabajador tras una larga vida laboral. En 2025, la edad de jubilación ordinaria en España ha aumentado hasta los 66 años y 8 meses, salvo para quienes hayan cotizado al menos 38 años y 3 meses, que continúa siendo de 65 años. Sin embargo, hay quienes que, como el hostelero más longevo de España, se resiste a abandonar su puesto de trabajo: "esto ya no hay que llamarlo trabajar, esto es una cosa de juego que a mí me alimenta espiritualmente".
El canal foodie Comilones TV (@comilonestv, con 79.000 seguidores en TikTok) ha visitado Casa Amadeo, uno de los locales con más solera de Madrid, para hablar con su propietario, quien con 96 años sigue al pie del cañón tras la barra. Amadeo hace especial hincapié en que su negocio no es ni un bar ni un restaurante: "Sigo enamorado de este gremo que tan útil ha sido, es y debe seguir siendo: la taberna". El hostelero lo deja claro: "yo no soy camarero, soy tabernero".
Casa Amadeo es un local castizo, con suelo de terrazo y el menú escrito a tiza en las pizarras, que destaca por su plato estrella: "Mira qué caracolada más bellísima. Qué pintaza tiene esto", presume orgulloso su propietario. En esta taberna se pueden despachar entre 300 y 400 kilos de caracoles a la semana e incluso el propio Amadeo sigue tomando el consomé para desayunar todos los días. "Los mejores caracoles de España, el sitio donde mi abuelo llevaba a mi padre y mi padre me lleva a mí", corrobora un usuario en los comentarios.
En esta taberna no se toman comandas ni se reservan mesas. Las tapas de bacalao, de callos o de zarajos se piden a gritos desde la barra a la cocina; y Amadeo simplemente te invita a pasar si queda algún sitio libre. Amadeo continúa sirviendo con esmero estos manjares y revela cuál es su secreto: "El condimento imprescindible es el amor, la ilusión y el cariño". Eso sí, tampoco puede faltar el pan: "Con pan y amor se cría a los hijos", le decía Amadeo a su nieto, que ha heredado su pasión por la taberna.
Del sacrificio a la pasión: "la felicidad del cliente es la nuestra"
La historia de Casa Amadeo se remonta al año 1940, cuando en plena posguerra, esta familia elige la hostelería para salir adelante. "Siendo un niño, me incié en esto porque se pensó que podría ser una vida más conveniente que la de estar trabajando en el campo", explica su propietario. Por aquel entonces, una ración de caracoles costaba "dos o tres pesetas"; unos precios que, lógicamente, han ido evolucionando con el paso de los tiempos hasta alcanzar los 13,50 euros que vale en la actualidad.
Más de 80 años después, este continúa siendo un negocio familiar, donde trabajan entre otros las hijas o uno de los nietos de Amadeo. Además, la taberna se ha convertido en uno de los establecimientos más populares e icónicos de la ciudad. "Desde hace 50 años voy todos los domingos al rastro y a Casa Amadeo y siempre está abarrotado, son los mejores caracoles de Madrid", asegura otro usuario.
El espíritu del local no es otro que hacer pasar un rato agradable a sus clientes: "La felicidad del cliente es la nuestra. Así que vengan ustedes que les vamos a hacer felices", dice Amadeo. "No se jubiló porque nunca trabajó, un grande", concluye un usuario.
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