TV-Comunicación

Netflix: el videoclub de aquí al lado

  • La producción propia es el principal aliciente del nuevo servicio 'on line' procedente de Estados Unidos.

No es nuevo y tampoco es distinto. No es el surtido más amplio pero presenta una interfaz sencilla y rápida y una interconexión con el espectador, a través de sugerencias, que complace a un público familiar (o individual, por supuesto) dispuesto a zamparse maratones de su género favorito. El aspecto exclusivo, el que convence a un cliente más gourmet, son las series propias, ficciones que para los más compulsivos pueden ser atracones quincenales de historias inéditas. Netflix es una marca inserta en la vida cotidiana estadounidense. El consumo a la carta pasa por su logotipo y aterriza con cierto retraso en España, donde la piratería ha sido la ley y el espectador menos exigente optaba por la gratuidad, aunque fuera infame, antes que por la calidad.

El servicio on line ha impulsado la televisión de pago en España, donde la penetración es del 25% en los hogares, a mucha distancia del resto de países europeos, y donde Movistar +, Telefónica, lleva ventaja por su doble trayectoria: la propia y la de Canal +. Hace un cuarto de siglo que el Plus inauguró la televisión por taquilla en España. A día de hoy la plataforma fusionada aporta a su clientela 15.000 títulos, con más de 200 series, casi todo el abanico posible de acontecimientos deportivos, en especial el fútbol liguero (locomotora de la oferta de pago), y el panorama de los canales temáticos que funcionan en España, con estrenos cada vez más pegados a su aparición en Estados Unido. Yomvi es el servicio gratuito vía internet para los clientes de Movistar +.

La nueva 'contraoferta' on line de Netflix es más modesta (aunque razonablemente extensa), con algunos títulos diferenciados, que la pueden convertir en complementaria de quien ya tiene abono de pago en otra plataforma. De hecho Vodafone la incluye en su servicio de televisión y la compañía estadounidense negocia con otras operadoras.

Netflix ha aterrizado este martes en España con 1.137 referencias, con unos 6.000 títulos si incluimos todos los capítulos de series, una propuesta sin deporte ni canales en directo. El videoclub de la esquina mantiene sus estantes de toda la vida, pero ahora desgranados por la pantalla: cine, series y documentales. Todo on line (en streaming, no se puede alquilar off line ni grabar), y a un precio que oscila entre 8 y 12 euros, según calidad de imagen y número de dispositivos simultáneos (de 1 a 4), con un primer mes gratuito para poder acceder a los contenidos. Un coste económico y sólo ligeramente superior a Wuaki TV, española de matriz japonesa, que comenzó a funcionar en 2012 con un perfil semejante a Netflix y que no ha terminado de cuajar. Yomvi, Wuaki y Netflix se codifican en las distintas pantallas de casa, desde el televisor conectado al smartphone android. La televisión a la carta está arraigando a pasos acelerados en especial con las aplicaciones de las cadenas en abierto, como RTVE y Atresmedia.

Precisamente series de La 1 como Águila Roja o El ministerio del Tiempo se pueden ver tanto en Yomvi como en Netflix y en el nuevo servicio, donde también hay títulos de Atresmedia como Vis a vis, Allí abajo, El tiempo entre costuras y programas como El club de la comedia. Mediaset participa en Movistar +, donde era socia en la etapa de Canal +, y sus series por ahora están con Telefónica.

Netflix ha dado paso incluso para producir una serie española, más allá de la inversión del 5% a la que por ley está obligada. Sus clientes pueden visionar la primera temporada de la futbolera Club de cuervos, la primera serie dirigida al cada vez más amplio público latino. Narcos (sobre el narcotraficante Pablo Escolar), el superhéroe Daredevil, la desconcertante Sense 8, la comedia de Ricky Gervais Derek son los contenidos exclusivos a los que se irán añadiendo otras ficciones propias o documentales atrevidos en su forma (La cultura colocada, Restrepo, sobre la guerra de Afganistán) o en su temática (Hot girls wanted, sobre el porno amateur). La estrategia de Netflix es desterrar la servidumbre de una parrilla y producir series de calidad a la carta para que el espectador las visione como y cuando desee. Fenómenos globales que comienzan a reflejarse en los galardones de la industria y que vaticinan un nuevo concepto que en el caso de España empieza a generar cierta inquietud en operadores de la TDT aunque la televisión en abierto no sufra aún.

Netflix también ha llegado con una notable selección de series ya conocidas (Homeland, Sherlock, Battlestar Galactica, Prison Break) títulos de cine muy comerciales desde dos años hacia atrás, con un catálogo bien conocido (Los juegos del hambre, la saga de Regreso al futuro o Grease); series infantiles desde Peppa Pig y Bola de dragón a El pequeño Cid; e incluso un documental español como El Rocío es compartir. Una biblioteca audiovisual que crea adictos y donde se refugian los mareadores del mando.

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