Análisis: Probamos la Roomba j7+ de iRobot
Dispositivos
Este robot aspirador incluye una estación de autovaciado de la suciedad del depósito
Cuenta además con un preciso sistema de navegación y mapeado, programaciones y reacción a obstáculos imprevistos en tiempo real
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Como kleenex, tampax y otros muchos productos que se nos pueden ocurrir, la Roomba de iRobot se ha convertido ya en una marca tan popular que con frecuencia llamamos así a otros robots aspiradores similares, sean de ese fabricante o no. Es sin duda uno de los dispositivos más populares de su segmento y pocos pueden presumir de los avances en hardware y, sobre todo, en software, de los que gozan los productos de iRobot.
Aquí analizamos una de sus últimas propuestas, la Roomba j7+ (las hay más recientes y más avanzadas, que por ejemplo aspiran y friegan, para quienes prefieran esa opción), cuya efectividad y eficiencia se asienta en tres pilares: su torre de autovaciado, su sistema de navegación y mapeado y el sistema operativo iRobot OS.
Diseño y contenido de la caja
Su diseño es elegante y, pese a que es un aparato grandecito, es bastante compacto y se puede encajar perfectamente en casi cualquier parte. La torre de autovaciado y base de carga, Clean Base, ha sido rediseñada para que quepa mejor en espacios pequeños como debajo de mesas. Eso sí, hay que colocarla a un metro y medio de las escaleras y con metro y medio de espacio libre alrededor, para que pueda maniobrar. También es preciso dejar medio metro libre a cada lado.
La base tiene un estilo texturizado, con una lengüeta que emula el cuero para abrir la tapa. Dentro del compartimento está la bolsa en uso, así como otra de repuesto y también un filtro y un cepillo de recambio.
Se enciende y apaga con un único botón en la parte superior y tiene un sistema de limpieza en tres fases: un cepillo de bordes para paredes y esquinas y dos cepillos de goma multisuperficie para limpiar polvo, suciedad y pelo de mascotas en todo tipo de suelos. Estos dos cepillos de goma llevan a cabo un movimiento inverso: uno capta la suciedad del suelo y el otro gira en dirección contraria para enviarla al depósito.
Estación de carga y autovaciado
Como sabrán quienes tengan un robot aspirador en casa, el momento de vaciarle el depósito es... complicado. No por su dificultad, sino porque es casi imposible hacerlo, por mucho cuidado que se tenga, sin esparcir una nube de polvo en el proceso.
Eso no ocurre con la Roomba j7+, que se autovacía en una bolsa cerrada, sin generar el mínimo polvo, que según la ficha no hay que cambiar hasta los 60 días de uso (en nuestro caso no hemos llegado a tener que hacerlo).
Para cambiarla, se saca la bolsa usada del compartimento y se pone una nueva, sin soltar ni una partícula de polvo (captura partículas de hasta 0,7 micras y evita que el aire sucio vuelva a salir). Además, el robot recoge y encapsula la suciedad, sin dejar escapar nada desde que la captura mientras limpia hasta que llega a la base para vaciar el depósito.
Navegación y mapeado
El mapeado inteligente Imprint Smart Mapping le permite aprender el plano de una casa (es capaz de mapear varias plantas) y dar a los usuarios la opción de elegir qué habitaciones limpiar y cuándo hacerlo, ya sea con la app móvil iRobot Home o usando asistentes de voz como Alexa, el Asistente de Google o Siri (entiende según la marca más de 600 comandos de voz).
Con estos dos métodos podemos incluso enviarlo a zonas concretas, como delante del sofá o debajo de sillas o mesas (por ejemplo, si detecta que solemos enviarlo a que pase bajo las sillas y mesa del comedor tras el desayuno, almuerzo o cena, lo aprende e incorpora esa sugerencia en caso de que un día se nos pase enviarlo).
