"Lo de galán joven me hace mucha gracia, más bien soy gañán"

Martiño Rivas. Actor

El gallego se ha metido en la piel de Romeo Montesco para la miniserie 'Romeo y Julieta', que Telecinco estrena esta noche. La cadena emitirá el desenlace mañana.

Martiño Rivas, en la piel de Romeo Montesco.
Martiño Rivas, en la piel de Romeo Montesco.
Gema Amil

21 de enero 2014 - 05:00

Ha ido creciendo como actor ante nuestros ojos. Del joven gallego que saltó a la fama en El internado hasta meterse en la piel de uno de los personajes más emblemáticos de William Shakespeare, Romeo Montesco. No ha sido fácil para Martiño Rivas (La Coruña, 1985) encarnar la parte masculina de la trágica historia Romeo y Julieta, de la que hoy Telecinco estrena su adaptación televisiva. Clases de hípica, una dura preparación física y empollarse al milímetro un guión en inglés son algunos de los pasos que ha tenido que dar el actor para protagonizar esta producción, que aterriza en Mediaset en forma de miniserie. La historia de amor más famosa del mundo, producción hispano-italiana de gran carga dramática y rodada en la enigmática ciudad de Trento, emitirá su desenlace mañana. Martiño comparte trabajo con la actriz italiana Alessandra Mastronardi. Ella es Julieta Capuleto en esta ficción, en la que la irrefrenable pasión de dos jóvenes puede con la enemistad y rivalidad de sus familias.

-Todo actor quiere ser algún día Romeo, ¿verdad?

-Surgió la posibilidad y no me lo pensé. Es indudable. Aunque confieso que al mismo tiempo que apasionante es una responsabilidad enorme meterse en la piel de un personaje tan icónico, del que todos tenemos una imagen y está dentro de nuestro imaginario. Ahora bien, salvando ese compromiso satisface mucho que te den un papel así. Todos tenemos un Romeo y una Julieta dentro, yo lo único que he intentado hacer es darle esa dimensión humana y alma.

-¿Estaría orgulloso Shakespeare de su Romeo?

-Pienso que sí. Le he puesto mucho corazón y ganas a este trabajo. Es sensacional para un actor poder llevar a la pantalla a un personaje de Shakespeare, ojalá pudiésemos crecer como intérpretes y hacernos mayores en esta profesión pasando por sus distintos personajes. Romeo, Hamlet...

-No es ni la primera ni la única adaptación de Romeo y Julieta para la pequeña y gran pantalla. ¿Qué tiene de especial esta versión?

-Como dices, todos conocemos esta historia y hemos visto las adaptaciones que se han hecho de ella tanto para cine como para televisión. Bajo mi punto de vista, lo bello y novedoso de esta revisión es el envoltorio. Se ha rodado al norte de Italia, en un lugar mágico y con una fotografía espectacular. El nivel visual de este proyecto le confiere un extra de calidad a esta tragedia.

-¿Qué ha sido lo más complicado del rodaje?

-El frío, sin duda. Rodaba helado. Uno de mis tíos siempre presume de haber pasado el mayor frío del mundo haciendo la mili en Huesca y yo, después de este rodaje, puedo afirmar que he pasado mi particular mili en Huesca. Ya me lo avisaron; 'atraqué' una farmacia y me compré mucha ropa térmica antes de poner rumbo a Italia, pero aún así las bajas temperaturas ganaron la partida. Luego está lo de la preparación física, que fue dura, y estudiarme los guiones en inglés, que manejo pero no quería dejar ningún cabo suelto. Me he exigido mucho a la hora de preparar este papel.

-Romeo es un joven enamoradizo, lo que le faltaba a usted para seguir alimentando su fama de galán joven... ¿Qué piensa cuando escucha estas cosas?

-Me hace muchísima gracia y me acuerdo de un compañero del equipo técnico de El don de Alba. Un día en rodaje alguien me dijo que habían leído que era el nuevo galán joven y este compañero me dijo: "¿Galán tú? ¿No serás más bien un gañán?". Y me pareció genial. Lo de galán joven es gracioso pero más bien soy un gañán joven (ríe).

-¿Cómo se puede ser un chico tan tímido y luego tan desenvuelto ante las cámaras? ¿Eso es compatible?

-Perfectamente. De hecho la mayoría de los actores son personas bastante tímidas. Lo que sucede, y hablo por mí ahora, es que soy bastante temeroso ante lo que sucede y las cosas que se nos escapan del día a día. Interpretar es para mí una vía de escape porque conozco al personaje, lo que va a pasar y el final de la historia. Manejar esa información rompe con esa timidez que tengo.

-De Martín a Martiño. Un actor mucho más maduro. ¿Cómo lleva que inevitablemente la gente le siga recordando por su papel en El internado?

-Mi trabajo es que cada papel que haga la gente lo viva sin acordarse del anterior. A partir de ahí sólo puedo estar agradecido a personajes como el de Marcos, que me dio popularidad. Me alegra que se haya quedado en la memoria de la gente porque eso quiere decir que fue bien. Romper con mi pasado para dar una imagen más madura es una guerra en la que yo no voy a pelear. Prefiero estar pendiente de mi proyección, de la imagen que doy y seguir buscando un nuevo hueso que roer.

-También ha aprendido a manejar mejor esa fama que tanto le agobió en su momento...

-Sí, el tema de la popularidad es un zapato en el que ya me resulta muy cómodo caminar. Fue complicado como vino todo en su momento, pero quedó atrás.

-Teatro, cine, televisión... ¿Tiene más proyectos en el extranjero?

-Estoy de lleno en el teatro, a punto de estrenar una nueva película y estudiando muchos proyectos. Mi aspiración ahora no es salir fuera pero el trabajo, trabajo es.

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