Carrera oficial

El precio de las sillas de la Semana Santa de Sevilla se dispara un 125% en 25 años

Los abonados de la Campana contemplan a la Virgen del Refugio, de la Hermandad de San Bernardo.

Los abonados de la Campana contemplan a la Virgen del Refugio, de la Hermandad de San Bernardo. / Antonio Pizarro

El coste de la vida se ha encarecido los últimos años. Pero más lo ha hecho el precio medio de las sillas de la carrera oficial de la Semana Santa sevillana. Las cifras lo demuestran. El coste de una de las posesiones más demandadas en esta ciudad ha experimentado un importante incremento en un cuarto de siglo: un 125% más, porcentaje que supera ampliamente al registrado en el Índice de Precios de Consumo (IPC) nacional, que en este periodo ha sido del 78%. Todo ello en una dinámica en la que el salario medio de los españoles apenas se ha alterado, tras sufrir varias congelaciones por distintas crisis económicas. 

La carrera oficial de la Semana Santa -cuya gestión compete al Consejo de Hermandades y Cofradías- se ha convertido en centro de debate las últimas décadas. La polémica por el intento reiterado del Fisco estatal por cobrar el IVA a las sillas y palcos ha protagonizado varios titulares desde que comenzó el siglo XXI. Este asunto quedó zanjado a finales de 2022, con la resolución del Tribunal Económico Administrativo Central (TEAC). También han sido protagonistas los distintos cambios introducidos en su gestión, así como las modificaciones acometidas por razones de seguridad. Y, por supuesto, raro es el año que no acapare la atención el encarecimiento de los abonos, cuestión que afecta de lleno al bolsillo de los usuarios. 

El pasado 1 de enero se daban a conocer los precios de las localidades para la Semana Santa de 2024. A priori, están por debajo de los de 2023, ya que el ejercicio anterior se cobró el 21% del IVA, del que finalmente han quedado exentos tras la última resolución judicial, motivo por el cual Hacienda ha comenzado a devolver a los usuarios la cuantía correspondiente a 2020. Sin embargo, si en la comparativa no se aplica ese porcentaje, el coste sí se ha encarecido. Lo ha hecho con un incremento anual del 8,26%. Un repunte motivado por la inflación y que va acorde al aplicado por la institución cofradiera desde finales de la pasada centuria. 

Los datos demuestran esta tendencia. Para comprobarlo puede tomarse como referencia el precio más caro de una silla, en la zona 1 de la Plaza de la Campana (el enclave más cotizado). La tarifa de esta localidad en 1999 se quedaba en 83,54 euros. Al frente del Consejo se encontraba entonces Antonio Ríos. Le sucedió en el cargo Manuel Román (que había ejercido de tesorero en el equipo anterior). En su primer mandato los precios ya experimentaron una importante subida, de tal manera que en 2004 ya se habían incrementado un 30% respecto al año de partida de la comparativa. Desde entonces, dicho aumento se colocará por encima del alza que registra el IPC. 

En este periodo tiene lugar uno de los principales cambios en la carrera oficial, al delegar su explotación a la empresa privada Arcasur, en manos de un antiguo sillero, colectivo encargado hasta entonces de su gestión. Se conseguía, de este modo, aumentar las subvenciones a las hermandades, pues al contrario de lo que ocurría antes, se concedió un porcentaje fijo de la recaudación a la entidad que prestaba el servicio. A partir de 2004 el Consejo empezó a asumir directamente esta tarea, lo que contribuyó a aumentar de forma considerable los ingresos, que por entonces rondaban los 2,5 millones de euros. 

Los palcos de la Plaza de San Francisco, recién acabada su instalación. Los palcos de la Plaza de San Francisco, recién acabada su instalación.

Los palcos de la Plaza de San Francisco, recién acabada su instalación. / EFE / Julio Muñoz

Aquel año, el precio de la silla más cara de la Campana era ya de 107,79 euros. Seis Semanas Santas después terminaba la primera década del siglo XXI con un coste en esta localidad de 132,02 euros, fruto de una subida continuada -con aumentos interanuales por encima del 5%- en una época de economía boyante, que se vio interrumpida por la gran crisis económica de finales de 2007, la primera de la centuria actual. Tal debacle provocó que en el siguiente lustro el Consejo tuviera que congelar varios ejercicios los precios. El primer aumento destacado en la siguiente década se aplicó en 2015, cuando comenzó la recuperación. El encarecimiento fue del 3% y colocó la referida tarifa en 152,20 euros. 

Otra nueva congelación se produjo en 2020, cuando el precio por la citada localidad llegaba ya a los 159,12 euros. Aquel ejercicio -que luego quedó marcado por la pandemia del Covid, la suspensión de las procesiones y una más que debatida devolución del dinero de los abonos- vino precedido por la polémica del pago del IVA (del tipo general del 21%) exigido por la Agencia Tributaria ante una consulta realizada por una cofradía de Murcia. Este recargo se aplicó en los abonos de 2020, 2022 y 2023, cantidad que Hacienda está devolviendo a los titulares de las localidades después del fallo del TEAC a finales de 2022. Dos décadas antes el Tribunal Económico Administrativo Regional de Andalucía (TEARA) ya había resuelto que la entidad cofradiera estaba exenta de este tributo por su "carácter social". Se ponía fin al primer intento del Fisco -en el año 2000- por meterle el diente a la carrera oficial. 

Para 2024 el precio a pagar por una silla en la zona 1 de la Campana es de 187,32 euros, cantidad que, comparada con la de 1999, supone una subida del 124,23%. En la zona 2 de esta plaza se ha pasado de 75,13 euros a 168,83 (un 124,72% más). En Sierpes, donde por razones de seguridad se eliminaron un 20% de localidades el año pasado, un abono ha pasado de costar 65,81 euros a 148,43 (un 125,54% de subida). Respecto a los palcos, el más caro hace un cuarto de siglo costaba 426,72 euros, cantidad que la próxima Semana Santa llegará a los 962,14 euros (125,47% más). Debe recordarse que en 2023, al aplicarse el IVA, esta localidad superó por primera vez los mil euros. El encarecimiento también ha afectado a los abonos más baratos, los de la Plaza de la Virgen, que han pasado de costar 37,86 euros a 85,63, un 126,18% de subida, el aumento más destacado. 

Este incremento general del 125% se sitúa muy por encima del registrado en el IPC en estas dos décadas y media, que se ha quedado en el 78% (según los datos del INE). El Ayuntamiento de Sevilla, que cede el suelo público para la carrera oficial, ya pidió al Consejo a principios de este siglo que la subida se atuviera a la del IPC. No obstante, la institución de San Gregorio siempre ha encontrado argumentos para aplicar los aumentos. El último es el de la inflación que sufren los precios. Todo ello en una coyuntura en la que los sueldos medios de los sevillanos apenas han variado. Al menos, los ingresos obtenidos, que repercuten en el mantenimiento de las hermandades, alcanzan ya los 3,7 millones de euros. 

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