Ya está en Brasil, pero días antes de iniciar la expedición el equipo de Mediaset se reunió para presentar el despliegue del Mundial. Tras faltar en la Eurocopa por su labor en China, José Antonio Camacho vuelve al micrófono de Telecinco tal como pasó en Sudáfrica.

-¿Está ya dispuesto a narrar con intensidad todo lo que le pase a la selección? ¿se siente talismán?

-Lo mío volverá a ser comentar más que narrar. Apreciaciones, valoraciones. Serán otros los que cuenten el Mundial, pero a mí me hace feliz cantar los goles si surge el momento. Y talismán, no. Yo no influyo en nada.

-Feliz con lo de "Iniesta de mi vida", que ha pasado ya a la historia sentimental del país.

-Lo de Iniesta, por supuesto, me salió de dentro. Lo celebré delante del micrófono como lo pudo hacer cada uno en su casa, en la calle. Son palabras que salen del alma y ojalá volvamos a vivir algo así ¿no?

-Lo tendremos difícil porque España es el equipo a batir.

-Es normal porque venimos de ganar un Mundial y dos Eurocopas. Todos los demás van a estar pendientes de la selección. Eso es bueno de todas formas, porque los demás nos temen a nosotros y es España la que puede crear juego y tomar la palabra.

-La actitud hacia España ha cambiado desde aquellos cuartos ante Corea, cuando usted era seleccionador...

-Ha sido una evolución, un camino. De aquellos momentos se ha aprendido y todos sufrimos. Habrá que valorar ahora que podemos festejarlo.

-En Sudáfrica, que se arrancó perdiendo, surgieron de nuevo los fantasmas y lo de la novia de Casillas...

-Los jugadores son grandes profesionales y no les influye tener cerca a su pareja. Fue una tontería.

-Un pronóstico.

-Una revancha de la final de la Copa Confederaciones.