Cambios bruscos pero inevitables

Telecinco dinamita la herencia de Paolo Vasile con la cancelación de 'Sálvame'

Jorge Javier Vázquez y Ana Rosa Quintana en el inicio de sus actuales caminos. En la gala de los TP celebrada en 2006

Jorge Javier Vázquez y Ana Rosa Quintana en el inicio de sus actuales caminos. En la gala de los TP celebrada en 2006 / EFE

¿Cómo están las vigas de los techos de Telecinco? Por fuera tienen su aspecto habitual pero no sostienen con la fortaleza de otros tiempos. Sálvame es la viga maestra de parrilla y con ella hay otros espacios similares: Deluxe, Socialité, Fiesta.

Sálvame hasta este año venía ocupando cinco horas diarias, de cuatro a nueve, entre informativos, y ha venido a cedes dos horas por sendos concursos. En Telecinco se añora Pasapalabra, formato perdido por un litigio de cabezonería prescindible. Fue un grave error. A través del periódico El Mundo se ha conocido que Mediaset España prescindirá desde este verano de Sálvame. El programa de Jorge Javier Vázquez,  "de rojos y maricones", como definió, ocupaba ahora tres horas, con algunos de sus personajes habituales ya vetados. Había perdido ese carácter de "televisión de compañía". Era su concepto: unos amigos que quedan para polemizar, una parroquia fiel en el plató y ante las pantallas, y cifras para presentar a los anunciantes. Era la base del modelo de Paolo Vasile, el CEO que durante veinte años llevó el timón de Telecinco entre la autocracia y una voraz ambición comercial. Una ambición que pecó de cortoplacistas. Sálvame resumía en sí el estilo, modos y enfoque de la cadena para ser la más rentable de Europa. Lo fue. Pero al precio de devaluarse con los años sin fortalecer y diversificar sus contenidos y soportes. Los realities y sus comentaristas han dejado de tener la trascendencia e influencia de diez, quince, años atrás.

Belén Esteban, desconsolada en el plató Belén Esteban, desconsolada en el plató

Belén Esteban, desconsolada en el plató / Mediaset

Con el descenso  de consumo, del total de espectadores, con nuevos hábitos audiovisuales, Sálvame ha perdido la mitad de sus espectadores en los últimos ocho años (de 2 millones a 1 millón), aunque siga liderando y mantenga unas correctas cuotas de audiencia, por encima de los dos dígitos y por encima del 11% de cuota que luce Telecinco, segunda tras Antena 3. Una rival que durante años se menospreció en la cúpula de Mediaset ("la cadena triste", la definían) en su tensión comercial en la que llevaba ventaja. Pero en el último lustro, de forma lenta pero progresiva, la tendencia ha sido inversa entre ambas. Un sorpasso previsible dada la línea continuista de Mediaset y la versatilidad generalista de Antena 3 y un plan de renovación de Atresmedia.

La rival se ha convertido también en el espejo en el que se mira Mediaset. Para tener un plan de futuro. El nuevo CEO de la compañía, Borja Prado, y el director de antena, Alessandro Salem aspiran a unas cadenas generalistas, incluso familiares, innovadoras y abiertas (se acaba de adquirir la Kings League para Cuatro). E influyentes. Ahí entra en su papel Ana Rosa Quintana y la productora para la que trabaja, Unicorn Content.

Ana Rosa vuelve a la franja donde se hizo señera en Antena 3 hace más de veinte años, las tardes de Sabor a ti. Fue fichada por Mediaset para relevar a María Teresa Campos, que se precipitó al abismo cuando Antena 3 buscaba su sitio y durante 17 años la que fuera dama de la tardes ha sido la ininterrumpida reina de las mañanas.  Su tertulia política ha sido el rincón de Telecinco más visible en el panorama político y ese liderazgo es el que se mantendría a primera hora y los nuevos modos que se buscan para las tardes. Como rostros complementarios, Patricia Pardo y Joaquín Prat. Echan de menos a Sonsoles Ónega, personal de la casa que hace un año, de forma repentina, halló un cobijo confortable en la competencia, precisamente con un directo en las tardes.

Unicorn Content vence en este pulso por ser la productora favorita ante La Fábrica de la Tele. Esta compañía audiovisual ha quedado marcada por la investigación sobre el reportero Gustavo González y la presunta adquisición de información policial para espiar a los propios participantes en Sálvame y otros formatos de Mediaset, para alimentar ese tipo de contenidos que tanta fidelidad despertaban.  Se baraja que fueron unos doscientos personajes de los que se obtuvo información de los archivos policiales. En el subsuelo de La Fábrica de la Tele parece haber cloacas y el histórico Gran Hermano ha quedado sentenciado cuando los tribunales han aceptado que hubo abusos sexuales en 2018 aunque la condena contra José María López haya sido mínimo.  

Telecinco cancela Sálvame en junio para definitivamente dejar de ser la cadena de Paolo Vasile, alejarse del modelo italiano aunque su accionista principal siga siendo la familia Berlusconi y buscar un público nuevo. Una cadena con piel española que de nuevo sea alternativa en el mando y no el nicho de una audiencia fija, cautiva, sensacionalista y que mengua cada vez más.

A Jorge Javier Vázquez, con toda su órbita de personajes, que Pablo Iglesias quiere fichar, se le señala como causante de una visión antipática y excluyente de una cadena que aunque todavía goza de buena salud publicitaria se encuentra con un futuro incierto. De ahí estos golpes de timón que se antojan excesivos pero inevitables.

Comentar

0 Comentarios

    Más comentarios