Isabel Celaá, ministra de Educación y Formación Profesional señaló en una entrevista que “la historia de las mujeres ha sido una historia de exclusión y de silencio. Una invisibilización que solo se rompe cuando accedemos a la educación. Cuando desarrollamos todo nuestro potencial en aquella ‘habitación propia’ de la que hablaba Virginia Woolf. La educación es la auténtica plataforma de emancipación social. Gracias a ella hemos podido ganar autonomía, acceder al empleo y hacer cambiar las relaciones de género”.
Con respecto a si el sistema educativo actual propicia la igualdad efectiva entre hombres y mujeres, Celaá consideró que el acceso igualitario a la educación y la permanencia en el sistema están garantizados. Incluso explicó que, en líneas generales, las niñas y las jóvenes obtienen mejores resultados académicos que niños y jóvenes. “Pero debemos seguir trabajando para eliminar los sesgos de género que aún tienen determinadas materias o estudios”, puntualizó.
Como muestra de ello, ofreció varios datos: las mujeres son el 53,5% en Bachillerato, pero sigue habiendo diferencias entre itinerarios: en Artes son el 70,2%; en Humanidades el 63,6% y en Ciencias, el 47,3%. Son solo el 11,4% del alumnado de Formación Profesional en las familias de Informática y Comunicaciones, el 9,4% en Fabricación Mecánica y el 4,8% en Electricidad y Electrónica. La situación es similar en los Grados y Másteres universitarios: solo un 12,9 % de los estudiantes de Informática son mujeres y en las carreras relacionadas con Ingeniería, Industria y Construcción son el 28,5 por ciento.
Para acabar con este desequilibrio, la ministra informó de que el Ministerio de Educación y Formación Profesional ha impulsado la ‘Alianza STEAM: niñas en pie de ciencia’, una iniciativa a la que se han adherido ya más de medio centenar de empresas e instituciones para despertar en niñas y jóvenes vocaciones en Ciencia, Tecnología, Ingeniería y Matemáticas en conexión con las Artes y Humanidades. “Además en la LOMLOE se recogen diferentes medidas para impulsar la igualdad efectiva”, apostilló.
En este sentido consideró que es imprescindible fomentar en las niñas y jóvenes la idea de que pueden llegar hasta donde quieran, hasta el máximo de sus capacidades y poner a su alcance los medios necesarios para que lo consigan. Y para que la maternidad no penalice laboralmente a las mujeres. “Quiero destacar en este sentido, que vamos a crear 65.000 plazas públicas de educación 0-3 en los próximos tres años. Primero porque la escolarización temprana mejora el rendimiento educativo en etapas posteriores y reduce las desigualdades sociales, pero también porque sin duda facilitará que muchas mujeres puedan hacer compatible la maternidad con un puesto de trabajo”, anunció.
Sin embargo, a pesar de todas las medidas puestas en marcha a nivel educativo para fomentar la igualdad, la violencia machista es una de las grandes lacras que afecta a nuestra sociedad: “La violencia contra las mujeres por el hecho de serlo es una realidad tan constatable como insoportable. Es la mayor y más dramática expresión de la desigualdad”. Para intentar atajar este grave problema, Isabel Celaá propone actuar en todos los ámbitos, y de forma muy especial en el ámbito educativo.
Según un estudio reciente de la profesora María José Díaz-Aguado, en el que han participado más de 10.000 menores de 14 a 18 años, trabajar la prevención de la violencia de género en la escuela reduce a la tercera parte la posibilidad de que los chicos la ejerzan. “Debemos por tanto trabajarla más y trabajarla mejor. Debemos seguir avanzando en igualdad”, declaró la ministra.
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