'Herederos' y 'Aída' triunfan en la noche de la interpretación

Herederos, la serie de la noche de los martes en La 1, acaparó dos de los galardones más importantes de la 18 edición de los Premios de la Unión de Actores, el de mejor actriz protagonista, Concha Velasco, y el de mejor intérprete secundario, que recayó en el joven Félix Gómez.

La prolífica Aída, de Telecinco, también cosechó muy buenos resultados en cuanto a los premios de televisión pero no por la actriz Carmen Machi, quien también fue premiada pero en el apartado de teatro, sino por Pepe Viyuela, elegido como mejor actor masculino protagonista.

Sorprendentemente quienes se fueron con las manos vacías fueron Miguel Ángel Silvestre, nominado por su interpretación en Sin tetas no hay paraíso (en la modalidad de televisión), y Penélope Cruz, en cine por la misma película por la que se ha llevado un Óscar, Vicky, Cristina, Barcelona, de Woody Allen. El galán de Sin tetas..., al contrario que la oscarizada Cruz, sí estuvo presente en la gala de entrega de los premios, que se celebró en la noche del lunes en el Teatro Circo Price.

Durante las breves palabras que dirigió al público, el entrañable Chema de Aída dedicó su reconocimiento a todos los actores en paro. La otra actriz que atrajo la atención de la velada fue Concha Velasco, muy ilusionada por ser premiada en un momento en el que le llueven las distinciones por su extensa y prolija carrera "como si ya estuviera jubilada", subrayó. Su compañero en Herederos subió poco después al escenario a recoger su premio entre lágrimas.

Ana Labordeta, de Amar en tiempos revueltos, también se mostró muy emocionada, al igual que Luis Varela, quien fue galardonado por su trabajo en Camera Café, y Berta Ojea, de La señora, como actores de reparto.

En cine, la película Camino arrasó llevándose un total de cuatro galardones -los más importantes-, mejor actor y actriz protagonistas para Mario Venancio y Carme Elías, así como actor y actriz secundarios, para Jordi Dauder y Lola Casamayor.

En una noche dedicada especialmente al papel de la mujer, el premio a Toda una vida fue recogido por María Asquerino.