Para crear un mapa inteligente completo es necesario que el robot recorra dos o tres veces la zona. Si no tenemos mucho tiempo, podemos activar un ciclo de reconocimiento y que explore la casa con el motor apagado. Así es más rápido y se ahorra batería.
Aunque pueda parecer tedioso, es recomendable dedicar un tiempo al mapeado de la casa, porque eso nos ahorrará muchísimo tiempo en futuros usos de la Roomba. Además, como no lleva láser sino que tira de cámara para el reconocimiento (lleva una pequeña luz incorporada), es mejor que se aprenda desde el principio las habitaciones.
Detección de obstáculos
El robot no sólo se aprende la casa, sino que reacciona en tiempo real a lo que se va encontrando durante la limpieza. Su navegación PrecisionVision identifica y evita obstáculos, desde cables o cualquier cosa que tengamos por el suelo hasta regalos de mascotas (en nuestro caso no hemos probado esta opción porque no tenemos ninguna). Gracias a la inteligencia artificial, va mejorando con el uso para identificar un número mayor de obstáculos.
Hay una opción que permite que vaya sacando fotografías de esos obstáculos, para saber si son fijos o temporales. Cuando identifique uno, enviará una foto a la aplicación al acabar, para que podamos indicar en la propia app qué debe el robot hacer en el futuro ante circunstancias similares.
La Roomba trae desactivada de fábrica, por motivos de privacidad, esta funcionalidad de enviar imágenes. Si se desea utilizar esta característica, hay que activarlo en la sección de privacidad de la aplicación (funciones de trazado del mapa, revisión de imágenes de obstáculos).
Habrá quien no se sienta a gusto con un dispositivo que recorre su casa haciendo fotos, pero iRobot asegura que todo el procesamiento de imágenes se produce siempre de forma local, nada se envía a ninguna parte ni se comparte con nadie.
Si se desea podemos mandar esas imágenes a la empresa, desprovistas de toda información personal, para contribuir al desarrollo y mejora de la inteligencia artificial de los dispositivos (es decir, para que identifique mejor qué es cada cosa con la que se topa, por ejemplo). Pero esto es totalmente voluntario.
A esta detección de obstáculos se añade una tecnología propia de iRobot, Dirt Detect (detección de suciedad) para encontrar puntos especialmente sucios de la casa gracias a sus sensores ópticos y acústicos. Así, limpia ahí más concienzudamente.
Software
La aplicación iRobot Home es una compañera indispensable de la Roomba. Con ella, podemos programar el robot para que siga nuestras preferencias, así como indicar, gracias a su mapeado, zonas de limpieza concretas dentro de una habitación y zonas de exclusión en las que, por lo que sea (porque tengamos ahí cosas a las que no queramos que se acerque, por ejemplo), no queremos que limpie.
Por cierto que, si se queda sin batería en mitad de un trabajo, el robot vuelve a la base, se vacía y recarga de forma automática y continúa limpiando hasta acabar.
Esta Roomba aprende cómo nos gusta limpiar (qué habitaciones, a qué horas) y ofrece sugerencias personalizadas de forma automática, sugiriendo horarios de limpieza personalizados (pasar por el comedor tras las comidas, como decíamos más arriba) e incluso teniendo en cuenta las épocas en las que la casa puede necesitar una limpieza más frecuente (temporadas de alergias, muda de pelaje de mascotas...).
Otras funciones interesantes incluyen escoger habitaciones específicas o la limpieza completa de la casa, que limpie mientras estamos fuera (para que al volver haya terminado), mapeado inteligente de la casa con sugerencias de nombres de habitaciones, estimación del tiempo de limpieza y desplazamiento silencioso entre estancias y hacia la base (a diferencia de otros robots de este tipo, no tiene activado el aspirador mientras se desplaza).
En la aplicación podremos ver el historial de limpieza y otra información interesante: el estado y la vida útil restante del filtro de alta eficiencia y los cepillos, para saber cuándo tenemos que reemplazarlos.
(*El dispositivo fue cedido por iRobot para su prueba)
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