Tribuna

¿Es la formación una prioridad en la recuperación post-covid?

  • Rafael Rodríguez-Alberola. Socio-Director de Círculo Formación

La formación en la era post Covid-19

La formación en la era post Covid-19

Rafael Rodríguez-Alberola. Rafael Rodríguez-Alberola.

Rafael Rodríguez-Alberola.

La respuesta a esta pregunta debería ser clara: sí, absolutamente. La incertidumbre sigue acompañando a la crisis sanitaria y económica, y es especialmente preocupante para el empleo. El mercado laboral se ha transformado en estos meses, arrojando gran cantidad de incógnitas sobre en qué sectores habrá más demanda de profesionales, qué nichos de mercado ofrecerán más oportunidades, etc.

El seísmo de la crisis sanitaria y todas sus consecuencias han colocado la incertidumbre en primer plano y, partiendo de esa base, tenemos que trabajar para reconstruirlo todo. Nuevas normas, nuevos parámetros, muchas incógnitas sobre el futuro y un cambio radical en los sectores de interés. Muchos negocios han tenido que cerrar, otros se han reconvertido y los profesionales aguardan el momento de ver dónde se abren nichos de mercado y nuevas oportunidades.

Está claro que nos ha pasado por encima un tsunami y que nada volverá a ser igual tras esta pandemia. Lo único que sabemos a ciencia cierta es que el mercado laboral, como otras muchas áreas de la economía, está sufriendo una gran transformación. Y ante este escenario la formación de posgrado es una apuesta segura si queremos contar con profesionales preparados para el cambio: que sean flexibles, que estén bien formados y que sepan adaptarse a las distintas circunstancias del momento en el que les toque tomar parte activa, como ha sucedido nuestra sociedad y en el mundo de la empresa desde hace unos meses.

Las opiniones de los jóvenes avalan esta teoría. Según el estudio que hicimos al término de la Feria de Estudios de posgrado FIEP entre los jóvenes interesados en realizar un máster, más de la mitad de los interpelados consideraba que, tras finalizar su grado, no se sentían preparados para trabajar y necesitaban una especialización práctica. La encuesta se realizó un poco antes de que comenzase esta pesadilla que nos está tocando vivir, pero sus conclusiones son perfectamente válidas.

Según esta misma encuesta, en la Comunidad de Andalucía, la provincia en la que los jóvenes se sienten más preparados tras terminar sus estudios de grado son los sevillanos, pero aún así, más de la mitad (55%) cree que necesita seguir formándose con una especialización más práctica como son los estudios de máster.

Según todas las encuestas realizadas en FIEP la formación de posgrado se considera prioritaria para mejorar las perspectivas laborales de los recién licenciados. Pero, ¿cuáles son las razones que les impulsan a cursar un máster? Entre los consultados en toda España, la mitad afirma que tiene pensado cursar un máster para ampliar su formación y mejorar su currículum o como una plataforma que les ayude a encontrar trabajo. El resto de los entrevistados quiere estudiarlo con el objetivo de conseguir un puesto más cualificado y de responsabilidad y así poder ganar más dinero en un futuro.

Es evidente que los jóvenes de hoy en día son conscientes de que con las circunstancias actuales es más difícil acceder a un buen empleo y por eso el contar con una buena formación de posgrado puede aportarles un valor adicional que les haga más atractivos como candidatos. Además, como esta crisis generada por la aparición de la COVID va a retrasar su incorporación al mundo laboral, muchas personas están valorando emplear este tiempo en mejorar sus CV´s cursando un posgrado.

Sin embargo, no parece que determinados gobiernos y los distintos dirigentes políticos tengan este aspecto como una de sus prioridades. El desconocimiento de esta nueva situación y su evolución están llevando a tomar medidas que no tienen garantías de éxito, y en numerosas ocasiones pueden ser perjudiciales para la sociedad. Entendemos que es una situación nueva y tomar decisiones es extremadamente difícil, pero no sabemos si se está poniendo el foco en lo que verdaderamente importa.

Durante toda la pandemia, se está debatiendo constantemente si es conveniente que los alumnos acudan a sus clases presenciales, pero no se pone en cuestión si pueden acudir a otros lugares como bares, restaurantes, tiendas, etc. lo que está propiciando la aparición de muchos focos de contagios entre los jóvenes. Ante esta disyuntiva podemos preguntarnos, ¿son una prioridad las clases presenciales para recibir una mejor formación…? No podemos responder a esta pregunta con rotundidad, ya que hay muchos factores que habría que evaluar, pero si volvemos la opinión de los alumnos es posible que podamos arrojar algo de luz.

Según los resultados de las encuestas de FIEP, cuando se preguntaba a los jóvenes qué modalidad de posgrado les gustaría cursar, el 61% de los encuestados de Andalucía se decantaba por la presencial, un 22% por semi presencial, y solo un 17%, por la online. Es decir, solo uno de cada seis encuestados andaluces apostaban por la “teleformación”.

Y es que si bien la formación online es cada vez más completa y una buena alternativa, la formación presencial es insustituible. En el caso de la formación de posgrado, el intercambio de conocimiento que se establece entre los participantes es enriquecedor para todas las partes, y un valor añadido para los alumnos que pasará a formar parte de su bagaje profesional. Además, en los programas presenciales los alumnos establecen una red de contactos que será clave para su vida profesional, entre otros muchos beneficios de este tipo de formación.

En nuestras Ferias de Estudios de posgrado (en noviembre, si las circunstancias lo permiten, tendremos la última edición española de este año en Madrid) vemos cómo ese contacto cara a cara entre candidatos y escuelas es muy beneficioso para ambos: se resuelven dudas de forma directa y personalizada, se obtiene directamente la información que le interesa al alumno y se intercambian impresiones que orientan al interesado y le ayudan a tomar decisiones.

Dicho todo esto, podemos afirmar de nuevo que la formación ha de ser una prioridad en la recuperación post-covid, y esperamos que se tenga en cuenta en las decisiones gubernamentales ya que, inmersos como estamos en una época de incertidumbre y profundos cambios, lo que sí podemos afirmar es que un alumno preparado y debidamente formado tendrá siempre más puertas abiertas y mayor capacidad de adaptación ante los retos que se plantean en el mercado laboral en esta nueva era.